El cristianismo es un acontecimiento de vida, no es principalmente una moral o una ideología. Es un encuentro con la Vida de Jesús que vino para que tengamos vida y vida en abundancia.
Un acontecimiento que se traduce en un encuentro, que postula una presencia y se realiza en la contemporaneidad. Afirmar esto significa reconocer el carácter radicalmente nuevo y soberano que tiene el cristianismo. Según el diccionario, acontecimiento es un hecho importante que marca un momento de la historia.
El P. Luigi Giussani va más allá de esta definición y desarrolla la idea de que el acontecimiento es un hecho fundamentalmente nuevo. En la línea de Charles Peguy “no previsible”, no previsto, no consecuencia de factores antecedentes.
Por lo tanto, algo que sorprende, que irrumpe en la historia. también la historia de la persona singular.
Cristo es la respuesta adecuada a los deseos má s profundos de la persona humana. La expectativa recibe una respuesta totalmente imprevista.
Dice Giussani “Lo central de nuestra propuesta es mas bien el anuncio de un acontecimiento que ha sucedido y que sorprende a los hombres del mismo modo en que, hace dos mil años, el anuncio de los ángeles que sorprendió a los pastores en Belén. Un acontecimiento que ocurre antes de cualquier consideración acerca del hombre religioso o no religioso. Un tema decisivo”.
Los cristianos llamados para dialogar con la cultura secular lo hacemos del presupuesto de una presencia que ilumina todo. En su forma más verdadera también el dialogo es comunicación del acontecimiento, instrumento para que se de el encuentro.
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