“Me he convencido de que la iniciativa no solo no enfrenta ninguno de los desafíos que nuestro sistema previsional sigue teniendo, sino que es probable que agrave algunos problemas que la reforma reciente no resolvió y que termine generando resultados opuestos a los buscados por los impulsores de la reforma”; “la reforma constitucional planteada es inadecuada, inconveniente e imprudente”; “la reforma impulsada restablece un régimen de reparto puro como el que existía en Uruguay antes de 1966. Si la iniciativa prosperara, las contribuciones de los activos del futuro deberán ser crecientes porque la proporción de adultos mayores en la población total seguirá aumentando. Por eso, un régimen de reparto puro es desaconsejable en un contexto de envejecimiento poblacional”, afirmó contundentemente hace algunos meses el economista Gabriel Oddone, cuando su nombre ya sonaba como eventual ministro de Economía y Finanzas en un gobierno del Frente Amplio, y quien ahora precisamente ha sido confirmado para este cargo en la eventualidad de que la coalición de izquierdas llegue al gobierno.
Más aún, el economista agregaba en su opinión por escrito sobre la propuesta de reforma constitucional impulsada por el Pit Cnt y los sectores más radicales del Frente Amplio que la iniciativa “es inadecuada, porque, si bien nuestro sistema previsional tiene oportunidades de ser mejorado, las iniciativas que promueve no son las más relevantes y es probable que tengan consecuencias indeseadas, incluso para los propios promotores del plebiscito. Es inconveniente, porque, por un lado, fija en la Constitución de la República una serie de temas que no son materia constitucional. Por el otro, porque de ser aprobado el proyecto tendrá consecuencias negativas para la equidad y restringirá la disponibilidad de recursos públicos para otros fines. Como si fuera poco, es probable que afecte el aumento del SMN (Salario Mínimo Nacional). Es imprudente, porque, a raíz de todo lo anterior, la iniciativa condicionará severamente la política económica en el futuro, en particular la del próximo Gobierno. Por todo ello, no firmaré para viabilizar el plebiscito”.
Incluso hace pocos días, Oddone, todavía sin confirmar como eventual ministro de un gobierno del Frente Amplio, firmó el documento suscrito por más de 100 economistas y técnicos vinculados al Frente Amplio, por el que desaconsejan enfáticamente a los uruguayos que pongan la papeleta del SÍ en el plebiscito del Pit Cnt sobre la seguridad social, por los mismos conceptos que había manejado Oddone públicamente.
Esto generó la ira de dirigentes del Pit Cnt, del Partido Comunista y de otros grupos radicales, señalando que la “libertad de acción” que ha dado Yamandú Orsi implica no pronunciarse públicamente contra el plebiscito, aunque un día sí y otro también los grupos que la apoyan desfilan por las calles y los medios de difusión haciendo campaña en pro de la propuesta.
Estos elementos sirven como prólogo y sitúan en su real dimensión la magnitud de la “voltereta” verbal del economista, cuando esta semana afirmó, poco después del anuncio de que sería ministro de Economía en un gobierno de Orsi, en conferencia de prensa, que, consultado sobre la propuesta de la gremial sindical, dijo que “el plebiscito no es el fin del mundo”. “Es una situación compleja, pero que se va a poder manejar”.
“Efectivamente, se trata de un desafío importante si el plebiscito resultara aprobado. Lo creemos poco probable, pero si ocurriera estamos en condiciones de manejarlo”, aseguró el postulado para el Ministerio de Economía y Finanzas de la coalición de izquierdas, quien es además muy resistido por los sectores radicales de su partido.
¿Y qué es lo que ha cambiado desde hace menos de un año, cuando la propuesta de reforma del Pit Cnt es la misma y ha sido ratificada por las firmas para ser plebiscitada junto con la elección nacional en el venidero mes de octubre? ¿Por qué entonces para Oddone era “inadecuada, inconveniente e imprudente”, terminaría “generando resultados opuestos a los buscados por los impulsores de la reforma”, y “si la iniciativa prosperara, las contribuciones de los activos del futuro deberán ser crecientes porque la proporción de adultos mayores en la población total seguirá aumentando. Por eso, un régimen de reparto puro es desaconsejable en un contexto de envejecimiento poblacional”, pero ahora “es manejable”, aunque nos pone en “una situación compleja”, pero “no es el fin del mundo”, y por ende relativizando la magnitud del desastre que nos llevaría en caso de ser aprobada?
¿Qué explica el cambio de ‘visión’ de Oddone sobre el tema, si es que realmente hay cambio de visión? Pues en realidad todo indica que no ha cambiado su opinión, sino que lo que ha cambiado es el mensaje, debido a los condicionamientos y cuestionamientos que han surgido desde dentro de la coalición de izquierdas, de cara al desafío electoral de este octubre y el eventual balotaje de noviembre.
Es que para el Partido Comunista y otros grupos hacia el extremo de la izquierda, o no tanto, en alguna medida Oddone es visto como un candidato del empresariado “colado” en la coalición liderada por Orsi, y por ende en agudo conflicto con los intereses de la “clase trabajadora”.
En este sentido, Constanza Moreira, líder de Casa Grande y candidata al Senado por la Lista 1001, afirmó que a Gabriel Oddone “se lo ve como un representante del gran empresariado. ‘Necesitás un ministerio político, y a Oddone se lo ve como un representante del gran empresariado. Necesitás un ministerio que le dé pelota a la microeconomía, que construya crecimiento con una perspectiva territorial’”, para agregar más adelante que el Frente Amplio “no tiene por qué dar señales de tranquilidad a los empresarios ya que durante 15 años gobernó esa área ‘maravillosamente’”.
En el otro extremo del espectro político, el exsenador colorado Pedro Bordaberry expresó: “No es el fin del mundo; es el comienzo del fin; no se puede relativizar algo tan grave; es el comienzo del camino kirchnerista en Uruguay; el del no respeto de las normas, el de los cambios de reglas; el de la falta de certeza; aumenta el dólar, después el riesgo país”.
Pero además, más allá de la espuma electoral, esta relativización del daño que ocasionaría al país la aprobación de un plebiscito de estas características –que convertirá en cenizas todo el dinero depositado por los trabajadores para sus cuentas personales en las AFAP– esta postura del “designado” ministro de Economía es un factor que puede tener gran incidencia en los votos por la papeleta del SÍ, por cuanto puede influir decididamente en la masa de frenteamplistas que a priori no estaban dispuestos a votarla, y que ahora podrían cambiar de opinión porque su próximo ministro de Economía les dice que esto es “manejable” y que los eslóganes que promueven el proyecto al final no estaban fuera de la realidad.
Y este es el gran daño que lamentablemente esta contradicción de Oddone le puede causar a Uruguay, cuando opta por la “cintura política” para no perder votos y evitar conflictos internos, en lugar de hablar claro sobre el desastre que cabe esperar de aprobarse esta iniciativa delirante del Pit Cnt.
Aunque, al fin de cuentas, queda todavía la esperanza de que en esta campaña electoral que recién empieza, el reputado economista tiene todavía la oportunidad de decirle a la ciudadanía lo que realmente para orientar a sus propios votantes sobre el desastre que significaría seguir apostando al voluntarismo y a los eslóganes, en lugar de que prime el sentido común y la responsabilidad. → Leer más