El Castillo Morató recibió visitantes locales con velada musical folclórica

Hablar de la belleza que se encuentra al visitar el ya famoso Castillo Morató, en la estancia Buen Retiro, no es algo nuevo. Pero si a ello se le suma la posibilidad de disfrutar de una jornada rica en historia y arte, eso lo hace aún más preciado. Este sábado, organizado por la familia Morató con colaboración de la intendencia de Paysandú, se llevó a cabo una instancia para ediles de la Junta departamental, alcaldes, concejales, integrantes de fuerzas vivas de los pueblos cercanos, turistas y representantes de algunos medios periodísticos del departamento.
Con la sabiduría que los caracteriza, Alfredo y Teresa Morató fueron los encargados de oficiar de guía a los visitantes que, separados en grupos, pudieron conocer detalles de la construcción así como de qué forma se trabajaba en aquellos años donde el lugar era destacado por la calidad de sus animales, además de la joya arquitectónica que se encuentra no solo en el castillo sino a su alrededor. Ya que cada espacio ha sido pensado con sentido, como el hecho de que el muro de piedra cercano al galpón sea en forma de medialuna, entre otros.
La generosidad de la familia anfitriona además estuvo presente en cada detalle: se montó un escenario en el corral –coronado por el muro de piedra– donde la caída del sol permitiera iluminar el escenario diseñado con una vieja carreta frente al que actuó el dúo Fa-Ra. Los asistentes, separados, con barbijo y al aire libre, disfrutaron del show cómodamente sentados sobre fardos de trigo.

DE GOT TALENT

Raúl de los Santos y su hijo Facundo fueron los encargados de poner el toque musical a la jornada. El dúo Fa-Ra fue finalista del certamen de Got Talent donde supieron fusionar la técnica de la payada y la improvisación para convencer al estricto jurado en diferentes instancias. Para Raúl, en tanto, el show presentado en Buen Retiro due más que especial. Nacido en Morató, recordó lo que ha significado el lugar para él así como parte de su adolescencia ya que fue domador y trabajó en el Castillo Morató. La ocasión fue propicia para que además presentaran su libro y disco.
La actividad tuvo además la presencia de mujeres de la zona que expusieron y vendieron sus trabajos artesanales y finalizó con un brindis a la tardecita, con exquisitas preparaciones de Mabel Moreira, coronado por el majestuoso espectáculo de ver al sol caer en una postal que junto a la estampa del castillo fue para atesorar.