Abrigos para la protección de corderos en la parición

La mayoría de las ovejas del país se encarneran a fines del verano y principios del otoño, y paren sobre fines de invierno y comienzos de la primavera. “En términos generales y según la información de ecografías, se puede afirmar que todas las majadas han construido un potencial de señalada de al menos 100%”, sostuvo a EL TELEGRAFO, el ingeniero agrónomo José Francisco Ramos.
El técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), indicó que a esta altura del ciclo productivo, “el desafío para acercarnos al potencial construido es mejorar la sobrevivencia de corderos. Durante la parición y especialmente cuando ésta ocurre a fines de invierno, pueden ocurrir temporales de varios días donde se combinan bajas temperaturas, lluvia y viento, conduciendo a graves escenarios de mortandad de corderos”.
Entre las tecnologías y medidas de manejo que, aplicadas en conjunto, conducen a una mayor sobrevivencia de corderos, el profesional sanducero indicó que se pueden citar “la elección de la época de servicios, ecografía, monitoreo de la condición corporal, manejo alimenticio diferencial, control sanitario (principalmente parasitosis gastrointestinales y enfermedades infecciosas) y esquila preparto”.
La principal recomendación de alimentación previa al parto “es el manejo diferencial según la carga fetal y condición corporal. En promedio, en pariciones a campo con escasa intervención, mueren 1 de cada 2 corderos que nacen como mellizos y 1 de cada 4 corderos que nacen como únicos”.
Sostiene que la suplementación energética de la oveja de cría en el periparto “puede reducir la mortalidad de corderos a la mitad, pasando a mortandades promedio de 25% en mellizos y 12% en únicos. La utilización de abrigos naturales o la construcción de abrigos artificiales puede ser una medida adicional de alto impacto para atenuar los riesgos asociados a las condiciones extensivas de nuestros sistemas de producción”.
Para Ramos “si la alimentación estratégica de la majada en torno al parto se combina con la provisión de abrigos o refugios de parición, la reducción en mortalidad puede ser aún mayor, alcanzando 12% en mellizos y 6% en únicos”.

ES CLAVE

La elección y preparación del potrero de parición “es clave”, enfatiza el técnico. “Debe tener en cuenta las posibilidades naturales de abrigo, la facilidad de recorrida, la incidencia de predadores, la superficie de acuerdo al tamaño de la majada y la disponibilidad de pasturas de calidad”.
Entre las alternativas de abrigos aparecen “cortinas de árboles, reparos artificiales de distintos materiales o una combinación de ambos. La implantación de montes de abrigo y sombra puede ser una opción en el mediano y largo plazo”.
Otras alternativas señaladas por el técnico del SUL, “pueden ser de más rápida aplicación y bajo costo relativo, como la utilización de nylon de silo sobre el alambrado o construcciones con madera o paneles de madera y/o nylon de silo similares a un invernáculo o contemplando tres paredes y un alero abierto al norte”.
Explicó que en la planificación de abrigos de parición “es importante la protección frente a los vientos predominantes (SO, S y SE), por lo que deberían presentar una orientación Este-oeste. Con estas consideraciones, dado que la protección del abrigo se ejerce hacia el norte, si es posible, éste debe ubicarse en la parte norte de la ladera de una cuchilla donde recibe una buena insolación y se suma a la acción protectora de la altura del terreno y eventualmente de los árboles”.
“En sistemas extensivos las ovejas no pueden ser forzadas a buscar abrigo, por lo que una buena estrategia puede ser ubicarlo en aquellas áreas donde la experiencia indica que la majada permanece durante la noche o pare. Puede ser necesario acostumbrar a las ovejas a conocer y buscar el abrigo con atractivos como sal, bloques o granos”, explicó el ingeniero Ramos. Las alternativas de abrigos para la protección de corderos en la parición “son múltiples y variadas”, acota. “La mortandad de corderos en torno al parto es un hecho que se ha naturalizado como frecuente y habitual, cuando en realidad existe un considerable margen para mejorar la sobrevivencia, aumentar la señalada y capitalizar todo el esfuerzo realizado desde la preparación de la majada para el servicio, buscando cosechar la mayor cantidad de corderos posibles”.
El profesional sostiene que “si valorizamos cada cordero que se deja de cosechar como un cordero al destete (35 – 40 dólares) y consideramos el impacto que se puede lograr con las medidas propuestas, relativizaremos el esfuerzo y los costos de intervenir estratégicamente en el ciclo reproductivo ovino. Todas las estrategias que reduzcan las pérdidas de corderos adquieren gran relevancia por su impacto en el resultado físico y económico de los predios y por ende en la producción ovina del país”.