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Umepay, 30 años de historia y proyectos en marcha

En el marco del Día del Mecánico y coincidiendo con los 30 años de la Unión de Mecánicos y Electricistas de Paysandú (Umepay), EL TELEGRAFO dialogó con integrantes de la comisión directiva de la institución, encabezada por Miguel Innamorato, junto a los socios fundadores Juan Kulenich, Valentín Puleri y Víctor Costa. El encuentro tuvo lugar en la sede de la organización, ubicada en Pinilla y Sarandí, un espacio que condensa buena parte de la historia y los esfuerzos compartidos de varias generaciones de trabajadores del sector.

OBRAS Y DESAFÍOS

Innamorato explicó que la institución se encuentra culminando una etapa clave de mejoras edilicias: “La etapa que estamos en este momento es terminar la parte del salón y los baños, y después en un impasse se trataría de realizar cursos de actualización”. En tanto, la continuación de la obra “se dejaría para más adelante”, adelantó, recordando que la institución se financia exclusivamente “con la cuota del socio”. En ese sentido, agregó que aunque lentamente, ese respaldo permite “ir firmes”.

Según estimó, la inversión en la actual fase “entre material y mano de obra es de entre 80 y 90 mil pesos”. Se trata de un salón de 15 por 18 metros aproximadamente, menos de la mitad del predio total, que forma parte de un proyecto mayor: “La institución proyecta concretar el cerramiento total de la sede en los dos niveles, donde quedaría con un salón grande, arriba con salones para cursos y oficinas, y baños, con entrada por las dos calles. Porque se piensa abrir una puerta por calle Sarandí para que cuando haya un evento grande la entrada sea para catering”.

Costa puntualizó que “algunos socios colaboran con lo que pueden”, aportando en materiales, a lo que Innamorato añadió que “hicimos donaciones los de la comisión” para poder llegar a culminar esta etapa.

Uno de los principales desafíos que enfrenta la institución está en la capacitación continua, dada la velocidad con que evoluciona el sector automotriz. “La asociación nuestra cada vez que hace un curso trata de abarcar las dos partes, la parte eléctrica como la parte mecánica, que cada vez están más hermanadas, y no son baratos los cursos tampoco. Incluso el material para darlo ya no es lo mismo. Hace añares te lo daban con un pizarrón y una tiza y hoy se necesita mucha tecnología, y todo eso tiene un costo también. Antes venía una persona sola, ahora ya vienen dos o tres”, señaló el presidente.

La dependencia de los recursos propios condiciona las posibilidades de formación. “Nuestra entrada es solo lo de la cuota social. También tenemos la dificultad en la realización de cursos, porque a la gente de Montevideo como que le cuesta venir al Interior”, agregó Costa de su lado.

 

TREINTA AÑOS DE HISTORIA

La celebración del 30º aniversario de Umepay se vive con sentimientos encontrados. Innamorato reconoció que “este es un año agridulce para nosotros, porque justo perdimos a uno de los fundadores hace pocos días, a Sergio Germano. Nosotros en la juerga nuestra decimos que perdimos el cigüeñal, que es la pieza más grande del motor, porque siempre estaba”.
Costa coincidió en la importancia de Germano dentro del colectivo: “Era una pieza fundamental porque trabajaba mucho”.

Los recuerdos de los primeros pasos afloran naturalmente en la conversación. “Al iniciar éramos 50 o un poco menos, después se fue agregando gente y ahora somos unos 100 y pico y nos mantenemos ahí. Los logros en estos treinta años es que empezamos sin nada, arrancamos en Casa de Cultura con un curso que dictó Héctor Silva Cabrera, que fue el profesor que nos dio el empujón inicial, hoy ya fallecido. Con nosotros se portó muy bien y nos dio el empujón inicial. Después seguimos las reuniones en un taller, luego nos reuníamos en el Centro Comercial hasta que compramos un terreno en Límite Este, que se vendió y compramos esta sede y nos empezamos a reunir acá. Para los que somos, es un logro importante en treinta años tener todo esto, solo con la cuota social y alguna rifa que hemos hecho”, rememoró Costa.

