Preocupa en Argentina los constantes ataques a productores agropecuarios

Los productores no logran entender qué se procuracon los hechos delictivos que ocurren en Argentina.

Los ataques a productores agropecuarios en Argentina, con la quema plantaciones agrícolas y rompiendo silobolsas, preocupan enormemente por ser cada más frecuentes, y fundamentalmente, por la inacción de las autoridades.
Varios productores han denunciado una creciente ola de cortadas de silobolsas y señalan que se trata de un ataque de odio de índole ideológico. Esto ha generado una pérdida enorme de granos y las autoridades aún no tienen pistas respecto a los involucrados en el tema.
Por ejemplo, días atrás, a un productor de San Jerónimo Sud (Provincia de Santa Fe, 350 kilómetros al oeste de Paysandú) le rompieron dos bolsas en un campo ubicado a la vera de la antigua Ruta 9, entre San Jerónimo y Carcarañá. Según alertaron, esta vez no hubo robo de granos pero ocurrió algo que puede considerarse aún más grave: rociaron los granos con curasemillas, con la clara intención de que la producción no sea apta para ser comercializada.
En otro punto del país, Leandro Sobrero, ejecutivo de la acopiadora Agrotecnología y Servicios de General Lavalle (300 kilómetros al sur de Buenos Aires), dijo al diario La Nación que días atrás, “cuando llegaron a la mañana los trabajadores e iniciaron el recorrido, dieron con la rotura de estas siete silobolsas que estaban en la parte más alejada del ingreso a la planta. Hicimos inmediatamente la denuncia policial, pero no se encontraron ni huellas ni nada”, explicó.
En un comunicado, casi 40 entidades de la cadena agroindustrial alertaron que estos ataques contra el sector se están produciendo con mayor frecuencia y peligrosidad. “Es importante comprender el alcance del daño producido, ya que estos ataques no solo van dirigidos a los productores, sino a la sociedad entera, especialmente en este particular contexto, donde la labor del agro resulta fundamental en la producción de alimentos”, dijeron.
En Santiago del Estero (norte argentino, 1.000 kilómetros al noroeste de Paysandú) denunciaron recientemente la quema intencional de 800 hectáreas de maíz listo para cosechar, más soja que estaba almacenada en silobolsas: “Los mismos que hablan de soberanía alimentaria y cuidado del medioambiente, son los únicos responsables de esta locura”, denunció el diputado de la provincia de Buenos Aires, Luciano Bugallo.
“Los hechos de violencia y daño hacia la propiedad privada, que se repiten a diario en el interior, claramente no son hechos aislados y van de la mano con las decisiones políticas del Gobierno”, agregó.

INCENDIOS, ABIGEATO Y ASESINATOS

En la última semana, La Nación de Buenos Aires alertó por incendios “provocados” en Chaco (650 km al norte de Paysandú). “Primero se empezó a quemar el rastrojo de maíz en un campo vecino. El fuego pasó muy rápido a lo de Alfredo Moccicafreddo y a nosotros nos avisaron. Corrimos porque teníamos las cosechadoras cerca, y fuimos enseguida a sacarlas. Había otros vecinos tratando de salvar la soja porque algunos la tenían en silobolsas ahí en el campo”, dijo a La Nación Leandro Rodríguez, que trabaja con la familia Moccicafreddo en un campo que se vio afectado por los incendios.
El campo de la familia Moccicafreddo, que pese al hecho no hizo la denuncia, fue afectado en unas 40 hectáreas de las 150 donde habían cosechado un lote de soja. En él, según contó Alfredo, aún había rastrojo de soja, lo que hizo que el fuego se expandiera con facilidad. Con otros lotes quemados en total se perdieron más de 200 hectáreas.
En la localidad de Roversi, en el departamento de Moreno, en Santiago del Estero, un grupo de siete productores se vieron afectados por el incendio.
La firma RCM se llevó la peor parte. “La pérdida más grande la tuvimos nosotros; se quemaron 900 hectáreas de maíz sin cosechar, los rastrojos de soja y teníamos 300 toneladas de soja en los silobolsas”, dijo Pablo Heffner, un ingeniero que trabaja para la empresa. Sobre finales de mayo, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) denunció que en la localidad de Oliva, en la provincia de Córdoba, el campo de Gabriel de Raedemaeker (vicepresidente de la entidad) fue prendido fuego.
“Estábamos por entrar a cosechar mañana. Estimamos una pérdida de 300 toneladas de maíz. Más allá de la pérdida económica es comida. Es un momento delicado, un momento muy difícil y debemos terminar con este tipo de hechos”, comentó a Grupo Todo Agro Raedemaeker.
“Los venimos denunciando y cada vez con más frecuencia”, remarcan desde la entidad en referencia además a la rotura de silobolsas, el abigeato y asesinatos de productores.