“Es muy ingrato recibir críticas injustas de quienes justamente por ser representantes de la ciudadanía deberían reconocer el trabajo de quienes lo hacen honorariamente”, dijo Rubens Stagno, presidente de la Comisión de Patrimonio Cultural. “No soy funcionario municipal. Mi actividad así como la de todos los integrantes de la comisión es honoraria”, dijo y aseguró que “vaya si hemos trabajado en estos años en la recuperación de nuestra historia y patrimonio”. En tal sentido “solo basta ver en la ciudad la recuperación de bienes culturales y otras propuestas que hemos gestionado y que hemos hecho realidad”.
Stagno dijo que espera “que nos citen desde la Junta Departamental, con cuya Comisión de Cultura hemos coordinado muchas acciones patrimoniales, no solo para hablar del pozo, sino para rendir cuentas de todo lo que hemos hecho en estos cuatro años que nos tocó presidir la comisión”.
En cuanto al brocal que ha provocado controversias, Stagno dijo que “se trata de una referente de la cultura de los inmigrantes del siglo XIX, de nuestros bisabuelos o abuelos que plantaron quintas y cultivaron frutales. De esos pozos había muchos y aun quedan algunos. También había innumerables aljibes que recogían el agua de lluvia para uso doméstico”.
Pero no está especificado como bien patrimonial. Empero para Stagno “eso es responsabilidad de los propios ediles, pues el Plan Urbanístico que se aprobó hace poco estuvo a estudio de los mismos durante años. Pasaba de una Administración a otra. Por lo tanto, sería bueno una dosis de autocrítica”.
Defendió asimismo que “los técnicos municipales, algunos de los cuales hace años que prestan servicios, con la debida seriedad del caso, informaron cómo iban a proceder y en una inspección ocular que hice ese día en horas de la tarde, cumplieron con lo acordado. Es falso que (Stagno) no haya asistido”. Subrayó que en su visita apreció como “las dos pilastras se cortaron tal como se había hecho la vez anterior, y esas partes fueron numeradas y están depositadas en el jardín central (de avenida Salto). Las partes metálicas fueron guardadas en el viejo edificio de Paylana. En cuanto al brocal se están buscando ladrillos similares a los de las pilastras, a los originales para reconstruirlo”.
Recordó que parte del brocal fue reconstruido en 1993, cuando fue colocado en la rotonda de avenida Salto y Zorrilla de San Martín. “Se puede comprobar por los relevamientos fotográficos que en el brocal, es decir la parte cilíndrica, el pretil digamos, se reconstruyó con otro mortero. También había algunos ladrillos que no eran de la misma época”.
Pero además, cuando a mediados de 2018 la Intendencia anunció las obras, incluyendo el traslado del brocal, “quienes se oponen a esta modificación no dijeron nada. Ni los propios ediles discrepantes. Ni una sola palabra, aun teniendo ese ámbito privilegiado de la Junta Departamental. Tampoco se dirigieron a la Comisión de Patrimonio”.
Incluso cuando “en la Administración anterior se propuso nada menos que demoler el Astor para hacer un edificio de altura, ofreciendo a la Intendencia un piso. Hicimos un movimiento, juntamos firmas y el intendente de la época (Bertil Bentos) entendió nuestros argumentos. Salvamos el Astor y este año se va a reinaugurar. Pero –con todo respeto– no vi a los ediles discrepantes participar de aquel movimiento o que hayan dicho algo, o que hayan firmado un petitorio”.
Rubens Stagno aseguró que “el pozo y brocal –tal como siempre se dijo–, será restaurado y volverá a estar presente en el paisaje urbano y en ese punto” al tiempo que convocó a que “la defensa de nuestro patrimonio debe ser una causa que nos una a todos los sanduceros. Con ese criterio venimos trabajando desde hace 19 años”.
