Asignaron viviendas a 26 familias en el marco del programa Mevir de Quebracho

En un clima de mucha emoción, en la víspera fueron asignadas mediante un sorteo las viviendas de los 26 participantes de Mevir en Quebracho. El acto contó con la presencia de la presidenta de Mevir, Cecilia Bianco y los miembros de la Comisión Nacional Honoraria de la institución, Gonzalo Balarini y Jorge Bertullo. Por su parte, estuvieron presentes el secretario general de la Intendencia de Paysandú, Mario Díaz, y la directora de Descentralización, Liliana Geninazza.
El programa incluye tres viviendas de 2 dormitorios, 20 de 3 dormitorios –que incluyen dos reajudicaciones de planes anteriores– y tres viviendas de 4 dormitorios.
Los referentes de las familias que integran el programa tienen entre 30 y 40 años y en todos los hogares hay presencia de niños. La presidenta de Mevir, Cecilia Bianco, dio la bienvenida y saludó especialmente a los participantes, felicitándolos por el esfuerzo realizado.
La obra comenzó en febrero del 2018. Los participantes realizaron horas por el sistema de ayuda mutua, colaborando con la construcción de todas las viviendas. Ahora saben cuál le corresponde a cada familia y en pocas semanas se entregarán finalmente las llaves de las viviendas.

ENTREGA EN OCTUBRE
“Se hizo la asignación de 24 viviendas nuevas y dos que tras repararlas se readjudican de esta primera etapa del proyecto Quebracho, por lo que se hizo un sorteo de qué vivienda le toca a cada familia”, dijo Bianco a EL TELEGRAFO.
Destacó que “a la obra le falta las terminaciones, pero el sorteo se hace previo para que vayan poniendo los consumos a nombre de cada uno, pueden dar las terminaciones de limpieza y arreglos del jardín, por ejemplo y la entrega va a ser los primeros días de octubre”.
Anunció que “Mevir ya tiene en construcción una segunda etapa en Quebracho y ya recibimos los terrenos de la Intendencia, lo que hace posible completar las familias que ya están seleccionadas para este plan. Esto hace que en el entorno de las 60 familias reciban sus viviendas propias –contando estas 26– a lo que se suman las viviendas que estamos haciendo en los terrenos propios de cada familia, que son unas cuantas también. Así que Quebracho, que tenía una necesidad de viviendas importante, va a quedar con la demanda atendida, al menos de las familias más necesitadas. Eso incluye el realojo de unas familias que viven en condiciones muy precarias y de hacinamiento en un asentamiento al lado del estadio”.
Explicó que en el caso de terreno propio, que son unas 15 familias, puede ser que sean terrenos sin vivienda, o “a veces puede darse que sea en el terreno de los padres, por ejemplo”.
En todos los casos, “son núcleos realizados por autoconstrucción, donde Mevir provee los oficiales albañiles, que acompañan la construcción, la familia pone dos personas durante el período que dura la obra, 50 o 60 días de trabajo efectivo, pongamos tres meses contando fines de semana o lluvias, y después sigue con el mismo régimen de las viviendas construidas en núcleos, pagando sus cuotas. La diferencia es que en vez de hacerlo por ayuda mutua, construyendo entre todos, ahí lo hace cada familia en su terreno”.