La unión entre los socios ha sido el motor de continuidad. “Hay un gran compañerismo también entre los socios, porque han pasado varias comisiones y muchas veces ha pasado que las comisiones se cambian simplemente para cinchar la posta entre todos… y vamos juntitos, unidos, como las hormigas”, resumió gráficamente Innamorato.
Costa advirtió, sin embargo, que “es bravo conseguir gente nueva para trabajar”.

UNA INSTITUCIÓN CON IDENTIDAD

Umepay ha sido víctima de robos en distintas etapas, lo que obligó a realizar fuertes inversiones en seguridad. “Incluso hasta leña que se la robaron a través del muro”, recordó la directiva. Estas dificultades, lejos de detenerlos, reafirmaron el objetivo central: sostener un espacio de encuentro, formación y respaldo mutuo.

 

“La inquietud es poder brindarle servicios a los socios, por eso digo que la unión entre nosotros es lo que ha permitido que esto siga”, subrayó Innamorato, destacando además que “es una institución sin fines de lucro, la obra que se está haciendo es para los socios”.

En la práctica, la sede se utiliza para cumpleaños y reuniones, siempre en clave de pertenencia. “Cada tantos meses le damos una comida a los socios, nos reunimos, charlamos, nos mantenemos vivos, para mantener los lazos”, añadió la directiva.

EL MENSAJE EN EL DÍA DEL MECÁNICO

Al ser consultados sobre el mensaje que desean transmitir en este 24 de agosto, Día del Mecánico, Innamorato respondió: “Primero que nada el agradecimiento a los socios. Feliz día también por supuesto, pero el agradecimiento por la constancia de mantener la unión con esto. Como se los comenté en alguna reunión, esto es de todos nosotros. El agradecimiento, sobre todo por la paciencia, porque saben que se está haciendo todo esto pero no es visible para ellos”.

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La trayectoria de un mecánico que hizo de su pasión una empresa

Nacido en Tambores y formado en Paysandú, Rómulo Duarte Saucedo eligió la mecánica como camino de vida. A lo largo de más 25 años se adaptó a los cambios tecnológicos y hoy lidera un taller que creció sobre valores sólidos y una pasión intacta por los motores.

Su historia comenzó en Tambores, un pueblo donde la ganadería era casi la única salida laboral. Desde allí tomó una decisión que marcaría su vida: mudarse a Paysandú para estudiar y dedicarse a los motores.

“En la época en que yo iba al liceo había hasta cuarto año en Tambores. Si uno buscaba oportunidades o algo diferente a la ganadería, había que partir. Las opciones eran dos: Tacuarembó, que estaba a 40 kilómetros, o Paysandú, a más de 200. Yo desde chico soy de tomar desafíos y opté por Paysandú, donde había más posibilidades y todavía era una ciudad pujante, industrial, llena de fábricas.

En 1994 me vine a estudiar a la UTU, ya decidido a que iba a ser mecánico. Hice un curso de cuatro años: empezamos 35 y terminamos 4, y de esos, solo dos o tres seguimos en la mecánica”.

Duarte se instaló en la casa de unos tíos. Recordó que con el tiempo, “hice un poco de todo, trabajé con motos, cosechadoras, ómnibus, camiones, autos, así fui cultivando la pasión”.

LOS PRIMEROS PASOS

No recordó exactamente su primera reparación, pero sí aquel inicio lleno de oportunidades: “Se fue dando todo muy de a poquito, muy variado, tratando de aprovechar las oportunidades que se presentaban. Después, el tiempo hizo lo suyo”.

En esa etapa recibió apoyo y consejos de varios profesores de UTU, de quienes destacó la “calidad” como docentes pero también como personas.

