Fondo internacional para obras de adaptación a efectos del cambio climático incluye Paysandú

Los departamentos de Paysandú, Salto y Río Negro, así como los de Concordia, Colón, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, del lado argentino, serán directos beneficiarios de un proyecto para ejecutar obras e implementar acciones de adaptación al cambio climático en la cuenta baja del río Uruguay por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Argentina.
Cada país recibirá seis millones de dólares en aporte no reembolsable, por lo que alrededor de dos millones se invertirán en cada departamento, en el caso de Uruguay. Proviene del Consejo del Fondo de Adaptación, que le dio el visto bueno en su reunión realizada en Bonn, Alemania. La propuesta elaborada por ambos países fue recomendada para su aprobación luego de un exhaustivo análisis efectuado por el Comité de Revisión de Programas y Proyectos del Fondo. Este comité, constituido por especialistas internacionales en cambio climático y en estrategias de adaptación, reportó positivamente el proyecto con escasas recomendaciones o comentarios técnicos.
La propuesta ha sido acompañada y gestionada ante el organismo internacional por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), en su rol de agencia de implementación de proyectos ante los fondos internacionales de Naciones Unidas de apoyo a acciones ambientales en los países miembro. Se espera que el proyecto aprobado comience a recibir recursos financieros a partir del segundo semestre de este año.
LA PROPUESTA DE PAYSANDÚ
El proyecto comenzó a ser gestionado en 2016 cuando estaba al frente del Departamento de Servicios Marco García quien trabajó acompañado por Natalia García y Claudia Moroy.
Consultado por EL TELEGRAFO el ahora técnico de CARU, dijo que “lo que se propuso –lo que está en el proyecto- fue la creación de un fondo similar al de Rehabilitación Urbana, con el mismo concepto, pero destinado a las viviendas que se encuentran en la zona portuaria, especialmente avenida Brasil cuyos residentes se resisten a abandonar sus hogares durante las inundaciones. Entonces, con este préstamo blando, se podrán hacer obras que recuperen o mejoren la infraestructura de esas casas, ya sea construyendo un entrepiso, construyendo una habitación en el techo en aquellos casos que sea posible, elevando el tendido eléctrico, hacer obras especiales en lo que refiere a la sanitaria. Buscar adaptaciones a las infraestructuras de las viviendas para mitigar el problema de las inundaciones”.
Asimismo “se planteó una obra de mitigación de la zona donde -con otros fondos- se están realizando realojos o los accesos al puerto, áreas verdes que permitan elevar la cota mínima de construcción a 6,50 metros, lo que efectivamente va con el proyecto y con la intención del programa internacional, es decir reducir la cantidad de personas, de familias que sean desplazadas por las inundaciones, cada vez más frecuentes por problemas diversos, entre ellos el cambio climático”, agregó García.
En la etapa “de gabinete” o de proyecto de escritorio trabajaron en conjunto la Intendencia, CTM, CARU y el Ministerio de Vivienda. “También realizamos dos recorridas con Ordenamiento Territorial. Así se fue formalizando el proyecto”.

OBJETIVOS DE LOS PROYECTOS A REALIZAR
Las obras a concretarse en ambas márgenes del Uruguay tienen objetivos generales comunes. Pretenden reducir las condiciones de vulnerabilidad y contribuir a desarrollar resiliencia al cambio y variabilidad climáticas en comunidades costeras vulnerables y ecosistemas del río Uruguay.
También promoverán “el fortalecimiento institucional considerando escenarios de cambio climático en el mediano y largo plazo, en políticas, planes y programas de ordenamiento territorial para ciudades y ecosistemas vulnerables identificados en cada país; una gestión integrada del riesgo climático en las ciudades y ecosistemas identificados para cada país, fomentando la implementación de sistemas de alerta temprana (SAT)”.
Asimismo se proponen medidas para la conservación de los ecosistemas costeros vulnerables del río Uruguay, que tienen un alto valor por su diversidad biológica y por su rol en la provisión de beneficios y servicios ecosistémicos, en particular en la regulación de la dinámica fluvial contribuyendo a un equilibrio dinámico (zonas de amortiguación, purificación del agua, regulación de inundaciones y temperaturas y prevención de la erosión, entre otros). Estos ecosistemas se ven impactados por los eventos climáticos severos, poniendo en riesgo la dinámica fluvial natural, la biodiversidad y la provisión de servicios ambientales. A su vez, estos impactos se ven incrementados por la creciente urbanización de las costas y los asentamientos en las riberas del río y sus afluentes incorporando otras amenazas asociadas a procesos de contaminación y pérdida de calidad del agua.

EL FONDO DE ADAPTACIÓN
El Fondo de Adaptación financia proyectos y programas que ayudan a las comunidades vulnerables de los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático, iniciativas que deben basarse en las necesidades y prioridades de los países.
Se estableció bajo el Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y, desde 2010, ha comprometido 532 millones de dólares para actividades de adaptación al clima y resiliencia, incluido el apoyo a 80 proyectos concretos de adaptación.
Se prevé que el cambio climático afectará en gran medida a las personas más pobres del mundo, que a menudo son las más afectadas por las catástrofes climáticas, la desertificación y el aumento del nivel del mar, pero que han contribuido menos al problema del calentamiento global.
En algunas partes del mundo el cambio climático ya ha contribuido a empeorar la seguridad alimentaria, ha reducido la disponibilidad predecible de agua dulce y ha exacerbado la propagación de enfermedades y otras amenazas para la salud humana.