“Si llego a la Presidencia de la República la ciudadanía puede estar tranquila en algo, en que no habrá nuevos impuestos. No vamos a poner nuevos impuestos, es una seguridad que podemos dar”, dijo Jorge Larrañaga, presidenciable por el Partido Nacional, que anoche estuvo en Paysandú para participar de reuniones partidarias con los grupos que apoyan su candidatura.
“No resiste el país tener más impuestos”, dijo al ser recibido por el director de EL TELEGRAFO, Alberto Baccaro. “Hay que buscar con inteligencia la manera de estabilizar los gastos. No se está recaudando hoy en algunas actividades; han cerrado fuentes de trabajo; hay que incentivar las industrias porque prefiero que no tributen pero sí que generen trabajo. Porque es evidente que actuando así esos trabajadores tributarán IVA y generarán consumo”.
El Frente Amplio acaba de indicar en sus bases programáticas “que pondrá más impuestos. Lo dice claramente en la página 29. Uno de ellos será el de a la herencia. Es una injusticia. Porque quien tiene una casa, un terreno, un pedazo de campo y se los va a dejar a sus hijos, deberá pagar impuestos. No es justo.
Claro que dicen eso tan común de que le quieren sacar más al que tiene más, pero por algún lado salta la liebre. Y quienes tienen más simplemente pueden no invertir, no generar trabajo. Es un error importante”, subrayó el precandidato a la Presidencia de la República por el Partido Nacional.
“Lo que se debe hacer –destacó Larrañaga– es una guerra al despilfarro público. Redactadas por Juan Andrés Ramírez y Carlos Delpiazzo, dos de los mejores juristas del país, presentamos 14 medidas contra el despilfarro y la corrupción. Ha quedado claro que hay una huida del derecho administrativo, pues hay cerca de 200 empresas paraestatales que como sociedades anónimas funcionan con recursos públicos de todos los uruguayos, escapando a los controles de la administración pública y del Tribunal de Cuentas”. “Esas empresas subsidiarias de las públicas fueron creando sociedades anónimas con capitales propios que nunca quiebran porque tienen el respaldo del estado y con gerentes cuyos salarios son más elevados que los directores de las empresas madres”, explicó también.
“Tenemos que ser estrictos en el gasto público para decirle a las calificadoras de riesgos y las entidades de préstamo que el país tiene un plan, un norte. Tiene que decirle que la realidad cambiará, que ya no habrán otros 15 años de despilfarro como cuando el Frente Amplio en esos 15 años de bonanza económica lo dilapidó todo. Ejemplos sobran: 1.000 millones de dólares en Ancap, 400 en Pluna, ASSE, Casinos del Estado y tantos otros pésimos negocios”.
“La era del Frente Amplio terminó porque el país ya no aguanta otros cinco años de pésima administración”, resumió Larrañaga.
