Escribe Ernesto Kreimerman: La mentira tiene alas y vuela

Vivimos en una era paradójica, ahogados en información pero sedientos de certeza. En este océano y mares de datos, la mentira ha perfeccionado su tarea de flotación. Hay que irse bien atrás en el tiempo para encontrar la mejor síntesis de los que no ha tocado en suerte vivir. Fue Don Miguel de Cervantes quien lo expresó con tanta claridad: “La mentira tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose”. Pero en aquellos tiempos la mentira apenas merodeaba los bares, que entre copas y algún bocado, llenaba las horas vacías, y todas aquellas sentencias y afirmaciones apenas eran intrascendentes. Más cercano a nosotros, Umberto Eco, con su serena contundencia lo ajusta muy bien a estos tiempos que nos está tocando vivir. Así lo expresaba: “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles”. Esa cita es del escritor y semiólogo italiano Umberto Eco, pronunciada durante una conferencia en 2015 al recibir el título honorífico en la Universidad de Turín. Eco, conocido por obras como El nombre de la rosa, era un crítico agudo de la cultura contemporánea, y en este caso expresaba su preocupación por cómo las redes sociales amplifican voces sin filtro ni responsabilidad. La tecnología de comunicación, en particular las redes sociales, lo han acelerado todo, y junto a esta novedosa conjunción de fugacidad y anonimato, todo se mezcla con sabor a impunidad y renuncia. Estas alas son la propia fibra óptica, y su velocidad es casi instantánea. Una mentira, se explicaba, habrá dado la vuelta al mundo, habrá mutado en mil variantes y también se habrá instalado en millones de mentes antes de que la verdad, pobre y metódica, “tenga la oportunidad de ponerse los pantalones”. Umberto Eco hizo esta afirmación cuando ya contaba con un bien ganado reconocimiento y alcanzado por obras que fueran reconocidas como El nombre de la rosa. Con esa magia, se adelantaría a estos tiempos y así aggiornarse como un crítico agudo de la cultura contemporánea. Con ella emergería que preocuparse podría significar un relacionamiento más en línea armónica que de choque. Ciertamente, actuar como una suerte de colectivo recortaría aquellas voces que se alzan sin fueros ni limitaciones.

La amenaza de la democracia

La industria de la mentira, o para expresarlo con más precisión, la mentira como método de comunicación que no solo se ha convertido en la principal amenaza para la democracia, sino en una industria tremendamente rentable gracias a su impunidad. Recordemos como un recurso completo, más contundente y cierto: la mentira como método de comunicación no solo se ha convertido en la principal amenaza para la democracia, sino que se ha confirmado como una industria muy rentable gracias, entre otra condición, a su impunidad. Un estudio del MIT ha sido revelador: en efecto, en el año 2018 las noticias falsas se difundieron seis veces más rápido que las verdaderas. La explicación de los expertos radica en que ciertos motivos que promueven esta situación tienen que ver con la psicología humana, y es sencilla. En efecto, la verdad es aburrida, pero la mentira puede llegar a ser tan entretenida y generar tantas emociones como pueda con el único límite de la creatividad. Ello sumado a la condición humana del sesgo de confirmación, con el cual damos más credibilidad a los prejuicios, odios y miedos que tenemos. Hacen, una vez cumplidas estas características, que una mentira bien elaborada pueda ser escurridiza a la racionalidad de la corteza cerebral y vaya directa a nuestro bulbo raquídeo de manera eficiente.

Según un estudio del MIT

Las fake news o noticias falsas no son algo nuevo ni tampoco reciente. Lo más o menos novedoso es la aparición de esta denominación. Obviamente, han existido desde hace siglos pero la predominancia actual muestra que nunca se había expresado con esta fuerza. Bien se puede afirmar que es un hecho escandaloso que deja en evidencia el derrape cultural, el más significativo de las últimas décadas. El primero es el caso Roger Ayles y la forma de gestionar exitosamente, incluso desde el punto de vista económico, FOX News, el canal de televisión por cable con más ganancias en los Estados Unidos; su modelo de negocio se basa en el sesgo de confirmación que Roger explicaba de la siguiente manera: “La gente no quiere informarse, quiere sentirse informada”, que no es lo mismo aunque parezca casi igual. Ayles concluye que si esa (des)información se alinea con sus prejuicios e intereses, será mucho mejor. Una trascendente operación bélica se orquestó por parte de FOX News, en auxilio del presidente de Estados Unidos, George Bush y de dos aliados temerarios en busca de lograr un posicionamiento propio como Toni Blair y José María Aznar. Esta alianza circunstancial pero con propósitos de gran valor, procuraron en base a probadas mentiras, persuadir al mundo con burdas estrategias de que en Irak estaban listas para ser utilizadas armas de destrucción masiva. A partir de esa chapucería, se prepararon para justificar la invasión militar y así quedarse con la explotación petrolera, la que sería explotada por las empresas multinacionales e intermediarios que financiaron esa campaña de desinformación. Al igual que en los medios de comunicación tradicionales, donde los periodistas más honestos eran desalojados o directamente expulsados del prime time, promoviendo a profesionales de menor rigor, maleables, condescendientes a la manipulación y la mentira, desde plataformas digitales que en lugar de luchar contra la desinformación, venden y promueven condescendencia.

Y fin

Otro factor de avasallamiento de las libertades para el ejercicio profesional del periodismo tiene que ver con la implementación artificial mediante bots y trollcenters con los cuales gerenciar una acción premeditada de desinformación con el total consentimiento de las plataformas donde operan, y con los respectivos costos. No sólo se ha constituido en una herramienta inmoral, sino que es en muchos casos un modelo de negocios, inmoral y antidemocrático, a la vez que muy rentable.

Ingresa o suscríbete para leer la noticia completa y todo el contenido del diario.

IngresarPara quienes tienen una suscripción activa o quieren renovarla.SuscribirmePara quienes se suscriben por primera vez.

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*