La Biblioteca Municipal “José Pedro Varela” actualiza su padrón de socios e ingresa su acervo bibliográfico, calculado en aproximadamente unos 19.000 libros, al Sistema de Gestión de Bibliotecas.
Su directora, la bibliotecóloga Carmen Pintos, señaló que los usuarios “son ingresados al sistema porque, mientras se realizan los préstamos en la forma tradicional, también se hace por el programa que utilizan todas las bibliotecas municipales del país”. Además, renueva su catálogo en línea porque “una biblioteca del siglo XXI no puede seguir con una tarjeta y boleta. Incluso las personas pueden verlo desde sus casas y a ese catálogo ya hay unas 4.000 obras ingresadas”, dijo a EL TELEGRAFO.
Explicó que en sus instalaciones, “la biblioteca de Paysandú tiene todo lo que soñamos quienes trabajamos en una biblioteca. Es un lugar agradable, con estantes abiertos y las personas pueden recorrer sus anaqueles. Los usuarios miran la bibliografía que quieren y no dependen de un funcionario”.
Estos centros de lectura y préstamos, “se nutren en general de las compras que realizan las intendencias y en nuestro caso tenemos mucho apoyo del Ministerio de Educación y Cultura, las editoriales y donaciones de particulares”.
Consultada por los viejos ejemplares sustituidos por los nuevos, precisó que “se hizo un descarte de libros viejos que fueron llevados a un galpón de la antigua Paylana acondicionados en estantes que se llevaron de la biblioteca. Ese proceso no está terminado. Se hace un listado de todos los libros descartados y el intendente le tiene que dar de baja porque cada libro es un bien público y se hace un inventario de cada uno”. Según Pintos, “en la biblioteca de Paysandú no se hacía un descarte desde el año 1977. Hay que seguir con ese tratamiento, pero no se tira ninguno y además, se los pone a disposición de otras bibliotecas públicas del país”.
BIBLIOBUS
El bibliobus se instrumenta desde 2018 y lleva una colección de unos 300 libros para todas las edades a distintos barrios y centros educativos. “Ha sido un programa muy útil y descentralizador de la biblioteca hacia los barrios. Este año, hubo actividades que no pudimos realizar con la excepción del taller de dibujo. Pero es una experiencia que existe en otros lugares y así como tenemos el bibliobus, en otros lados está la bibliolancha, por ejemplo”.
En verano, “el programa apoya el Verano Educativo con Educación Primaria y vamos en coordinación con las escuelas. Cuando llegamos a las ferias y a los centros educativos fue un boom, por el interés de la gente”. Sin embargo, aclaró que en esta segunda etapa organizan la concurrencia a lugares puntuales: “vamos al barrio Norte, al Centro Juvenil Nuevo Camino, al Hogar Zorrilla del INAU, a La Chapita, al Chaplin o al exfarol Velódromo junto a la FOEB. Volvemos cada 15 días a esos lugares y hemos participado en ferias y en otras actividades coordinadas con el Plan Nacional de Lectura”.
EN PANDEMIA
El confinamiento sanitario se volvió “un desafío porque hubo que reinventarse con la biblioteca, más allá que estuvo cerrada al público. Pasábamos información a través del Facebook respecto a los cuidados de la salud, compartíamos páginas donde se podían encontrar libros y lecturas. A medida que fueron reintegrándose los funcionarios, se hacían lecturas y convocamos al Club de Lectura, que tuvo su actividad interrumpida por la contingencia sanitaria”.
Pintos recordó que “las reuniones se hacían vía zoom y de esa forma estuvimos con el escritor montevideano de libros para niños, Sebastián Pedrozo, convocado por el Plan de Lectura”.
En esta formal virtual, llevaron adelante un ciclo de charlas denominado “Encuentros en la Biblioteca” que “para nosotros fue una novedad porque nunca hubiésemos soñado con la visibilidad que tuvo la biblioteca por los comentarios recibidos desde Suecia, Venezuela o Montevideo. Era una forma de mostrar lo que se hace en Paysandú con temas de interés general. Cada uno de los programas fue visualizado por encima de las 1.000 personas a diferencia de uno especial sobre patrimonio que lo vieron por encima de 3.000”.
La serie de homenajes a escritores uruguayos, “tuvo buena participación del público, que le gustó leer y enviar sus propios videos con obras de Mario Benedetti o Idea Vilariño”.
NUEVA NORMALIDAD
Con la nueva normalidad, “de a poco se acercan estudiantes a una biblioteca que es muy cómoda, con sus cabinas para hacer estudios en grupos. Seguimos haciendo socios y se acercan los usuarios. Igualmente, el verano es una época en que tradicionalmente baja la afluencia de público”.
El cierre de la actividad bajo la presente administración será la “Noche de las Librerías”, el 13 de noviembre. “Es la tercera vez que participa la biblioteca junto a la Dirección de Cultura y es un cierre de las actividades para niños y adultos. Participan las librerías porque la jornada se creó para vender libros”, señaló Pintos.
