Peligrosa instalación eléctrica en moteles de termas del Arapey

Tablero general de apartamento, conformado por una llave diferencial trifásica, varios portafusibles de más de 40 años, “tapones” --algunos puenteados, otros anulados-- y viejos cables unifilares, en una caja con mucho óxido.

Es bien sabido que las normas que se exigen a los particulares muchas veces es el propio Estado quien las incumple. El problema es cuando estas faltas ponen en riesgo la vida de terceros.

Ese es el caso que EL TELEGRAFO pudo constatar en un motel municipal de las termas del Arapey, en Salto, donde la instalación eléctrica es sumamente precaria y no cuenta con los mínimos sistemas de seguridad reglamentarios.

En principio, llamaron la atención los cables del aire acondicionado colgando hasta un tomacorrientes exterior, en un extremo de la diminuta habitación donde también se encuentra el frigobar, el microondas y una jarra eléctrica, todo lo cual se conecta a ese y otro tomacorrientes embutido en la pared. No se pueden usar simultáneamente todos los aparatos; para encender el microondas hay que desconectar el aire acondicionado, en tanto para usar la jarra para calentar agua hay que desenchufar el frigobar, por ejemplo.

Ante tal desprolijidad, miramos con mayor detenimiento cómo estaba hecho el cableado, notando graves irregularidades, evidentes para cualquiera aún con conocimientos básicos de electricidad.

En primer lugar, al cable del frigobar se le había cortado la ficha schuko original y hecho un añadido, pero en este caso con dos conductores independientes y empalmados con cinta aisladora, eliminando así el cable de tierra. Más grave aún es que uno de los añadidos es color verde, que universalmente identifica a la conexión de tierra, pero en este caso se usó para el vivo.

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Pero aún si no se hubiese eliminado el conductor de tierra en la ficha –que es de “dos patitas” en lugar de tres–, ésta está conectada a la red a través de un adaptador –popularmente llamado “trifásico”, aunque esa definición es errónea– que no cuenta con la tercera línea. Tampoco los tomacorrientes tienen conexión de tierra, como se puede ver claramente en la caja exterior con uno tipo schuko donde se enchufa el aire acondicionado o el microondas, el cual está alimentado con un cable gemelo simple.

De esa forma, tanto el frigobar como el microondas o la jarra eléctrica de metal podrían dar una descarga potencialmente mortal al usuario en caso de sufrir una avería.

TABLERO ARCAICO

La sorpresa fue mayor al inspeccionar el tablero de fusibles, encastrado en la pared. Al abrirlo, descubrimos una muy antigua instalación conformada por viejos “tapones” con fusibles de plomo, algunos de ellos anulados y otros puenteados, y una única llave “moderna”: una diferencial para instalaciones trifásicas que realiza el corte en caso de descargas, la cual por cierto estaba mal conectada. Los “tapones” con base de baquelita hace décadas que se dejaron de usar en nuestro país y no son aceptados por UTE, en primer lugar porque son de corte lento e impreciso, pueden “puentearse” fácilmente por un usuario imprudente –como en este caso con algunos de ellos– y para peor el material con que están construidos se quema con facilidad en caso de sobrecalentamiento, generando una cobertura de carbón conductor que retroalimenta el cortocircuito. Además esa pátina de carbón puede producir una descarga directa a quien toque el material quemado. La reglamentación actual exige que los tableros cuenten con lleves térmicas –en realidad son termomagnéticas– homologadas, de corte instantáneo ante cualquier sobrecarga y que no pueden ser adulteradas.

 

Por otra parte, las conexiones están hechas con cable unifilar –un solo alambre de cobre–.

Tomacorrientes sin cable de tierra, tierras anuladas en electrodomésticos, equipos de alto consumo conectados
a un adaptador. Para usar distintos aparatos hay que desenchufar uno previamente.

¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?

Respecto a los riesgos que implica una instalación en estas condiciones, consultamos a un ingeniero de UTE, quien nos contestó que: “mirando las fotos, el principal y más importante riesgo es el de incendio. Al no tener llaves térmicas y al haber fusibles, que al parecer están todos espaciados con cables mucho más gruesos, ese es el riesgo principal; que se sobrecargue alguno de los cables y una sobrecarga extendida puede llegar a iniciar un fuego.

El segundo riesgo es el de descarga eléctrica, que está disminuido por la existencia de la llave diferencial. Si bien no hay puesta a tierra en ninguno de los toma, en caso de que una persona entre en contacto con una fase viva la llave diferencial debería evitar el shock mortal. Habría que ver si esa llave está funcionando o no”. Respecto a la opinión del experto, “está deplorable la instalación”, aunque aclaró que “UTE no se mete en cuanto a la instalación de sus clientes”, porque “generalmente hay un electricista autorizado que es el que firma y se hace responsable del estado de la instalación”. Sobre el “puente” en la llave trifásica hecho sobre los terminales de entrada, cuando el manual indica que debe hacerse en los terminales de salida, indicó que “se hace así para que funcione el botón de ‘Test’ (prueba)”, pero “tengo mis dudas” respecto a si es lo mismo de un lado que del otro”.

ACCIDENTES PROVOCADOS POR INSTALACIONES DEFICIENTES

Recientemente fue noticia el caso de una persona que murió mientras se estaba duchando en San Carlos, Maldonado, debido a una falla en el calefón, pero también en los sistemas de seguridad de la instalación eléctrica de la vivienda. El hombre, de 29 años recibió “una descarga eléctrica fulminante” que le produjo de inmediato un paro cardiorrespiratorio, informó Montevideo Portal. En agosto de 1992, el por entonces intendente de Colonia, Juan Carlos Curbelo, falleció en circunstancias parecidas cuando se bañaba en su casa de Nueva Helvecia.

Más adelante en el tiempo pero ya en nuestro departamento, el 14 de octubre de 2004 Guichón se vio conmovido por el fallecimiento de un turista de 30 años en termas de Almirón, al tocar la rienda de una columna de alumbrado.

En informe posterior indicó que faltaba un aislador de corriente y otro estaba roto, además del deterioro del cable de un tendido eléctrico de más de 30 años. El caso generó un amplio debate político por ese entonces tanto en nuestro departamento como a nivel nacional.