“Fueron como mitad profesores y mitad padres. Solo por nombrar a dos de los más reconocidos: Daniel Piacenza fue una persona que nos marcó mucho, también Boris Terzieff, un tornero excelente que nos exigía bastante, pero aprendimos mucho de él”, comentó.

EL CAMBIO TECNOLÓGICO

Su carrera atravesó una transformación enorme: la irrupción de la electrónica en los automóviles. “El mundo ha cambiado muchísimo, la electrónica lo revolucionó todo. En aquella época pensar en un auto eléctrico era ciencia ficción, hoy lo estamos viendo. Hoy tenés que ser más técnico en electrónica que mecánico de los de antes”, observó.

Ese cambio lo obligó a capacitarse continuamente. “Durante muchos años la mecánica fue más o menos lo mismo, pero con la llegada de la inyección electrónica” todo cambió, apuntó. “La electrónica afecta todas las partes del auto: suspensión, motor, dirección, transmisión, seguridad. Eso nos obligó a aprender electricidad y electrónica, conceptos básicos para poder trabajar”, indicó. En este sentido, agregó que hoy es muy difícil ser un mecánico multimarca porque cada empresa tiene sus protocolos y arquitecturas.

PASIÓN Y EMPRESA

Duarte aseguró que lo que más disfruta es la posibilidad de vivir de lo que ama: “Yo no vengo pensando en que vengo a trabajar, vengo a hacer lo que quiero hacer. Lo hago con mucho gusto y con pasión, porque me apasiona la mecánica y haber desarrollado una empresa a partir de esa pasión es lo que me llena”.

Hoy su taller cuenta con ocho empleados, lo que implica también un rol empresarial: “No es solo la parte de ser mecánico, también hay que aprender a ser empresario. Me he ido formando con el tiempo. Y también disfruto de dar trabajo, de motivar a un equipo, de mantenerlo en la cresta de la ola y que quieran la profesión que tienen”.

RECUERDOS ESPECIALES

Entre las anécdotas de tantos años, destaca la visita de un cliente particular: “Un señor francés, sobrino nieto de Antoine de Saint-Exupéry; venía cada tanto a recorrer los lugares de América donde había estado su tío abuelo”. Repartía ejemplares de El Principito en escuelas y comunidades. “Tuve la oportunidad de atenderlo en varias oportunidades, traía su Toyota 4Runner para hacer el service y siempre volvía a nuestro taller. Era una persona de una calidad humana muy grande”.

VALORES Y CONSEJOS

Duarte sostiene que hay valores fundamentales para el oficio: “Primero que nada la honestidad. Es un rubro donde se presta para hacer trampa”, indicó, considerando que la honestidad “es el pilar”. También “la puntualidad, la seriedad y la responsabilidad”, apuntó.
En su visión, a veces “el éxito no es tener 200 autos en el taller, sino uno solo y hacerlo bien, que el cliente quede conforme”, sintetizó.

A los jóvenes que piensan iniciarse en la mecánica les advierte que es una profesión apasionante, pero exigente: “Hoy hay que capacitarse mucho e invertir, porque es un rubro donde se necesitan herramientas de alto valor”. A la vez destacó que se trata de un oficio en el que “se cotiza bien un empleado capacitado”.

UNA VIDA ENTRE MOTORES

Al mirar hacia atrás, Rómulo Duarte confesó que al mirar su trayectoria, lo que más lo llena de satisfacción es “el camino recorrido, haber tomado aquella decisión de salir de ahí en ese momento. Tener 48 años y poder ahora seguir disfrutando de lo que en ese momento quería hacer”.

Aunque reconoce que la pasión de los primeros años no es la misma, porque “la parte empresarial absorbe más tiempo”, igualmente mantiene su entusiasmo por asumir nuevos desafíos. “Sigo pensando en proyectos nuevos, en crecer, en dar trabajo a más gente. Siempre confiando en nuestras posibilidades”, reafirmó.

Ese crecimiento se tradujo también en un reconocimiento reciente. “Representamos marcas de primer nivel y hace un año logramos tener el servicio oficial de Ford, una de las más grandes a nivel mundial”.

