Números de zafra agrícola cierran muy ajustados y la rentabilidad será magra

Los números de la zafra no cubirán este año los gastos y la rentabilidad será negativa.

Cuando se llega a la recta final y quedan pocas chacras por cerrar, sobre todo en el Norte del país –en el sur queda un poco más–, estimándose que se está por arriba del 90% del área, los números de la zafra agrícola de verano cierran muy ajustados y la rentabilidad será magra.
El ingeniero agrónomo Luis Simean, gerente de Copagran Paysandú, señaló que es una zafra que “fue regular porque la seca pegó muy fuerte y con promedios por debajo de las expectativas que todos teníamos, en el eje de 1.700 a 1.800 kilos por hectárea de promedio”.
Dijo que el equilibrio “está de los 2.000 kilos en adelante, con 2.500 kilos por hectárea sería lo normal”. Recordó que este año “los cultivos venían muy bien hasta que se presentó la seca a fines de febrero, y teníamos expectativas de 2.800, 3.000 kilos y más de rendimiento, como había acontecido el año pasado, y este año los números van a cerrar muy ajustados porque esos kilos están faltando”. Subrayó que las situaciones de los productores “son muy distintas”, porque hay casos que “poseen maquinaria propia, productores que tienen que pagar renta, gente que hizo las chacras con su propia semilla, pero siempre el equilibrio está en el entorno de los 2.000 kilos y en esta zafra vamos a estar por debajo de eso”.
En cuanto a la rentabilidad, Simean expresó que el negocio de la soja “no es el mismo negocio que hace 5 o 6 años, cuando llegó hasta 500 dólares la tonelada. Hoy está en el eje de los 300 dólares y la cuenta es muchísimo más ajustada”.
Entiende que el año pasado cerró mejor “porque esa diferencia de precio o esos valores bajos se compensaron con kilos de rendimientos, y este año no tenemos esos kilos y el precio continúa bajo, y por ende la cuenta es mucho más ajustada, lo que hace que el negocio agrícola se mire de otra manera, y pensarlo en un negocio más integrado a la ganadería, y en agricultura integrado a los cultivos de invierno”.
La soja oscila actualmente entre los 300 y 310 dólares la tonelada, pero más que el precio, según Simean, el problema de este año “es que faltan kilos. Si hubieran estado esos 1.000 kilos que se perdieron por la falta de lluvias, los productores habrían cerrado con números positivos y un margen a favor”.
Para el gerente de Copagran Paysandú, “es cierto que sigue siendo el negocio más importante del sector agrícola, pero debe ir integrado a un cultivo de invierno”.