El subsecretario del Ministerio de Industria Energía y Minería, Walter Verri, se reunió con la coordinadora de sindicatos de Ancap, donde manifestaron su preocupación por la paralización de ALUR y la continuidad de la industria cementera, en el marco de la llegada de nuevos emprendimientos privados al país. Con el jerarca ministerial, también mantuvieron encuentros la Unión de Obreros Curtidores (UOC) y el Sindicato de Trabajadores de Paycueros, ante el panorama incierto en la industria del cuero y las previsiones a adoptar en el marco de la pandemia.
Los sindicatos de Ancap expusieron sus inquietudes “por las fuentes laborales en tanto Ancap, así como ALUR, emplean muchos trabajadores. En cuanto a ALUR, la situación no varió demasiado y la parálisis de la planta es transitoria, tal como se había acordado y planificado por parte del directorio de Ancap. En el horizonte no se ven otras dificultades, además de la pandemia”. Auguró que “la producción de ALUR continuará y si quisiéramos comparar por los precios de paridad de importación, es una planta relativamente eficiente a la hora de fabricar biocombustibles”, dijo a EL TELEGRAFO.
Por otro lado, reconoció que en este marco de competitividad, “tanto las plantas de Paysandú como la de Treinta y Tres son muy ineficientes. Las suspensiones en las actividades generan pérdidas y nos dificulta la competencia”. El mercado del portland en Uruguay se ampliará en unos meses, cuando comience a producir la cementera Cielo Azul, de capitales brasileños que se instala en Treinta y Tres. “Seguramente incorporará un competidor fuerte al mercado, de por sí ya bastante chico, donde se dividen en partes similares Cementos Artigas y Ancap. Por lo tanto, que aparezca un nuevo competidor complica aún más la situación de la empresa”.
Verri informó a los trabajadores que el directorio del ente “conformó un grupo de trabajo que busca alternativas. No descartan nuevas formas de producción con el denominado tercer horno que está en contenedores. Pero es claro que la situación es de preocupación y no se visualiza rápidamente una salida. Lo importante es no perder las fuentes de trabajo, seguir manteniendo las plantas es una preocupación, pero también que el país no pierda millones de dólares por año con una actividad que no es rentable”.
curtiembres
La industria del cuero sostiene dificultades desde antes de la pandemia, con un descenso de los precios en los mercados internacionales, “y no depende de Uruguay su resolución”, agregó.
En este caso no es un problema de competitividad, sino de mercados. “Por eso hoy tenemos más del 90% de la industria del cuero paralizada, algunos trabajadores en el seguro total y otros parcial, como el caso de Paysandú. Otras curtiembres hacen uso de las herramientas del seguro generadas en forma especial”. Según Verri, los trabajadores del sector plantearon las incompatibilidades existentes entre el régimen del seguro total y el parcial. “No es el caso de Paycueros, pero hay situaciones que no les permitirían cumplir el tiempo necesario para seguir amparados en el seguro de desempleo en el futuro. Esperemos que no sea necesario, pero hay que preverlo”, aclaró.
Confió en la madurez de los sindicatos “para comprender que la situación no depende solamente de las empresas uruguayas, sino del mercado mundial, al que abastecemos porque somos netamente exportadores. Pero la conversación estuvo centrada en lograr el apoyo del ministerio de Industria para extender el seguro de desempleo y atender aquellas circunstancias donde no se llegue a los seis meses de trabajo para acceder al seguro”.
El representante del Poder Ejecutivo, anunció que “está en el espíritu de gobierno esas soluciones especiales a situaciones muy graves que generó esta parálisis mundial” y un próximo encuentro con el ministerio de Trabajo para acordar dichas medidas.