El entrevistado resaltó que esa confianza es motivo de orgullo y remarcó que la apuesta permanente es seguir creciendo, transmitiendo optimismo al equipo y alimentando el entusiasmo por hacer las cosas bien.

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Prevención en talleres mecánicos: entre la capacitación y la cultura de cuidado

Los talleres mecánicos concentran múltiples riesgos, desde golpes y cortes hasta la exposición a sustancias químicas y lesiones musculares. El ingeniero prevencionista Marcos Cabrera Gallo advierte que la planificación, el orden y la capacitación son pilares para reducir la accidentalidad en el sector y subraya que “el objetivo es trabajar para vivir, no vivir para trabajar”.

RIESGOS DIVERSOS SEGÚN EL TAMAÑO DEL TALLER

“En cuanto al tema de los talleres mecánicos obviamente que la cantidad de riesgos es muy variada, desde riesgos mecánicos, llámese golpes, cortes y demás, hasta riesgos físicos y químicos, todo lo que es lesiones musculoesqueléticas y principalmente el contacto con productos químicos”, explicó.

Según Cabrera, la diferencia entre pequeños talleres y grandes establecimientos es notoria. “En todo lo que son talleres de pequeño y mediano porte el trabajo en materia de seguridad es muy artesanal, no se ve mucha protección. Distinto es ya en talleres representantes de marcas o en mantenimiento de empresas forestales, maquinaria de gran porte, que ahí ya vienen con otra cultura en materia de seguridad”, puntualizó.

PLANIFICACIÓN, ORDEN Y LIMPIEZA

Uno de los principales desafíos es lograr que el trabajador incorpore rutinas de prevención. Cabrera lo resume en tres pilares: “Cuando hablamos de seguridad en el trabajo, la planificación, el orden y la limpieza son tres aspectos fundamentales”.

El especialista ejemplificó con una situación habitual: “Muchas veces se levanta un vehículo y recién ahí el mecánico se da cuenta de que no tiene la llave adecuada, que debe salir a buscarla”. Esa improvisación genera riesgos. “La planificación es uno de los principales aliados en materia de seguridad laboral”, enfatizó.

El orden y la limpieza también son determinantes. En talleres chicos los autos van llegando y se colocan unos al lado de otros, lo que reduce mucho los espacios de trabajo “y eso en general conspira contra un ambiente seguro”.

EQUIPOS DE PROTECCIÓN PERSONAL

El uso de equipos de protección personal es una exigencia legal y una necesidad práctica. “Como base, es la ropa de trabajo. Después, los guantes, que protegen de riesgos físicos como cortes y golpes, pero también del contacto con sustancias químicas, grasas y aceites. Los lentes evitan proyecciones en la vista”, detalló. Además, según la medición de ruido, puede ser necesaria la protección auditiva cuando la exposición supera los 80 decibeles, agregó.

Además, advirtió que la elección del equipo depende siempre de los riesgos específicos del taller. Para manipulación de productos químicos pueden ser guantes especiales o una mascarilla de protección respiratoria, según mencionó.

HERRAMIENTAS Y MÁQUINAS: CHEQUEO Y USO ADECUADO

En cuanto a cuáles serían los cuidados en el manejo de herramientas y maquinarias para reducir riesgos, indicó que “en general lo que siempre recomendamos es la limpieza, la higiene, el cuidado, el chequeo preuso. Si la herramienta está desgastada, hay que sustituirla”, indicó.

El uso incorrecto de las herramientas también genera problemas. “Se ve mucho en tallares chicos que si no tenemos una herramienta adecuada, improvisamos. Un destornillador para hacer de palanca o una llave chica con un caño para aumentar la fuerza”. Ese uso inapropiado genera desgaste y puede terminar en un accidente, advirtió.

