Estudiantes extranjeros en la Eemac: experiencias y oportunidades de desarrollo académico e investigación

Gabriel Menegazzi explica la composición de la “cama caliente”, instalada en la plataforma de Investigación y Desarrollo en Lechería.

Cada año la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República recibe más de 600 estudiantes de agronomía, veterinaria, química, ingeniería, tecnólogos y tecnicaturas conjuntas con el Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte, la UTU y la UTEC.
Además se reciben profesionales, productores y a la comunidad en cursos de educación permanente y posgrados nacionales y de universidades extranjeras. La estación cuenta con un sistema de alojamiento para aquellos estudiantes que no residen en la región. Desde la Unidad de Comunicación de la Eemac, fueron entrevistados para la revista institucional “Cangué” algunos de los extranjeros que actualmente están transcurriendo su experiencia de posgrado e investigación en la Universidad de la República en Paysandú.
El vínculo, para concretar la experiencia, se da a través de programas de investigación y cooperación entre Universidades e institutos científicos y habilita además la posibilidad de postgrados o pasantías en el extranjero para estudiantes uruguayos.

“Me atrapó la calidez humana”

Cristian Carrillo, responsable de la plataforma de Investigación y Desarrollo en Lechería en la Eemac, junto a la doctora Lourdes Adrien.

Cristian Carrillo es de Maracay capital de Araiguá, Venezuela. Tiene 47 años, es ingeniero agrónomo y realizó, también en su país, una maestría en el área pasto y forraje. En octubre de 2018 llegó a Uruguay en busca de trabajo y luego de emplearse unos meses en Montevideo, se presentó en un llamado de Facultad de Agronomía en Sayago y en la Eemac. Finalmente, le llamaron de Paysandú para sumarse al Grupo de Lechería del Departamento de Producción Animal y Pasturas e integrar el proyecto “¿Cuánto paga y cuánto cuesta el control del ambiente productivo?”.
Según contó a la Unidad de Difusión de la Eemac le resulta agradable vivir aquí: “Me encanta Uruguay, yo no quería más trópico, quería irme hacia una zona templada y así es que estoy aquí”. También aseguró que la gente lo ha tratado muy bien, “con respeto”, que lo han integrado y ayudado mucho. “De todos los países que he conocido, en Uruguay me atrapó mucho la calidez humana. El pueblo uruguayo es un pueblo excelente. Los uruguayos son buena gente, solidarios y educados”. Destacó además el alto nivel de profesionalismo de los docentes y de la formación que tienen los estudiantes. En marzo próximo terminará el proyecto para el cual fue contratado y su idea es procurar vincularlo a la Universidad de la República en proyectos afines, aunque tenga que trasladarse a otra región. Tiene muchas expectativas de continuar trabajando en su área y siempre mantiene una mente optimista.

Maestría en producción animal

Dainelis Casanova Rivera, egresada de la maestría en producción animal y en el tramo final de su estancia en la Eemac.

Dainelis Casanova Rivera es doctora en Ciencias Veterinarias y tiene 29 años. Se graduó en la Universidad Agraria de la Habana en Cuba en el año 2016. Su ciudad de origen es pequeña, de unos 10.000 habitantes, se llama Catalina de Guines y está situada en la provincia San José de las Lajas.
Su llegada a la Eemac fue a través de un docente de la Facultad de Agronomía radicando en la Eemac, quien a menudo viaja a Cuba a dictar cursos al centro donde trabajaba Dainelis. Se generó el contacto y surgió la posibilidad de instalarse en nuestro país con el fin de realizar sus estudios de posgrado en producción animal en el tema: “Efecto de la estrategia de pastoreo y de la suplementación sobre la performance de novillos Hereford en engorde manejados en verdeos de verano”.
Llegó en marzo de 2018 a la estación agronómica y el pasado 18 de diciembre de 2020 finalizó su maestría en Ciencias Agrarias opción Ciencias Animales. En breve está previsto el regreso a su país, algo que ha añorado fuertemente, sobre todo el último tiempo. Si bien la joven asegura que la gente ha sido muy amable con ella, extraña mucho a su hijo, de 15 años, así como a su “gran familia”, que –asegura– la apoya incondicionalmente. Pero además no oculta que extraña mucho su ciudad, sus costumbres y sobre todo el clima. Esbozando su sonrisa contagiosa, dijo: “aquí pasé mucho frío” durante los inviernos.
Su estadía en la sede de la Facultad de Agronomía en Paysandú ha sido muy linda, según expresó. Las compañeras con las que vive en la unidad llamada “El Sapo” son sus amigas uruguayas y es algo que valora mucho: “me ayudaron y guiaron un montón”. Antes de llegar se imaginaba la Estación más grande, “más como un estilo de facultad tipo ‘yanqui’, con más infraestructura”. Si bien conoció Colonia, Rivera, San José, Salto y Tacuarembó, considera que la ciudad de Paysandú “ha sido la más bonita”. Consultada sobre cómo fue recibida en nuestro país, señaló que los uruguayos “han sido tan fríos como el clima”. Al principio encontró que la gente no era muy abierta y eso hizo que le costara integrarse, sin embargo conforme fueron transcurriendo los meses, la gente se fue “abriendo” al punto que, con un puñado de personas, se crearon lazos de amistad sólidos y que le reconfortaron.

