Se salvó una vida en el Estadio Cerrado gracias a la capacitación en reanimación y el DEA

La Dirección de Deportes de la Intendencia ha llevado adelante diferentes proyectos a lo largo del actual ejercicio, pero hay uno que merece la atención: la prevención de la muerte súbita en los jóvenes deportistas.
Tres muertes por tal motivo se registraron en nuestro país en lo que va del año, y que sacudieron al ambiente deportivo nacional, llevando a que flote en el aire qué trabajo se realiza para intentar minimizar el riesgo de este tipo de desagradables situaciones, y cuáles son los medios con los que se cuentan para actuar en el momento. En el caso de la Dirección de Deportes, la apuesta fue crear el Centro Integral de Atención al Deportista (CIAD), y el Programa Todos a la Cancha, destinado en primera instancia a los juveniles de los clubes integrados a la Liga de Fútbol, y desde el miércoles se han integrado los clubes de básquetbol, que votaron que la participación sea obligatoria a partir del próximo año.
Pero igual de importante ha sido la capacitación realizada a lo largo de los últimos años no solo a profesores de la Dirección de Deportes sobre la reanimación cardíaca, sino a un número importante de personas que están vinculadas al ámbito deportivo.
Y el resultado está a la vista: el miércoles a la noche se salvó la vida de un usuario, que estaba realizando actividad física en el Estadio Cerrado y sufrió un paro cardíaco.

“Pudimos salvarle la vida”

El grupo de fútbol adaptado estaba realizando ejercicios físicos cuando uno de los usuarios perdió el conocimiento. Rápidamente reaccionó la profesora Renata Jaime, y el entrenador de judo Mario Larrosa, que realizaba alrededor de la cancha el calentamiento de rigor junto a sus alumnos, corrió hacia el usuario, lo puso boca arriba y comenzó con el masaje cardíaco.
“Con los conocimientos básicos que tenemos de reanimación cardíaca, pudimos salvarle la vida a una persona. Lo importante es estar alerta, y es muy importante tener un desfibrilador”, dijo Larrosa.
El profesor contó la experiencia vivida el miércoles a la noche. “Cuando lo vi, estaba en el suelo y fui a ayudar a la profesora. En ese momento hay que ver si tiene signos de respiración y otros aspectos, así que lo puse boca arriba y estiré el cuello para facilitar la entrada de aire, y comencé con los masajes cardíacos. Uno de quienes participan en estas actividades me auxilió un poquito, y en ese momento una alumna de judo salió a buscar el desfibrilador”, recordó.
El usuario no respiraba. Pero la combinación entre la capacitación del profesor y el contar con un desfibrilador (Desfibrilador Externo Automático, DEA), fue clave para salvarle la vida. “Colocás el parche, y el aparato se prende, y te va guiando. Te dice qué hacer. Mientras le daba masajes le colocamos los parches, te dice la lectura de la situación y si es necesario te indica que te alejes porque va a dar un disparo. Fue lo que sucedió. No tuvo reacción enseguida del disparo, y se retomó el masaje hasta que comenzó a respirar con dificultad”, explicó.
Enseguida llegó la emergencia médica, cuyos profesionales destacaron la tarea realizada por los profesores. “La gente del estadio hizo un trabajo brillante. Cuando llegamos el paciente estaba con pulso. Hicieron lo correcto, estaban bien preparados para la reanimación”, dijo el médico de Ucem que atendió y trasladó al paciente.
“Hay que hacer los cursos, porque no se puede mirar a una persona y esperar a que muera en tus brazos. Cualquiera de los compañeros está capacitado para hacerlo”, destacó Larrosa.

“Le importa la salud”

“Venimos trabajando desde hace tiempo pensando en reducir la muerte súbita. En este caso funcionó. Estaban los medios técnicos de equipamiento y la formación de los profesores. Vamos haciendo unos 20 cursos de reanimación”, dijo en tanto el director de Deportes de la Intendencia, Julio Logiurato.
El jerarca sumó que “más allá de que es una situación desgraciada para la persona, queda la satisfacción de que las cosas funcionan porque tenés buenos funcionarios, que es lo primero de todo. Desde la Dra. Analía Techeira, que se preocupó por crear una estructura, hasta los funcionarios que responden.
Techeira, en tanto, reconoció que “en este caso podemos decir que tuvo un desenlace positivo, donde las cosas se dieron de buena manera, porque podés tener el aparato y gente que no lo sabe usar, o al revés. Pero pasó ahí, estaba el aparato y los profesores capacitados. Hoy el usuario está en el CTI, estable y recuperándose”.
La profesional remarcó que “tenemos una Dirección a la que le importa la parte de salud, y eso es fundamental. Por un lado tenemos el CIAD, de donde parten entre otras cosas esas capacitaciones, y luego se sumó el Programa Todos a la Cancha. Tenemos la idea de seguir brindando los cursos de reanimación, porque hay que renovarlo siempre. Se hicieron para entrenadores, profesores, funcionarios, gente común y la idea es continuarlos”.
Y cerró: “Estas cosas pasan, es horrible que sucedan, pero gratifica que haya pasado todo de esta manera”.