En la última sesión de la Junta Departamental de Paysandú y tras plantearse el tema como grave y urgente por aplicación del Art. 47 del reglamento interno, el cuerpo aprobó por unanimidad una declaración por la que se manifiesta “inquietud” respecto a que se pueda contar con los recursos necesarios para el funcionamiento de las instalaciones universitarias en Paysandú, pese a la incorporación de la estructura edilicia del Campus Universitario.
De acuerdo a lo expresado por los ediles en el recinto, tras haber mantenido una reunión con el rector de la Universidad, Héctor Cancela, el problema, como se temía, radica en la afectación de recursos por el Poder Ejecutivo para atender el presupuesto universitario, en tanto días antes el propio rector había advertido, según informó La Diaria, que con los montos asignados por el gobierno será “casi ínfimo lo que se va a poder cubrir” de las necesidades que tiene la universidad, sobre todo en el caso del Interior.
Cancela expresó que el presupuesto asignado por parte del gobierno es “bien distinto” al monto que había solicitado la casa de estudios --un incremento del 52% al final del quinquenio-- y a “las expectativas que podíamos tener al respecto”.
El presupuesto que el Poder Ejecutivo entregó al Parlamento prevé tres partidas anuales por un total de 350 millones de pesos: una partida de 150 millones de pesos para becas de grado y otras dos de 100 millones de pesos cada una para financiar horas docentes y para las obras en el Hospital de Clínicas.
A su vez, hay 140 millones de pesos para ajustes salariales, que surgen de una negociación tripartita y están sujetos a la ratificación por parte de los gremios y del Consejo Directivo Central (CDC) de la UdelaR, explicó Cancela. Tomando en cuenta los fondos fijos por 350 millones de pesos y los 140 millones, la partida presupuestal será de un 3% de lo que pidió la UdelaR.
El rector indicó que el presupuesto se discutirá en el próximo CDC, pero reconoció que “hay mucha preocupación en la universidad”, porque, si bien algunos rubros fueron tenidos en cuenta, ha sido con montos muy pequeños con relación a la necesidad y otros “directamente tienen un incremento cero. Lo que estamos viendo es que, realmente, de las necesidades que tiene la enseñanza universitaria, va a ser muy pequeño --casi ínfimo-- lo que se va a poder cubrir”.
Cancela afirmó que, en base al presupuesto propuesto por el gobierno, la perspectiva para el interior del país es “realmente muy dura”, porque “se asigna cero peso al programa territorial de la universidad”, para el que la universidad pedía unos 830 millones de pesos. Cancela advirtió que, “en la medida en que quedamos congelados en recursos”, el desarrollo en el Interior “puede ir retrocediendo”.
Y acá está el problema que se percibe para llevar adelante las políticas de descentralización que propone la Universidad, porque no alcanza con los proyectos, sino que es imprescindible contar con dinero para financiarlos, y en estas restricciones caerían en la volada las dependencias universitarias en el Interior, incluyendo las sanduceras.
De mantenerse así las cosas, solo quedaría como esperanza la batalla que puedan dar los legisladores en el Parlamento para cambiar esta disposición de recursos que propone el Poder Ejecutivo y a esto apunta precisamente la exhortación de la declaración de la Junta Departamental, en el sentido de contar con la acción coordinada de la “paybancada” para obtener los recursos.
Actualmente preside la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), dependencia del Poder Ejecutivo que tiene que ver con la forma de distribución de los recursos presupuestales, el Dr. Rodrigo Arim, quien ejerciera como rector y tuviera activa participación en ejercicio de ese cargo para hacer realidad el Campus Universitario. Pero Arim renunció para integrarse a este gobierno desde la OPP y ahora está del otro lado del mostrador, defendiendo lo que ofrece el Ejecutivo en el Presupuesto, y pese a que sabe los rubros que se necesitan para esta descentralización universitaria, y más allá de su convicción personal, no hay dudas de que forma parte del gobierno y de que actuará en consonancia con la línea de acción del Poder Ejecutivo.
Nos encontramos una vez más con la dicotomía que hay en la postura de nuestros dirigentes políticos cuando se alternan estando en el gobierno o en la oposición, porque los que ayer reclamaban recursos hoy dicen que no hay, y al revés, los que decían que no había hoy sostienen que se puede. El ministro de Economía y Finanzas, Ec. Gabriel Oddone, explicó el por qué de la contradicción entre la promesa del presidente Yamandú Orsi en campaña de no subir impuestos, y su propio respaldo, en el que había puesto un matiz aludiendo al concepto de readecuación fiscal.
Oddone indicó a los legisladores que “el presupuesto incluye un incremento de los ingresos como porcentaje del producto”, algo que antes de asumir “había sostenido que creía que eso no era necesario”.
“Pero definitivamente la situación fiscal que el país tiene por delante requiere de una consolidación y una convergencia fiscal a los cinco años que tiene que hacer uso de los ingresos que el Estado tiene a su disposición”, detalló, y aclaró que la Cámara se refirió “estrictamente” a su postura, y no mencionó al Frente Amplio.
En esta línea, recordó que sus afirmaciones durante la campaña de 2024 se dieron “porque la información” que “disponía hablaba de un déficit fiscal proyectado para este año de 2,8% del PBI [Producto Bruto Interno]”.
De hecho, agregó, “la estadística oficial durante la campaña electoral del año pasado reportaba ese déficit, pero ahora va a ser del 4,1%”.
“Todos los analistas privados, entre los cuales yo también estaba, decíamos: (habrá un déficit del) 3%; del 4,1% nunca”, reconoció.
Indicó que trató de “ser cuidadoso con las palabras” durante la campaña, sin embargo, contrastó: “Convengamos que el escenario fiscal que tenemos por delante no tiene nada que ver con el que nadie se imaginaba hace un año”.
Habló de las críticas ante lo “optimista” del presupuesto elaborado por el Ejecutivo. “No corresponde hablar de optimismo porque todos, incluso el equipo económico del período anterior, creíamos que íbamos a crecer más de lo que estamos creciendo. Así que nosotros creemos que es un supuesto realista”, sostuvo.
“Y, si no ocurriera así, tendremos que tomar decisiones. Al piloto del avión vos no le preguntás qué pasa si tenés una tormenta que te agarra, lo tendrás que gestionar, ese es nuestro trabajo”, completó.
Es decir que como hemos sostenido siempre, la que manda es la realidad, mucho más allá que las promesas electorales y los voluntarismos, que por regla general solo cumplen el rol de “enganche” electoral para los que están dispuestos a creer en el partido o ideología que sea.
Y en este camino cuesta arriba, la palabra la tienen ahora nuestros legisladores, recogiendo el sentir de nuestras fuerzas vivas, con planteos serios y muy bien fundados en el Parlamento en el marco de la discusión presupuestal en pro de obtener los recursos que se necesitan para hacer realidad la descentralización universitaria, sobre todo en el norte del río Negro, para continuar una transformación educativa imprescindible para el Interior y el país.
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