Aprendizaje con los funcionarios de la Estación

Gabriela Machado valora el trabajo complementario con los funcionarios en experimentos y jornadas académicas.

Gabriela Machado tiene 29 años y es oriunda de Cacequi, una ciudad de poco más de 15.000 habitantes, situada a unos 200 km de la frontera con Rivera. En el año 2013 se graduó como zootecnista, realizó sus estudios de grado y maestría en la Universidad Federal de Santa María (Centro de Rio Grande Do Sul). Actualmente se encuentra viviendo en Paysandú y realiza su doctorado en Ciencias Agrarias dentro del departamento de Producción Animal y Pasturas de la Facultad de Agronomía. La joven se radicó en Uruguay en el año 2018, donde comenzó a vivir en una residencia con ocho compañeras. Según cuenta, la ayudaron muchísimo con el español, idioma que desconocía cuando llegó a nuestro país. “De a poco lo fui aprendiendo bien”, contó. Actualmente se encuentra viviendo sola en un apartamento en la ciudad, donde disfruta de tener lo suyo y estar tranquila en sus ratos libres.
Desde su llegada, Paysandú y Estación le gustaron mucho, en ningún momento se sintió intimidada. Sus primeras amistadas fueron los funcionarios de la propia Eemac, luego fue conociendo al resto de la comunidad educativa. Se sintió realmente integrada cuando conoció a “las gurisas”, sus compañeras de estudio y trabajo y, además, amigas.
Pese a que Uruguay y Brasil son países vecinos, Gabriela identifica algunas diferencias entre los ciudadanos de uno y otro lugar. Según cuenta, los uruguayos le resultan más discretos: “Acá hablo menos. Los uruguayos son más reservados”. Antes de la pandemia viajaba a su casa prácticamente cada 40 días, lo que se ha complicado a partir de las medidas sanitarias, impidiéndole la visita a su familia y amigos. Lo que más extraña es poder sentarse a comer con su familia y, por supuesto, la comida elaborada por su madre.

Motivación para continuar estudiando

Gabriel Menegazzi Conceição es de Jóia, Rio Grande do Sul, Brasil y tiene 25 años. Estudió Zootecnia y fue en 2017 que culminó su carrera en la Universidad de Santa María. El vínculo con Uruguay se generó a una pasantía final de grado que cumplió durante unos meses en la Eemac. Concluido ese periodo regresó a su país para tramitar su título de grado, pero de inmediato emprendió el viaje de regreso a Paysandú. En marzo de 2018 comenzó sus estudios de maestría, siempre interesado en crecer en temas vinculados al área de la lechería. En la Estación de la Facultad de Agronomía comenzó a trabajar como docente grado 1 y finalizó su maestría en marzo de 2020, enfocado en la interfaz animal vegetal con énfasis en ganado lechero, consumo, comportamiento animal y manejo de pasturas. Actualmente se encuentra planificando su doctorado, que iniciará formalmente el próximo año. Su ciudad natal dista unos 1.000 km de Paysandú, lo que implica un viaje de un día. Cada tantos meses regresa a su casa pero le ha prometido a su madre visitarla con más frecuencia.
Antes de venir a estudiar a Uruguay, Gabriel solamente había estado en Rivera. “Puedo decir que no conocía el país”. Paysandú le agradó, no se lo había imaginado mucho, pero fue bueno encontrarse con una ciudad que “tiene todo, muy completa y me adapté muy bien”, según expresó. Durante 2017 y 2018 vivió en la Estación y luego se mudó a la ciudad para ganar en independencia y movilidad. También hizo referencia al idioma: “me costó los primeros tres meses. Al principio no entendía mucho, solo vine con una base de español. Pensé que sabía más”, admitió entre risas. Lo que más extraña es la feijao, comida de olla típica de Brasil a base de porotos negros.