En ocasión de la celebración del Día Nacional de las micro, pequeñas y medianas empresas, el pasado 13 de agosto, el último bajo la actual conducción de gobierno, la ministra de Economía Azucena Arbeleche ofreció un mensaje en el que repasó una serie de acciones que se llevaron adelante que tuvieron como objetivo directo el apoyo a las empresas de este segmento. Se preguntará el lector qué tienen de especial estas empresas. Sin ir más lejos, el 99,58% del total de empresas del país caben dentro de esta definición y además son las que proporcionan más del 65% de los puestos de trabajo del sector privado, según datos del Monitor Mipymes de la Agencia Nacional de Desarrollo, ANDE.
Además de la fragilidad propia de este tipo de empresas, que todo el tiempo están desapareciendo y surgiendo nuevas, durante este período de gobierno hubo un desafío adicional para ellas que fueron las condiciones excepcionales que determinó la pandemia y la consecuente declaración de emergencia nacional del 13 de marzo de 2020.
“Esta Administración estuvo convencida desde el inicio que el crecimiento económico y la generación de empleo viene de parte de las empresas, es decir del sector privado, y que al gobierno le corresponde sentar las mejores bases para que las empresas se instalen, se desarrollen, perduren en el tiempo, es decir, hay que apoyar para sacar lo mejor de cada una de nuestras empresas desde la política económica”, manifestó Arbeleche, como marco general del rumbo elegido en este quinquenio, antes de entrar en detalle de las decisiones que se tomaron, de las que realizó un repaso.
Comenzó refiriendo al aspecto tributario y recordó que con la Ley de Urgente Consideración se atendieron temas que habían sido planteos de parte de las empresas, en especial en el Interior del país. “Por ejemplo una de las medidas que hemos implementado es que las pequeñas empresas, las que se conocen como Literal E, o que pagan el IVA mínimo, que tributen de acuerdo a su facturación”, indicó que era un reclamo especialmente “de aquellas empresas que tienen trabajos zafrales”, para las que la tributación era pareja “y no se acompasaba a los tiempos que estaba viviendo esa actividad”. También se implementó a través de la misma norma una modificación para la aportación gradual al sistema de seguridad social, “pasamos a que el primer año se aporte un 25% de lo que corresponda seguridad social, el segundo un 50%, y recién al tercer año se aporta un 100%”, dijo. Esto, agregó Arbeleche, prosiguió con la Ley de Presupuesto Nacional, donde se incorporaron deducciones de hasta el 100% de las pérdidas fiscales para los contribuyentes de IRAE, que en el gobierno previo se habían establecido en un 50% “obviamente que por un fin recaudatorio”.
Respecto a lo actuado puntualmente en la pandemia, la ministra señaló que “lo que nos propusimos desde el punto de vista económico era que los motores de la economía tenían que seguir funcionando y ahí lo que hicimos fue a través de dos leyes que en el Ministerio de economía y finanzas llamábamos la ley Mipymes 1 y la ley Mipymes 2”, que se aprobaron en marzo y junio del 2021 y establecieron una serie de beneficios transitorios para que se pudiera atravesar la crisis “en lo económico, en lo social, y obviamente que en lo sanitario”. Posteriormente, cuando la situación se fue alivianando desde lo sanitario y se reabrieron las fronteras, la situación más compleja la vivió el sector comercial en esta zona del país, lo que demandó acciones concretas para seguir apuntalando. “Teníamos una situación de precios relativos muy complicada y ahí se exoneraron el 100% de los aportes jubilatorios, se exoneró el pago del monotributo Mides, se exoneró el pago del IVA mínimo, los pagos de anticipos de IRAE y los anticipos del impuesto al Patrimonio”, resumió. Además destacó “dos decretos más porque fueron muy pedidos, muy reclamados, en nuestras visitas y en nuestro diálogo con las empresas, uno de ellos se refiere que había una especie de microclima entre las empresas más pequeñas porque el contribuyente de IRAE, si le compraba a las empresas más pequeñas no lo podía descontar a la hora de pagar el IRAE; ahora sí se puede hacer”. El otro decreto importante al que refirió la ministra es al que reguló las compras públicas “porque ahora las empresas monotributistas también le pueden vender a los organismos estatales”. Pero Arbeleche también recordó que entre las rebajas tributarias instrumentadas se incluyen microempresas, “con la modificación del IRAE ficto hemos establecido escalas progresiones similares a como funciona el IRPF; disminuyó el anticipo del mínimo de IRAE para las empresas de ingresos más bajos y para aquellas empresas que por sus ingresos pasan a la siguiente categoría, al IRAE, si luego sus ingresos no se mantienen en ese nivel logramos que bajen, que también era algo que había sido muy reclamado”.
Estos beneficios, sintetizó, alcanzaron a 35.000 empresas e implicaron desde el punto de vista de las finanzas públicas una renuncia fiscal de unos 40 millones de dólares. Además de estas acciones puntuales, hay todo otro apartado al que también refirió la ministra que corresponde con créditos en condiciones muy favorables que se generaron y que permitieron a estas empresas ajustarse a los tiempos y a las condiciones de un período que fue especialmente complicado.
En estas épocas en las que es fácil tomar un celular y postear a través de una cuenta anónima y replicar consignas virales, puede ocurrir que se nos quede en el tintero que en este período hubo que hacer un esfuerzo por sostener a las pequeñas empresas y, con ellas, a la gran fuente de empleo en el país. Ese esfuerzo se hizo, y justo es decirlo.