La vacunación ha sido uno de los avances más significativos en la medicina moderna, permitiendo la prevención de enfermedades infecciosas que causaron millones de muertes a lo largo de la historia. La historia de las vacunas se remonta a siglos atrás, aunque el desarrollo de la vacunación moderna es relativamente reciente. El concepto de “vacuna” se basa en la idea de inducir una respuesta inmunitaria contra una enfermedad específica para prevenirla. Dentro de las múltiples vacunas que existen, la vacuna contra la gripe es una de las más relevantes, ya que la gripe es una enfermedad respiratoria que puede tener consecuencias graves, especialmente para grupos vulnerables como los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas.
La gripe: Un virus cambiante y peligroso
La gripe, también conocida como influenza, es una infección respiratoria causada por el virus de la influenza. Este virus pertenece a la familia de los ortomixovirus y se presenta en varios tipos, siendo los más comunes influenza A y B, aunque también existen tipos menos frecuentes como la influenza C.
¿Qué es el virus de la gripe?
El virus de la gripe es altamente contagioso y se transmite principalmente a través de las gotitas respiratorias cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. También puede propagarse al tocar superficies contaminadas y luego llevarse las manos a la cara.
¿Qué cuadro respiratorio causa?
La gripe afecta principalmente a las vías respiratorias, provocando una variedad de síntomas respiratorios y sistémicos. Los síntomas típicos incluyen: fiebre alta, tos seca, dolor de garganta, congestión nasal o secreción nasal, dolores musculares y de cabeza, fatiga y debilidad general. Aunque muchas personas se recuperan de la gripe sin mayores problemas, en algunos casos, especialmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados o con enfermedades crónicas, la gripe puede ocasionar complicaciones graves. Algunas de las principales complicaciones son la neumonía viral o bacteriana o la exacerbación de enfermedades crónicas. La gripe puede empeorar condiciones preexistentes, como el asma, la bronquitis crónica, la insuficiencia cardíaca o la diabetes, lo que puede llevar a hospitalizaciones y otras complicaciones.
El virus de la gripe muta constantemente, lo que significa que las cepas circulantes pueden variar cada temporada, y por eso es necesario actualizar la vacuna anualmente. Aunque la vacunación no garantiza una protección total, es la herramienta más eficaz para reducir la incidencia y la gravedad de la enfermedad, especialmente en grupos vulnerables.
La vacuna contra la gripe: Un medio de protección eficaz
Al recibir la vacuna, el sistema inmunológico de una persona produce anticuerpos que ayudan a proteger al cuerpo frente a las cepas del virus de la gripe que circulan durante la temporada. La vacuna no solo ayuda a prevenir la enfermedad, sino que también puede reducir la gravedad de los síntomas en caso de que la persona se contagie.
Los estudios clínicos han demostrado que las personas que se vacunan tienen un riesgo significativamente menor de sufrir complicaciones graves, hospitalizaciones y muertes a causa de la gripe. Además, al vacunar a una gran parte de la población, se puede generar lo que se conoce como “inmunidad colectiva”, que ayuda a proteger a aquellos que no pueden vacunarse, como los recién nacidos o personas con sistemas inmunitarios comprometidos.
¿Por qué es tan importante vacunarse cada año?
El virus de la gripe es altamente variable, lo que significa que las cepas que circulan cada temporada pueden ser diferentes a las del año anterior. Por ello, la vacuna debe ser renovada y administrada cada año para asegurar una protección adecuada.
La vacuna contra la gripe y los grupos de riesgo
Aunque la gripe puede afectar a cualquier persona, existen grupos específicos que son más vulnerables a las complicaciones de la enfermedad. Estos incluyen a las personas mayores de 65 años, los niños pequeños, las mujeres embarazadas, y aquellos que padecen enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades respiratorias o cardíacas. Para estos grupos, la vacunación es particularmente crucial.
Mitos y desinformación
Aún existen mitos y desinformación que generan desconfianza entre algunas personas. Algunos creen erróneamente que la vacuna puede causar la enfermedad o que no es eficaz. Sin embargo, estos mitos no están respaldados por la evidencia científica. La vacuna contra la gripe no puede causar la enfermedad, ya que contiene virus inactivo o fragmentos del virus que no son capaces de replicarse en el organismo. Además, aunque la efectividad de la vacuna puede variar de un año a otro, sigue siendo una de las herramientas más eficaces para reducir el riesgo de sufrir una infección grave por gripe.
Dr. Matías Rocha, especialista en Medicina de Emergencia, especialista en Medicina Intensiva, mágister en Dirección Hospitalaria, consejero Regional Norte del Colegio Médico del Uruguay
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