Escribe Danilo Arbilla: Diferencias

No se enojen. Ya lo he dicho anteriormente. Además a los uruguayos nos gusta que digan que somos diferentes; es más, sentimos que somos diferentes (así, entre paréntesis, íntimamente sentimos que somos mejores; ¿mejores que quienes?: que el resto).

Además somos sencillos, no nos batimos el parche; somos humildes, y esto sabiendo que somos o estamos entre los mejores. Sabido es, también, que la soberbia de la humildad es la peor de todas las vanidades.

En materia de diferencias ahí están los discursos de los presidentes Javier Milei y Luis Lacalle Pou. El de éste una reafirmación de republicanismo, de respeto a la división de poderes, el de aquel una especie de imposición, de sometimiento a sus propuestas e ideas inspiradas en “las fuerzas del cielo”; Montesquieu out.
Milei la vez pasada le dio la espalda a los legisladores, pero esta vez se los dijo en sus mismas jetas: ellos son ricos y privilegiados a costa de la pobreza de los argentinos.

Nuestro presidente en cambio resaltó la labor cumplida por los legisladores, por el Parlamento; (leyes, acuerdos políticos, negociaciones, diálogo, etcétera).
Como el día y la noche, decididamente. Se dirá que Milei se encontró con el desastre producto de 20 años de kirchnerismo; dos décadas de fechorías, corrupción, acomodos, relajos y atropellos institucionales enancados en la soberbia de la impunidad. A Milei lo generó el kirchnerismo; ojalá sea para bien. Cada acción genera una reacción opuesta y de igual fuerza: sin kirchnerismo no hubiera habido un Milei. En el Uruguay de hoy y en estas elecciones que vienen un Milei no caminaría. Me la juego. Siempre habrá algún pichón de Milei, pero mediatizado, a la uruguaya. Habría que temer más a alguna pichoncita de Cristina. Aquí el riesgo es mayor, los parecidos son muchos y además con las pautas de la nomenklatura, del Partido, del Foro, que no se manejan a la uruguaya ni aflojan: Hamás no hizo nada y lo de los israelíes en Gaza es un genocidio, Venezuela es una democracia, Rusia actúa en Ucrania en defensa propia frente a provocaciones de la OTAN y Occidente, Ortega es un respetado feminista (con sus aficiones), Cuba es el paraíso marxista leninista terrenal, el kirchnerismo salvó a la Argentina y Montevideo, con sus ciclovías y sus toboganes, resplandece por lo limpia. Son directivas que se ajustan al dogma y que vienen impuestas desde afuera.

Estamos más cerca de una “Cristinita” que de un “Mileisito”. Hay diferencias, es cierto, pero también hay algunos parecidos. Tras los discursos presidenciales, los docentes de un lado y de otro del río anunciaron medidas para el inicio de las clases. Sin empezar a trabajar se adelantaron y ya fijaron paros para cuando ello tocare. Quizás una manera de desperezarse tras casi dos meses de inactividad –para no exagerar–, y prepararse para la Semana de Turismo y las vacaciones de julio. Los jodidos son los niños, los gurises, los chiquilines, los botijas, los pibes ¿entienden?

Es cierto que aquí no tenemos un Baradel –impresentable– pero también es cierto que los de allá están mucho peor. Los maestros, acá, por ejemplo, están siendo muy bien tratados. Cuando anuncian medidas, ya de paso y en honor a la transparencia deberían decirle a la población cuánto cobran por mes, incluidos sueldos y demás beneficios.
Se puede tirar de la piolita, pero no tanto. Nosotros no tenemos los recursos de los argentinos.