
En el marco del aniversario por los 10 años del Liceo Francisco, se está llevando a cabo el congreso “Educar con Todos y para Todos: inclusión que transforma”, un espacio de reflexión que reúne a docentes, especialistas e instituciones con un propósito común: “pensar juntos cómo seguir construyendo una educación inclusiva, capaz de mirar con ternura, escuchar sin prejuicio y acompañar sin condiciones”, explicó el director Alejandro Pérez.
Durante las jornadas se escucharán voces diversas que invitan a pensar una escuela abierta a todos. “Experiencias de instituciones que hacen visible la inclusión desde lo concreto; testimonios de quienes defienden el derecho a la educación como una causa viva; aportes de docentes que trabajan por fortalecer habilidades socioemocionales; y miradas sobre la importancia de la salud mental, la sensibilidad y el arte como puentes para sanar y liberar”, indicó.
“Lejos de ser solo una sucesión de ponencias, este congreso se vive como un verdadero encuentro de saberes y corazones, donde la inclusión se reafirma como camino y horizonte”, aseveró Pérez.
El Liceo Francisco celebra una década de compromiso y esperanza, un proyecto educativo que nació como un sueño y que hoy es una realidad, transformando la vida de cientos de adolescentes y familias.
“Lo que comenzó hace diez años como una idea incipiente, hoy se ha consolidado como un espacio donde la educación se vive como encuentro y comunidad”, señaló el director. “En este tiempo, el liceo se ha convertido en una casa abierta, donde los jóvenes han encontrado un lugar para crecer, equivocarse, aprender y, sobre todo, volver a creer en sí mismos”, añadió.
El motor de esta obra ha sido siempre una convicción firme: “la educación no es un privilegio, sino un derecho, y cada adolescente merece una oportunidad real, más allá de su contexto, de sus carencias o de sus heridas. Esa convicción tiene un nombre y un rostro: la Fundación Francisco, que hace una década apostó por sostener y acompañar este camino”.
El festejo de los diez años del Liceo Francisco es también un reconocimiento a los docentes que creen en sus estudiantes, a las familias que acompañan, a los jóvenes que se esfuerzan, y “a la Fundación Francisco que, con su ejemplo, recuerda que educar es un acto de fe en el otro y en el poder transformador del aprendizaje”.
“A una década de aquel primer paso, la institución mira hacia atrás con gratitud, hacia adelante con esperanza y al presente con emoción, reafirmando su compromiso, seguir educando con todos y para todos, desde la ternura, la justicia y la esperanza”.
“El Liceo Francisco no solo celebra un aniversario. Celebra un camino compartido, una comunidad que no baja los brazos y una promesa renovada: la de seguir construyendo futuro”, concluyó el director.
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