MANEJO DE ACEITES, COMBUSTIBLES Y QUÍMICOS

La manipulación de productos químicos requiere especial atención. “Tienen una peligrosidad específica y pueden producir accidentes o enfermedades profesionales”. Una salpicadura en la vista es un accidente inmediato, mientras que la exposición prolongada a un desengrasante corrosivo puede generar una enfermedad profesional años después, graficó.

Las medidas preventivas parten del conocimiento del producto. Se analiza la etiqueta, la ficha de seguridad y en base a eso se establecen protecciones: guantes, mascarillas, ventilación natural o extracción de gases. Son medidas que “ayudan a que el ambiente de trabajo sea más limpio”, destacó.
A esto se suman los problemas de carga y posturas inadecuadas. Las lesiones musculoesqueléticas son una de las principales causas de “ingresos al Banco de Seguros por accidentes de trabajo o enfermedades profesionales”, aseguró.

SEÑALIZACIÓN Y CULTURA PREVENTIVA

La señalización cumple un rol clave en la organización. El cartelito de ‘aquí van las herramientas’, ‘no pisar esta zona’ o ‘riesgo por desnivel’ da señales permanentes al trabajador. Pero no alcanza solo con colgar un cartel, “tiene que venir acompañado de supervisión y capacitación”, subrayó.

En este punto, recordó la obligación legal de formar a los trabajadores. “El empleador debe instruirlo en cuáles son sus riesgos, cuáles son las medidas de trabajo, y corregir cuando hace las cosas mal para que pueda cambiar los hábitos”.

CAPACITACIÓN PARA EVITAR ACTOS INSEGUROS

“Los accidentes ocurren por dos cosas: condiciones de trabajo inseguras o actos inseguros”, señaló Cabrera. Si bien las condiciones son importantes, “la ocurrencia de accidentes está vinculada en un 85% a actos inseguros”.

Por eso la capacitación y la concientización resultan fundamentales. No alcanza con dar una charla para cumplir con la ley. La formación debe ser constante, diaria, para que el trabajador incorpore buenas prácticas, observó.

PROTOCOLOS ANTE EMERGENCIAS

Además de la prevención, es necesario saber cómo actuar si algo sucede. La normativa habla de la obligatoriedad de los servicios de prevención, pero también incluye la preparación para emergencias. Puede ser un accidente de trabajo, un derrame, un incendio o una descompensación de salud, explicó.
El protocolo básico es claro: “Siempre hablamos del método PAS: proteger, avisar y socorrer”. Proteger al accidentado y al entorno, dar aviso para reducir los tiempos de respuesta, y socorrer si está a mi alcance. Cada vez más empresas apuestan a capacitar en primeros auxilios. Es fundamental que los trabajadores sepan actuar en los primeros minutos, porque eso reduce las consecuencias de la emergencia, subrayó.

UN MENSAJE PARA TRABAJADORES Y EMPLEADORES

Cabrera dejó un mensaje dirigido a ambas partes. “A la empresa le digo que el trabajo en seguridad no solo mejora las condiciones propiamente dichas, sino también el entorno”, indicó, considerando que el trabajador se siente cuidado en un lugar ordenado y limpio, trabaja mejor y de mejor manera. A la vez, les recomendó que se interesen y mejoren las condiciones porque eso también mejora la producción.

Y agregó un recordatorio para los trabajadores: “Cuidemos nuestra fuerza de trabajo, que es lo que necesitamos para la vida personal y laboral”. Recordó que no se trata solo de trabajar para llevar un sustento a la familia, sino de cuidar el cuerpo para poder disfrutar con nuestros seres queridos. “El objetivo es trabajar para vivir, no vivir para trabajar”, reflexionó.

ACCIDENTALIDAD EN TALLERES MECÁNICOS

Los datos del Banco de Seguros del Estado confirman la importancia del tema. En el rubro talleres de mecánica y chapa y pintura se registraron, solo en el último trimestre de 2024, 50 accidentes en octubre, 36 en noviembre y 29 en diciembre. El registro no distingue la gravedad de los casos, pero da cuenta de la magnitud del problema en un sector con alta accidentabilidad.

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