El dengue no cede en Uruguay: ¿cuándo podrían verse los casos más graves?

Uruguay se enorgullecía de ser el único país de Sudamérica sin casos autóctonos del virus del dengue. El último caso registrado había sido en 1916. Eso cambió 100 años más tarde, cuando en 2016 se confirmó el primer caso autóctono de dengue.
Hasta ese año el país solo había registrado casos de dengue “importados”. Tanto Brasil y Argentina, como el resto de los países de Sudamérica, ya tenían la enfermedad, con importantes brotes de este virus, que se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes Aegypti infectado, entre verano y otoño.

Según las autoridades sanitarias hubo dos factores que llevaron a que Uruguay finalmente perdiera la batalla contra el dengue. Uno fue el gran número de infectados en países cercanos, en especial Brasil. Pero hubo otro hecho que empeoró el panorama: el boom de turistas uruguayos que viajaron al extranjero, especialmente a Brasil (el real se devaluó casi un 50% en 2015) y a Argentina en los últimos años, debido a una gran diferencia cambiaria.
Desde entonces el brote se ha ido expandiendo, superando actualmente los seiscientos casos. Las infecciones se concentran en Salto, Montevideo y Paysandú y en todo el país el total ronda las setecientas infecciones, casi cuatrocientas autóctonas.

ENFERMEDAD DE PRONÓSTICO IMPREDECIBLE

El dengue, una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, puede presentar diferentes cuadros clínicos y cuyo pronóstico es impredecible. Esta es una enfermedad endemo-epidémica en la mayor parte del mundo. Los ciclos epidémicos más frecuentes determinan que se trate de un problema de salud pública de gran magnitud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera una enfermedad emergente que puede provocar epidemias en muchas regiones del mundo y lo catalogó como una de las diez principales amenazas para la salud pública a nivel mundial. Alrededor del mundo, el dengue se ha convertido en una enfermedad de gran incidencia. El número de hospitalizaciones y el nivel de letalidad puede reducirse a través de un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno.
Los síntomas de una picadura de dengue pueden incluir fiebre, náuseas, vómitos y dolores musculares, articulares u óseos. Si la enfermedad avanza hacia una infección grave, las personas afectadas pueden sufrir shock, hemorragias internas e insuficiencia orgánica, con riesgo de muerte.
Si no se trata adecuadamente, el dengue puede causar complicaciones potencialmente mortales y es particularmente peligroso para los niños.
El dengue no se contagia de una persona a otra. El contagio solo ocurre cuando un mosquito se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras personas. La enfermedad únicamente se transmite por medio de la picadura del mosquito. No tiene tratamiento específico. No obstante, su diagnóstico temprano combinado con una atención adecuada, reducen drásticamente la tasa de mortalidad de la enfermedad.
El tratamiento es sintomático, es decir que aborda los síntomas del dengue: se administran antipiréticos (especialmente paracetamol) para la fiebre y se hidrata al paciente. En los casos más graves puede ser necesaria la rehidratación intravenosa.

PODRÍA HABER CASOS GRAVES EN LA PRÓXIMA PRIMAVERA

Anualmente, el impacto del dengue se reduce en nuestra región y prácticamente desaparece en junio con la baja de la temperatura y llegada del invierno. “Mueren los mosquitos adultos, pero pueden permanecer los huevos. Estos de ninguna manera pueden estar infectados, eso no ocurre. Sí sucede que cuando llega la primavera comienzan a producir mosquitos. Como se sabe es la hembra la que puede transmitir la enfermedad si pica a una persona infectada. Los huevos pueden permanecer en estado latente entre 7 y 13 meses. Su eclosión con el calor es el gran problema a enfrentar”, explicó el director departamental de Salud Carlos Leoni, “pero el que los huevos permanezcan latentes no implica infección. El proceso debe concretarse igual que siempre, una vez que los mosquitos sean adultos”.
Y si bien actualmente casi no hay casos graves o muertes causadas por la enfermedad en nuestro país, aún cuando Paysandú es el segundo departamento con más infectados, el director departamental de Salud destacó que “hay que considerar la población que ya ha tenido el virus, pues un segundo o tercer contagio puede ser grave, llegando al dengue hemorrágico, que es el que registra letalidad”, destacó.
“El dengue hemorrágico, o dengue grave, como se lo denomina, puede provocar la muerte. Puede causar shock, hemorragia interna e incluso la muerte. Es más probable que una persona presente dengue grave si ya ha tenido una infección por dengue anteriormente, pero los bebés y las mujeres embarazadas son población de riesgo. Puede también provocar daño grave de órganos, con problemas como miocarditis, encefalitis o hepatitis. Por eso resulta tan importante considerar desde ya lo que ocurrirá cuando el dengue se reactive en la próxima primavera. Aun estamos dentro de una etapa de brote, es evidente, pero también lo es que el frío está al llegar. El que deje de ser un problema sanitario en invierno no nos debe hacer olvidar este peligroso virus. Quienes ya lo padecieron deberán extremar cuidados, pues con cada nueva infección aumenta la posibilidad de contraer dengue grave”.

FUMIGAR O NO FUMIGAR

Aseguró que “la fumigación es una de las herramientas que se tienen para reducir la población de ejemplares adultos de mosquito. Se usa y está bien, pero hay que tener en cuenta que no se detienen los nacimientos sucesivos de los huevos. Una hembra adulta fecundada, coloca entre 150 y 200 huevos cada 3 días y los disemina en grupos de 15 o 20 en diferentes recipientes, siempre pegándolos en sus paredes”.

CÓMO PREVENIR

El dengue puede prevenirse a partir de la erradicación de todos aquellos recipientes que contienen agua, tanto en el interior de las casas como en sus alrededores. Dichos recipientes se convierten a diario en criaderos de mosquitos. Por consiguiente, si los mismos están en desuso, deben ser desechados a la basura. En cambio, si se los utiliza con frecuencia, es necesario taparlos para evitar el acceso del mosquito a su interior, vaciarlos o darlos vuelta para impedir que se acumule agua.
Asimismo, es fundamental prevenir las picaduras de mosquitos, utilizando repelente, colocando mosquiteros en puertas y ventanas, y llevando ropa clara que cubra las extensiones de los brazos y piernas en las actividades al aire libre. Sumado a ello, se puede recurrir a la realización de fumigaciones a fin de reducir la plaga de mosquitos.
Considerando los recipientes con agua, el director departamental de Salud Carlos Leoni descartó que “piscinas o fuentes públicas sean lugares donde pueden establecerse huevos. La clave es que debe ser agua estancada y habitualmente las fuentes públicas tienen movimiento. Puede ser agua limpia o no muy limpia, pero la esencia es que tiene que estar estancada. Por eso no debe generar temor fuentes públicas o piscinas”.
Además de eliminar el agua de recipientes se sugiere limpiar sus bordes para asegurar que no queden huevos. “Lo más usado es sal, aunque puede ser otro producto, como el hipoclorito de sodio, más allá que la sal es más barata y su uso está más extendido para asegurar que en los bordes sólidos de recipientes no queden huevos”.
A pesar de algunos avances en la aprobación de vacunas contra el dengue, aún faltan esfuerzos para mejorar las condiciones de hábitat y saneamiento en general y una mayor financiación para que se sigan desarrollando tratamientos específicos. “Uruguay no ha aprobado aún el uso de vacunas, en la medida que su incidencia no se considera de tal grado como para establecer una inversión en vacunas para toda la población. Los métodos de prevención y el trabajo continuo en territorio de los grupos especializados siguen siendo claves y son responsables de reducir la cantidad de casos”, dijo Carlos Leoni.

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