Cinco días con el Barcelona

El entrenador de arqueros de la selección de Paysandú, Enzo Ferrari, contó con la oportunidad a principios del mes pasado de integrar el Camp que organizó el Barcelona por segundo año consecutivo en Montevideo y en el que participaron casi 500 chicos entre 6 y 17 años de todo el país. Lo hizo en su función de formador de goleros y llegó a tomar parte de esta “linda experiencia” por su trayectoria en esa tarea.
El Camp del Barcelona tuvo lugar entre el lunes 4 y viernes 8 de febrero, y se desarrolló en el complejo del Club Náutico en la capital y en él se presentaron niños y adolescentes sanduceros. A diferencia del que organizaron el año pasado, en este incorporaron el entrenamiento de arqueros y, ante la gran afluencia de futbolistas –entre ellos 37 goleros–, es que necesitaron los servicios de Ferrari.
“Hubo un número mayor del esperado y por eso necesitaron de dos entrenadores” de arqueros que ayudaran al que acudía con la institución catalana, relató Ferrari. Su nombre surgió por su experiencia en trabajar con niños y con jugadores de Primera y, luego de enviar su currículum vitae, lo confirmaron para que se sumara a los movimientos del Camp. El otro uruguayo asignado para esa tarea fue Marcos Da Silva, coordinador de Litoral.
A su vez, a los ocho directores técnicos que arribaron con la delegación culé, se agregaron otros 20 del país para seguir las prácticas. Más allá de cualquier consideración futbolística, este tipo de Camp –que se organizan en todo el mundo– insiste en inculcar y transmitir los valores del Barcelona. Se basan en cinco puntos que se desprenden de cada letra de la palabra heart (corazón): humildad, esfuerzo, ambición, respeto y trabajo en equipo.
En relación a lo específico del entrenamiento de un cuidavallas, Ferrari contó que se hizo “mucho hincapié en el juego con el pie, en la búsqueda de los espacios”. “En que el niño razone las situaciones del juego y no darles la solución. Inculcarles desde chico a que vayan razonando decisiones del partido. Acá tendemos a resolverles todo”, prosiguió.
Los jóvenes goleros que estuvieron en el Camp del Barcelona Academy se dividieron en dos grupos, uno llamado Ter Stegen y otro Jasper Cillessen, los nombres de los dos porteros del actual primer equipo azulgrana. El resto de los futbolistas también se repartía en diferentes grupos, bajo los nombres de Luis Suárez, Lionel Messi, etc. Los entrenamientos se desarrollaron en doble horario en las canchas del Náutico, “todo con un orden espectacular”, en el que los chicos debían seguir un esquema de trabajo bien delineado.
Cada participante recibía su indumentaria del Barça para realizar los movimientos, eso sí, previo pago de 390 dólares –que es lo que cuesta el Camp–, aunque había diferentes becas como las que recibieron los chicos de Casa Blanca que el año pasado visitaron Barcelona tras ganar un torneo infantil.
Ferrari siente orgullo por haber sido parte de esta actividad. “Pudieron haber elegido otro de todo Uruguay. Tiene su valor”, aseveró quien tiene su propia academia de goleros en el Oratorio Zona Este, el Centro de Entrenamiento y Formación de Arqueros de Paysandú (CEFAP), abierto para todas las edades y categorías, desde el baby fútbol hasta Primera División.