Eugenio Schneider: “La empresa sangra igual o más de lo que sangran los obreros”

Eugenio Schneider, presidente del Frigorífico Casa Blanca.

“La situación general de la industria frigorífica en Uruguay es como una tormenta perfecta y en el caso de Fricasa aun peor”, dijo Eugenio Schneider, presidente del Frigorífico Casa Blanca (Fricasa). La faena de enero “fue la mejor del siglo XXI en todo el país. En nuestro caso de apenas 1.500 cabezas, que es lo que matamos en una semana que no es buena en otras épocas del año”.
Eso provocó una reducción “abismal” de dinero en caja para hacer frente a todas las obligaciones comenzando “por el pago a los obreros”. Actualmente “debemos medio mes y algunas licencias, aun cuando en este último caso con parte de nuestro personal realizamos negociaciones bipartitas sobre el pago de las mismas”.
“La empresa sangra igual o más de lo que sangran los obreros”, subrayó el empresario.
A esa situación se suma que “desde hace varios meses el ganado es escaso”, lo que “desencadenó una lucha por el poco ganado gordo disponible, debido a los precios que pagaba China, aunque ahora la situación ha cambiado, lo que elevó el valor en Uruguay por encima de Alemania, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. En el caso del mercado argentino, un directo competidor nuestro, casi duplicamos su precio”.

PROBLEMAS CON EL MERCADO CHILENO

Para agravar la situación, Fricasa “que durante los últimos cuatro años domina el 42% de la exportación a Chile desde Uruguay, un mercado joya, tanto financieramente como por el tipo de carne, en octubre colapsó. Estallaron revueltas que nadie esperaba y se cayó bruscamente. Tan compleja era la situación que ni siquiera conseguíamos seguro para los camiones transportadores porque imperaba el motín. Y, de hecho, los clientes pidieron que dejáramos de enviar carne porque no podían asegurar que iban a estar abiertos”.
La situación ahora tiende a mejorar porque “acabamos de cerrar el primer negocio con Chile desde octubre”.
Empero durante 2019, Fricasa perdió seis millones de dólares, “lo que fue una constante de la industria, las pérdidas económicas en el período”.
Fricasa, según Schneider, “siguió adelante por los obreros, porque tenemos que mantener nuestros clientes y proveedores y para mantener nuestras carnicerías abiertas. Importamos mucha carne de Brasil para poder abastecer nuestras propias carnicerías, porque la carne uruguaya iba a China, un mercado que por entonces pagaba mucho mejor”.
La diferencia de Fricasa con el resto de la industria frigorífica es que “no tenemos ninguna deuda bancaria. De hecho, pedimos un crédito al BROU pero se nos dijo que no, porque tenían que cuidar a los que ya estaban endeudados”. Tampoco “despedimos personal, aunque no reemplazamos tampoco en el caso de quienes se jubilan o se van por diferentes causas”.
Recibió apoyo de “proveedores de gran prestigio y con los que trabajamos muchos años, quienes si bien no pudieron aportar dinero sí entregaron ganado. Por nuestra parte, estamos a la búsqueda de socios capitalistas; seguimos buscando soluciones y personalmente estoy convencido que las vamos a encontrar. Hemos salido de otras crisis peores. La diferencia ahora –y eso la hace más visible– es que hemos crecido en nuestro nivel de negocio. Tener 700 empleados no es poca cosa. Y hay que responderles, porque la franja inferior depende exclusivamente de nosotros”.

DIFERENTES FORMAS DE ABONAR SALARIOS

Destacó Eugenio Schneider que “dividimos el pago de sueldos –en la situación que estamos pasando– en tres clases. Aquellos salarios más altos, ingenieros, otros títulos universitarios o personal muy capacitado hay meses que no cobran. Pueden esperar. Luego viene aquellos que ganan muy bien si se trabaja bien, de lo contrario no. Finalmente, los obreros que dependen si hay faena para trabajar. Otros como carpinteros, mecánicos trabajan todos los días. De todas maneras nuestro principal esfuerzo está en pagarles primero a estos”.
En el primer semestre del año pasado “una cifra muy cercana al millón de dólares se iba en salarios, incluyendo cargas sociales y seguros. Una enorme cantidad de dinero a la que había que enfrentar”.
Mirando a mediano plazo, “lo que resintió el negocio de la industria frigorífica fue que entre 2010 y 2018 se vendió a Turquía ganado en pie por 1.900.000 animales. No podemos venderle nada de carne faenada porque tenemos un arancel del 200%, pero sí ganado en pie. Esa cifra es igual a un año entero de faena. Y se llevan terneros de un año, por lo que solamente quedan vacas y vaquillonas. Los turcos se ríen de nosotros”.

EN FEBRERO MEJORA ALGO LA INDUSTRIA

Febrero será un mes sensiblemente mejor que enero y el miércoles “salió un contenedor rumbo a China, incluso con las enormes dificultades que tiene esa nación, que tiene detenida buena parte de su economía. Eso hace que nuestros compradores pidan más plazo para el pago, porque ni siquiera la banca funciona normalmente”.
Asimismo los precios han bajado, está en 3,50 el kilo pero debe seguir bajando desde que los países competidores ninguno supera los 3 dólares. Seguimos siendo muy caros.
De todas maneras, “tratamos de mantener la moral en alto” aun cuando entre un 30% y un 40% del personal está en seguro por desempleo. “Ya hicimos el recambio de personal que volvió a trabajar con el que fue al seguro. La situación es difícil pero contamos con el apoyo de nuestros obreros y eso es clave. El sindicato que salió a la prensa tiene afiliado al 6% de todo el personal. No estamos contra ellos ni mucho menos. Estamos preocupados por encontrar soluciones para todos. Hay varias opciones que las estamos planificando con éxito, pero que demorarán unos meses en quedar operativas porque del proyecto al hecho hay una sucesión de pasos que hay que dar. Los daremos. Hay confianza, estamos conformes con el apoyo que recibimos de proveedores y obreros y actuamos responsablemente para salir adelante. Lo haremos”, concluyó Eugenio Schneider.