Exportación de ganado en pie le da estabilidad al sector ganadero

El ingeniero agrónomo Esteban Montes, técnico del Plan Agropecuario, se refirió recientemente a la exportación de ganado en pie, una herramienta comercial vigente que le brinda estabilidad a la ganadería.
Explicó que “si miramos para atrás, tenemos los ciclos ganaderos: cuando el ganado aumentaba mucho, cualquier problema a cualquier nivel provocaba una caída de precios con alzas y caídas que favorecían mucho la especulación, con gente que hizo mucha plata comprando ganado barato y vendiéndolo caro”.
En diálogo con el programa Diario Rural (CX4 Rural), precisó que además, en ese momento “los campos eran una suerte de lugar de reserva del ganado para después vender y ganar cuando el precio subía.
Eso se daba porque el mercado era exclusivamente interno”. Cuando se abre la exportación en pie esa situación comienza a cambiar, “se revierte totalmente, y la exportación en pie pasa a ser un precio piso a los valores ganaderos internos. Eso es lo que está pasando en los últimos años”.
Observó que si se analiza la situación, en 2023 la exportación en pie “fue de casi 300.000 reses, un nivel bastante interesante si pensamos que el año con mayor cantidad de exportación en pie fue en 2018 con más de 400.000 reses”.
El año pasado “tuvimos la particularidad que Turquía volvió a tomar los valores anteriores y el 93% del ganado en pie fue a ese destino, a diferencia de 2021 y 2022 que fue China un agente importante con compras de casi la mitad del ganado. Años anteriores también estuvo Egipto y algo compró el Líbano. Pero lo más importante es que China que representaba el 90% y 80% pasó a ser apenas el 40% y 30% en los años 2021 y 2022, respectivamente”.
Montes sostuvo que Turquía, “además de operar el 93%, lo hace con valores que en la perspectiva del tiempo se mantienen constantes. Si bien respecto a 2022 el precio por kilo cayó en forma importante, los precios por cabeza están en el entorno de los U$S 280 o U$S 290. En definitiva, la exportación en pie ha sido una válvula de salida del ganado cuando la demanda supera la oferta y eso le ha dado permanencia al precio del ternero que desde el 2011 hasta ahora tiene una variabilidad del 10%, lo que señala la estabilidad al negocio y ha permitido que se implementen tecnologías que eran conocidas por los productores pero no se aplicaban porque no se daban las condiciones para hacerlo”.
Y aclaró que “desde 2011 para atrás la variabilidad del precio del ternero era del 35%, entonces la pregunta es quién puede invertir fuertemente en un negocio que tiene esa variabilidad”. A partir de 2011 hasta ahora “se están dando condiciones más propicias para que se invierta y se apliquen las tecnologías”.
Además, con la exportación en pie “se complementa la salida de animales para faena llevando el porcentaje de extracción (o sea las cabezas salidas del sistema sobre el stock inicial) a valores interesantes. Lo mejor que le puede pasar a cualquier negocio es que el producto se venda en buena forma”, agregó el referido profesional.
En el ejercicio 2021-2022 la faena fue de 2,75 millones de cabeza, “la exportación en pie prácticamente no operó porque no podía competir con los precios internos. Quiere decir que cuando la situación funciona, cuando hay una faena importante a valores buenos, la exportación en pie no tiene posibilidades de prosperar”, apuntó.
Este año la relación flaco-gordo es de 1,30, “con la cual los invernadores se empiezan a sentir bastante incómodos y con mucha cautela en las compras, sin embargo la exportación en pie está operando. O sea que tiene condiciones de lograr mejores precios, con la relación dicha (1,30) que es complicada para el negocio del invernador”.
Para Esteban Montes “hoy la salida en pie está operando a buenos niveles de precios y eso es saludable sobre todo para el sector criador, en un año de baja oferta de terneros porque la producción es de unos 2,5 millones, y además se está viendo alguna retención”.
“Creemos que para el invernador la situación va a ser algo complicada, lo que pasa es que el negocio del invernador está en la comercialización del ganado y en la ganancia diaria. Sin embargo llega un momento en que el invernador, cuando tiene el animal pronto especula un poco entre la compra y la venta, hasta que ve que está perdiendo la otra pata que es la ganancia diaria, por lo que sale a comprar y empieza con ganancias más importantes que tener el gordo aguantándolo”, finalizó.