La productividad en Uruguay

El pasado mes de octubre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dio a conocer un informe titulado “Impulsando la Productividad en Uruguay”, el cual fue elaborado “con el objetivo de evaluar dimensiones específicas que impactan la mejora de la productividad. El documento identifica áreas de oportunidad que deberían ser revisadas con mayor detenimiento por parte de los gobiernos y los actores sociales, para generar recomendaciones de acciones prácticas, políticas públicas y mejoras regulatorias que podrían potenciar el incremento de la productividad”. El material fue preparado por la Oficina Regional para América Latina y el Caribe, Oficina de Actividades para los Empleadores (ACT/EMP).

1. Importancia

Según este trabajo “el bajo crecimiento de la productividad en los países de América Latina y el Caribe explica, en parte, el escaso desarrollo productivo y económico de la región, lo que a su vez afecta en forma negativa la creación de trabajo decente y la calidad de vida de millones de personas. Por estos motivos, los mandantes de la OIT consideran prioritario mejorar la productividad como forma de promover un mayor desarrollo social y económico de la región”.

2. Uruguay

El trabajo referido expresa, entre otros, los siguientes conceptos sobre nuestro país:

  1. “La productividad total de los factores (PTF) es una medida fundamental para evaluar la eficiencia y el crecimiento económico de un país porque captura el componente del crecimiento que no puede ser directamente atribuido al aumento de los factores de producción tradicionales, como el capital y el trabajo. En efecto, la PTF busca explicar la productividad de manera más integral, considerando la innovación tecnológica, la eficiencia y calidad en el uso de los recursos, las mejoras en los procesos de producción y otros que contribuyen al progreso económico. (…) En el caso de Uruguay, es preocupante observar que desde 1990 hasta 2022 la PTF ha mostrado una caída anual promedio de 2.6 %. Sin embargo, en el mismo periodo se verifica un robusto crecimiento económico, lo que indica que tal crecimiento se debe, en mayor medida, a “transpiración” (más factores productivos) que a “inspiración” (productividad). El país tiene el urgente desafío de aumentar su productividad para alcanzar un crecimiento económico sostenido en las próximas décadas”.
  2. “Otro importante indicador es la productividad laboral por trabajador, que se calcula dividiendo el PBI entre la cantidad de personas empleadas en una economía. Mientras este indicador permite observar la productividad generada por cada trabajador, otros como el PBI per cápita buscan dimensionar el estándar de vida de un país. En Uruguay, la productividad laboral entendida como producto por persona ocupada revela una situación distinta de la PTF. En efecto, el país ha sido exitoso en el aumento de la productividad por trabajador, en particular de 2002 a 2022, periodo en el que se ha elevado en casi un 50%, muy por encima de Latinoamérica y el Caribe, que creció durante el superciclo de las materias primas y productos básicos para volver a estancarse en la última década. Es preciso explicar por qué en Uruguay la PTF no cuenta una historia de éxito mientras que la productividad laboral sí: en los últimos 20 a 25 años se ha verificado un cambio en la estructura productiva del país, al reasignarse recursos de sectores más intensivos en trabajo (textil, curtiembre, calzado) a otros más intensivos en capital. De ahí que la PTF –que incorpora el factor de la productividad tanto de capital como de trabajo– crece mucho menos que la productividad laboral”.
  3. “Uruguay es un caso de éxito en la región con respecto a su nivel de ingreso per cápita. El país logró duplicar su PBI per cápita en los últimos 30 años, lo que lo coloca como la segunda economía más desarrollada de la región, después de Chile. Por otro lado, se observa desde 2014 una fuerte desaceleración en el nivel de crecimiento del ingreso, lo que constituye un problema que es necesario resolver”.
  4. Se proponen “nueve dimensiones esenciales para mejorar el entorno empresarial y la productividad en Uruguay según distintos indicadores: estabilidad macroeconómica; desarrollo de habilidades y calidad educativa; mercados laborales inclusivos y flexibles; transición para salir de la informalidad; emprendimiento e innovación; acceso al crédito y a servicios financieros; infraestructura física y digital, y conectividad con mercados internacionales; derecho de propiedad y Estado de derecho; y, finalmente, gobernanza y política anticorrupción”.

3. Recomendaciones

En el documento “se recomiendan las siguientes líneas de acción en políticas públicas para fomentar una mayor productividad a nivel nacional que, mediante el diálogo social, podrían ser promovidas por las organizaciones empresariales del país, puesto que están íntimamente relacionadas con su quehacer (políticas públicas productivas, inclusive las de largo plazo como educación y capacitación): a) mantener la senda del fortalecimiento de la institucionalidad macroeconómica, b) revisar las políticas para combatir la informalidad y aumentar la empleabilidad, c) fortalecer el sistema de capacitación y la educación dual, d) modernizar la regulación laboral y promover cláusulas de productividad en las negociaciones laborales, e) fortalecer la institucionalidad en materia de libre competencia, f) promover el comercio exterior y la inversión y g) regular el lobby.

Dr. Rodrigo Deleón
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