El aporte de afluentes intermedios del río Uruguay tiene una influencia significativa en los valores de la crecida aguas abajo de la represa, debido a las últimas lluvias, como es el caso de Paysandú, destacó a EL TELEGRAFO el encargado del Área de Hidrografía de la CTM de Salto Grande, Ing. Gustavo Sapriza. Evaluó que en abril hubo precipitaciones por encima de lo normal y que en los últimos siete días en la cuenca media y alta del río Uruguay se ha generado una onda de crecida que actualmente está transitando por el río Uruguay entre Santo Tomé y Alvear, en Corrientes, para posiblemente llegar sobre el martes al embalse de Salto Grande.
Consideró que “hemos tenido además en los últimos tres días importantes precipitaciones en la cuenca más inmediata al embalse, sobre todo en las cuencas del río Arapey, como así también sobre el embalse, además de precipitaciones en las cuencas del río Daymán y Queguay, que son aportes intermedios entre Salto Grande y Paysandú que están influyendo y contribuyen también a engrosar caudales con el consecuente aumento de nivel frente a Paysandú”. Se está buscando minimizar los efectos que tiene esta crecida con relación a los niveles que se puedan alcanzar aguas abajo, por lo que desde hace unos días se está bajando el nivel del embalse para generar un volumen de espera, explicó. Complementó que la idea es que se pueda ir erogando de forma paulatina y dando aviso a los comités de emergencia departamentales para que puedan ir tomando las previsiones del caso. “La estimación de nivel ha aumentado para la ciudad de Paysandú respecto a los niveles que se tenían el martes, en función de las precipitaciones que ocurrieron en los últimos días y esta madrugada”, observó.
La onda de crecida estimada para llegar al embalse es de entre 25.000 y 27.000 metros cúbicos por segundo, pero este parámetro es todavía incierto y depende de varios factores, según el técnico, quien dijo que no se puede por lo tanto, señalar con precisión los períodos correspondientes a los valores estimados aguas abajo, pero sí señaló que las maniobras se hacen teniendo en cuenta la situación de los pobladores ribereños. Acotó que asimismo influye la posibilidad de nuevas lluvias y los aportes intermedios, pero indicó que todo parece indicar que la crecida será similar o eventualmente algo menor que la que se dio en octubre del año pasado. Subrayó que igualmente las previsiones se manejan con mucha precaución, a efectos de no generar expectativas que luego pueden no coincidir con la realidad.
A la vez hay que considerar que hay muchos factores que influyen y que pueden hacer que las previsiones no se cumplan exactamente: “Hay contribuciones de subcuencas que tienen registros históricos de caudales, y ello es factor de incertidumbre en cuanto a establecer márgenes posibles”, porque se está sujeto a error, pese a que se hacen mediaciones puntuales en forma constante, precisó el entrevistado.
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