Productora neozelandesa recorre nuestro país observando otras experiencias ovinas

José Aguerre, Mateo Algorta y Sarah Croofot, en la Rural del Prado.

MONTEVIDEO, (Por Pablo Blanc).- Sarah Croofot llegó a nuestro país desde su Nueva Zelanda, procurando conocer nuevas experiencias y formas de producción, y la posibilidad de contactarse con criadores e invernadores de ovejas, principalmente Texel y Merino Australiano, a pesar de ser criadora de la raza Romney Marsh.
Posee un campo de 3.700 hectáreas, donde manejan 12.000 ovejas base Romney y 16.000 corderos con una tecnología de punta en ovinos, además de 1.000 ovinos.
Llegó a nuestro país procurando conocer la realidad de otros sistemas de producción y las limitantes para poder compararlos con el de ellos. “El panorama para la producción ovina en Nueva Zelanda es muy bueno, especialmente porque está basado en la producción de pasto que crece durante todo el año y brinda ventajas comparativas muy grandes”.
El ingeniero agrónomo Mateo Algorta visitó en el año 2011 el establecimiento de Croofot, explicando que allí se utiliza una tecnología muy innovadora en el trabajo con los ovinos.
Además de un muy buen clima, “optimizan su clima a favor para las pasturas perennes, con una alta carga por hectárea y correcto manejo, con perros, personal y tecnología, que le permite lograr 140% de señalada, con 12 a 15 mil ovejas”.
La productora reconoció que en su país “hay una cadena muy importante entre el productor y la industria”. Algorta aclaró que “ellos tienen un convenio con un invernador, al cual le venden 10.000 ejemplares todos los años. Ese invernador los espera con una paramétrica de precios, y los aguarda con la comida pronta para engordar, y fomentar la cadena en donde ya hay un preacuerdo con la industria frigorífica”.
Las principales herramientas que se utilizan en su país están enfocadas en el trabajo. “Se busca que el personal tenga menos trabajo, procurando ser más eficiente con menos gente, sumado al mayor personal que tienen que son los perros, a los que solo les falta hablar”, precisó Algorta.
“Uno de los peones sale con su cuatriciclo y cinco perros arriba, y les juntan la majada en pocos segundos”, dijo Algorta en el stand de Valle Verde, en donde se la puede encontrar a la productora en el predio de la rural del Prado. “En oportunidad de la señalada, si bien el campo es muy grande, tienen dos o tres bretes que se arman en 30 minutos en zonas alejadas de la casa, que permite optimizar los tiempos y trabajar más cómodos y profesionalizando su actividad”.
Croofot, quien llegó el pasado viernes a Uruguay, pretende recorrer establecimientos del norte del país, especialmente de Merino Australiano y Texel. A la raza carnicera, se suma que ahora incorporan ejemplares de la raza Merino para la fineza en la lana.