El fallecimiento de Jonatán Núñez Ribera, de 32 años, ocurrido en el Centro de Tratamiento Intensivo del Hospital de Salto, continúa generando conmoción en el departamento y derivó en una serie de repercusiones institucionales, sociales y periodísticas. La muerte del joven se conoció pocas horas después de que realizara un desesperado reclamo público en redes sociales por atención médica, situación que motivó una conferencia de prensa de las autoridades hospitalarias y, paralelamente, un contundente pronunciamiento de un grupo de periodistas locales.
Núñez había publicado días antes de su fallecimiento un video en el que relataba su estado de salud y denunciaba demoras y falta de respuestas en el Hospital de Salto. “Hace más de un mes que estoy con un problema de salud, no me dan pelota en el Hospital”, expresó, asegurando que llevaba semanas esperando la realización de una tomografía. En su mensaje, sostuvo que “el Hospital es un desastre” y que dejaba su salud “en manos de Dios”, reclamando públicamente medidas por la cantidad de personas que, según afirmó, atraviesan situaciones similares.
La noticia de su fallecimiento provocó una inmediata reacción de familiares y amigos, quienes en la tarde de la víspera anunciaron una movilización frente al centro asistencial, reclamando explicaciones y responsabilidades por lo sucedido.
En ese contexto, la directora del Hospital de Salto, doctora Gabriela González, encabezó una conferencia de prensa en la que intentó brindar explicaciones generales sobre el caso. La jerarca indicó que, ante toda muerte inesperada, la Dirección del hospital activa de forma automática los procedimientos correspondientes, derivando la situación al Comité de Seguridad del Paciente (Cosepa), integrado por profesionales independientes. Señaló además que existe una investigación administrativa en curso.
González remarcó que, por razones de secreto médico y confidencialidad, no es posible brindar detalles específicos sobre este ni sobre ningún otro caso individual. No obstante, afirmó que Jonatán Núñez “recibió todas las consultas, interconsultas, estudios y procedimientos que fueron indicados”, de acuerdo con las evaluaciones clínicas realizadas durante su internación.
Asimismo, expresó que “estamos todos cubiertos con eso, amparados por el secreto médico y tenemos prohibido decir cosas de la historia clínica de las personas”. Estas declaraciones generaron interrogantes entre los periodistas presentes, particularmente por el contraste con el propio testimonio público del joven en redes sociales. Consultada sobre si en algún momento se hará pública la causa real del fallecimiento, la directora intentó aclarar sus dichos, aunque sin despejar completamente las dudas planteadas.
En otro pasaje de la conferencia, González sostuvo que la Dirección del hospital “no trabaja en función de las redes sociales”, afirmando que no viven ni se alimentan de ese tipo de publicaciones. Agregó que, a nivel institucional, no se registraron reclamos formales por parte de Núñez y recordó que el Hospital cuenta con un servicio de atención al usuario que funciona todos los días y está abierto a quienes se sientan mal atendidos o no tenidos en cuenta.
PIDIERON PRESENCIA POLICIAL
Sin embargo, la conferencia de prensa sumó un elemento adicional de controversia. Un grupo de periodistas de Salto emitió posteriormente un comunicado conjunto en el que expresó su “repudio absoluto” a la presencia de efectivos policiales custodiando el acceso a la conferencia, instancia que había sido convocada expresamente para la prensa.
En el pronunciamiento, los comunicadores señalaron que la presencia policial resulta “absolutamente injustificable” y “profundamente preocupante”, al entender que intimida y condiciona el normal desarrollo del trabajo periodístico. “Los periodistas no somos delincuentes, no representamos una amenaza ni debemos ser tratados como tales”, expresaron, subrayando que su rol es preguntar y repreguntar para garantizar el derecho de la ciudadanía a estar informada.
El colectivo advirtió que este tipo de medidas remite a prácticas que creían superadas y que constituyen un retroceso institucional grave, sentando un precedente peligroso para la libertad de prensa y la vida democrática. “Hoy es una conferencia de prensa; mañana puede ser cualquier instancia informativa”, señalaron, exigiendo que este tipo de decisiones no se repitan y que se resguarden los espacios informativos como ámbitos abiertos, profesionales y democráticos.
Mientras tanto, el caso de Jonatan Núñez continúa bajo investigación administrativa y judicial, en un clima de fuerte sensibilidad social, reclamos de respuestas claras y un debate abierto sobre el funcionamiento del sistema de salud y las garantías para el ejercicio libre del periodismo.
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