Se preparó para llegar. O para hacer el intento, sabiendo que correr 230 kilómetros por arena, sin parar, sin dormir, sería mucho más que complicado.
El sanducero Jacinto Rivero comenzó a correr desde la Barra del Chuy, donde largó la Cassino Ultra Race, el ultramaratón sobre playa más largo del mundo, que finalizaría en la brasileña playa Cassino.
Y pasó de todo para poder alcanzar el objetivo. Para, en realidad, superarlo con creces si se tiene en cuenta que se subió nada menos que al tercer lugar del podio general.
Rivero remarcó a EL TELEGRAFO desde Brasil que “fue una carrera durísima”, pero confesó que “mucho más de lo que suponía”.
El ultramaratonista destacó que “entran en juego muchos factores, porque el terreno es arena y muchos desangraderos te complican bastante, sobre todo en la noche”, a lo que se suma sin dudas el hecho de “luchar contra el sueño”, dado que “la travesía me llevó 46 horas y no dormí”.
Además, “hay que cargar con mochilas con agua, medicamentos, mantas de emergencia, camperas impermeables, linternas… Cada puesto para reponer agua o alimentos estaban ubicados a 44 kilómetros, y el fuerte viento desgastó mucho, al punto que el último tramo de 44 kilómetros lo hice con viento en contra”.
Rivero tenía en claro que la cabeza con la que se encarara la competencia era clave. Y lo fue. “Son pruebas donde lo esencial es la mente, pues ningún físico termina sano. Tampoco pude contar con la asistencia de mi equipo porque no se permite”.
La competencia es sumamente exigente. Y pasa factura. “Pasé por momentos en los que me dormía corriendo y me despertaba el agua que me mojaba. En la noche escuchaba voces, veía cosas que se movían y en realidad no había nada. Había escuchado de ese tipo de situaciones, pero ahora me pasaron. Finalicé con los pies llenos de ampollas y muy dolorido, ahora que me enfrié. Estoy con analgésicos y tratando de dormir porque no duermo desde el jueves temprano”, remarcó pocas horas después de cerrada la competencia, el sábado.
Rivero remarcó además el apoyo de Hugo Texeira y Royer Olivera, “que siempre me acompañan en todo esto”. Ayer se realizó la entrega de premios.
