
En 2024 la inversión en maquinaria agrícola tuvo un descenso de 4%, de acuerdo con el Índice de Inversión en Maquinaria Agrícola (Idima) elaborado por el estudio Carle & Andrioli, con base en información de los valores importados de tractores, cosechadoras y sembradoras señalado por la Dirección Nacional de Aduanas (DNA).
Desde 2019 la inversión presentaba un proceso de mayor dinamismo, luego de un cuatrienio 2015-2018 con niveles decrecientes de incorporación de activos fijos. El significativo aumento observado en los años 2021 y 2022 ubicó el índice de inversión en 2022 en el mayor nivel de los últimos ocho años, aunque algo por debajo de máximos históricos.
En 2023 factores climáticos y de mercado cambiaron las expectativas de los agricultores y la inversión agrícola cayó 27% e interrumpió el crecimiento sostenido de cuatro años.
Los valores de importación de los equipos agrícolas que componen el índice totalizaron U$S 194 millones en 2024, mientras que el año anterior habían sido de U$S 197 millones.
La inversión agrícola cayó en el primer semestre del año, mientras que en el segundo semestre se incrementó 18% respecto de igual período de 2023. El menor dinamismo de la inversión agrícola se dio en un contexto de leve descenso de la inversión de la economía en Uruguay.
En los primeros nueve meses de 2024 la inversión en capital fijo bajó 2% interanual, según la información disponible de cuentas nacionales, mientras que la inversión en máquinas y equipos industriales cayó 25%, de acuerdo con el indicador elaborado por la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU).
tractores en la cima
En el año se mantiene como principal clase de equipo agrícola importado los tractores, seguidos por las cosechadoras. Los equipos con caídas de inversión respecto del 2023 fueron los tractores (8%) y las cosechadoras (5%), mientras que las sembradoras y ferlizadoras incrementaron 2% su inversión. El Idima considera la importación de las principales maquinarias agrícolas en valores, sin incluir implementos agrícolas importados o nacionales, ni la venta en plaza de equipos de segundo uso.
Las máquinas importadas en el año provienen principalmente de Brasil y Estados Unidos, que representan casi 70% de los valores importados, mientras el resto de las importaciones provino de China, India, Argentina, México, Canadá y países europeos.
Otras de las caracteríscas de la inversión agrícola es el mayor valor de los equipos y la incorporación de tecnología. Respecto a los mayores precios de los equipos importados en los últimos años, incidió el mayor precio del acero, inflación internacional, escasez de algunos componentes y mejores prestaciones por el avance tecnológico.
Efectos de la inversión
El nivel de inversión del año permitió mantener en niveles similares al indicador de dólares invertidos por hectárea sembrada, relevante para el desempeño productivo. El valor del indicador se situó en U$S 86 de inversión por hectárea, un 2% inferior al año anterior.
Sin embargo, en 2024 se ubicó más de 30% por debajo del valor de 2022, cuando con otra situación de precios se habían superado niveles de reposición de inversiones. De todos modos, el desempeño de la inversión de los cuatro últimos años permitió incrementar el stock de equipamiento agrícola y la inversión por hectárea cultivada.
De acuerdo con el indicador de productividad promedio ponderado por hectárea (IPPA), en las últimas dos décadas las inversiones habrían contribuido en forma positiva al incremento de los rendimientos productivos de la agricultura.
El IPPA, también elaborado por Carle & Andrioli, con base al método de promedios ponderados móviles de productividad de las últimas cinco zafras, muestra un incremento mayor al 40% en la productividad en los últimos 20 años.
Además de mayores ingresos por incrementos de productividad, los retornos de la inversión estarán dados por la reducción de costos de los cultivos vinculados al menor consumo de fertilizantes y combustibles y automatización de procesos.
Las nuevas tecnologías de las maquinarias permiten una agricultura con mayor precisión, eficiencia y cuidado en los recursos naturales y el medio ambiente, se puntualizó en el trabajo. La incorporación de inversión tecnológica determina también una mayor capacitación de los operadores y una alta inversión que requiere financiamiento en adecuadas condiciones.
El beneficio neto de la inversión dependerá del tipo de cultivo, de la dimensión de la empresa y de la capacidad productiva y financiera del empresario agricultor, entre otros factores.
Be the first to comment