Guillermo Arias, entrenador de Amanecer, disfrutó lógicamente del triunfo ante Porongos, pero rápidamente bajó a tierra: sabe que la revancha será igual de complicada que este partido que se ganó el sábado en el Estadio Artigas, por los octavos de final de la Copa Nacional de Clubes de OFI.
“Porongos es un rival durísimo, que tiene jugadores de mucha experiencia y trayectoria, que en definitiva son los que muchas veces te definen los partidos. Pero los pudimos controlar bien, hubo mucha concentración, mucha actitud, y todo el equipo rindió”, remarcó el técnico, para quien la victoria llegó “por mérito del trabajo del equipo, más que por las individualidades”.
La clave del partido estaba a la vista: “Hablamos a lo largo de la semana que había que estar concentrados, ordenados. Había que minimizar los errores, y ante la duda no había que arriesgar, porque podían aprovechar si dejábamos espacios”. Pero claro: una cosa es tenerlo en claro, y otra es llevarlo a la práctica. Y Amanecer pudo aferrarse a la planificación para vencer 1 a 0 a un difícil rival.
El plantel todavía no piensa en la revancha. Sabe que primero tendrá que afrontar el partido ante Guaviyú, mañana por el torneo local. “Ahora cambiamos el chip, pero tenemos en claro que la revancha va a ser más difícil que el partido de acá. Pero estamos en buenas condiciones de pasar, ya que si bien la serie está abierta, es importante no haber recibido goles”, dijo Arias.
¿Cómo se encara la doble competencia? “Vamos rotando”, confirmó el técnico. “Y también a los juveniles para que vayan teniendo minutos, dado que también es la forma de que puedan debutar en Primera.
Hemos visto cómo responden y hasta el momento todos lo han hecho de buena manera, por lo que sabemos que podemos contar con ellos”, señaló para luego hacer referencia que de los seis juveniles que han tenido minutos en Primera, cuatro de ellos son de la categoría 2003.
