Docentes dan clases en dos aulas a la vez para permitir presencialidad

En el liceo 6, de Nuevo Paysandú, se está llevando a cabo una experiencia que permite a un docente atender dos salones en forma simultánea, utilizando la tecnología. Comenzó con la instalación de televisores en todas las aulas, pero se extendió.
“Lo estamos implementando y lo vamos evaluando junto con los docentes y también con los alumnos. A principio de año nosotros nos propusimos, teniendo en cuenta la escala del liceo y el número de alumnos, tener la presencialidad plena en los grupos, y que los docentes que estaban convalidados pudieran ingresar a clase en el horario que le correspondía, a través de un televisor plasma instalado en el salón y que los alumnos puedan seguir la clase”, indicó el director, profesor Carlos Larrosa.

EN SIMULTÁNEO

Fue así que se hicieron contactos en Codicen a principio de año y se consiguió instalar un televisor plasma en cada salón, para que los alumnos compartieran el aula mientras el profesor impartía su clase a distancia. Pero este equipamiento permitió otras experiencias. Por ejemplo: los grupos de bachillerato en ese liceo comparten dos orientaciones y hay materias en común, a las que asisten todos. “En el núcleo común se juntan dos orientaciones. Entonces llegamos a grupos de cuarenta y cinco. No hay duda que por protocolo no pueden estar juntos, y además por la capacidad de los salones tampoco da para estar juntos”, incluso con la reciente flexibilización de distancia, señaló.
Debido a ello, y gracias a que se cuenta con estos medios tecnológicos, “ahora los profesores de núcleo común están trabajando en simultáneo con todos sus grupos, hay un grupo que lo tiene al docente en forma presencial y el otro está siguiendo la clase a través de la conectividad que hemos instalado”, desde el salón contiguo, viendo al docente a través del televisor. A su vez el profesor puede ver lo que ocurre en esa aula en la pantalla de su computadora. “La idea es que a la otra clase el docente rote y esté también presencialmente con el otro subgrupo”, señaló Larrosa.
Una experiencia similar se está implementando en la noche, con el grupo de adultos del Programa Uruguay Estudia, PUE, “adultos que vienen a terminar el ciclo básico. También ahí tenemos grupos numerosos. Hay que tener en cuenta que, debido a las características del público con el que trabajamos, no se pudo iniciar en marzo. Entonces está iniciando el año ahora, y nosotros tenemos entre julio y diciembre prácticamente que comprimir un año para que ellos puedan tener el derecho a aprobar el ciclo básico”. Ahí es donde entra la aplicación de la tecnología para multiplicar las aulas y cumplir con los protocolos. “Esta tecnología ha permitido atender más población trabajando en forma simultánea con grupos del mismo docente”, indicó el director.

COMPROMISO

El sistema está en plena evaluación. “Yo estuve trabajando con quinto año para entender un poco cómo viven ellos, como sienten la experiencia. Todavía estamos afinando todo lo que es conectividad, a veces se dan las cuestiones que normalmente se dan en una comunicación virtual, se corta, o no se escucha bien”, comentó. De allí que es necesario que haya un compromiso por parte de los alumnos para que el sistema se pueda emplear. “Estamos buscando que los mismos alumnos, sobre todo en bachillerato y adultos en la noche, se apropien de la tecnología, y que de alguna manera sean un respaldo para el docente”, dijo. Esto es necesario para que “como el equipo está instalado en el salón, el docente pueda llegar a la clase y los alumnos ya tengan pronto el dispositivo para empezar la clase. Eso implica un trabajo como le planteé a quinto año, de partir de la confianza en los alumnos, apostar a que los alumnos trabajen como aliados para poder aprender con los docentes y que respalden el trabajo de los docentes”.

OTRAS POSIBILIDADES

Larrosa enfatizó en que es necesario no temer a la tecnología para poder sacar lo mejor de ella. “No tenemos que tener miedo de probar cuestiones nuevas, y más relacionadas con lo tecnológico.
A veces los docentes deseamos aprender, conocer bien todo lo que vamos a trabajar con los alumnos; eso es lo ideal, pero a veces la tecnología llega más rápido de lo que nosotros podemos acompañarla. En este momento para mí es un orgullo que todos los salones del liceo tengan un plasma, y eso nos permite una cantidad de actividades”. Agregó que les permite pensar, “por ejemplo, en este momento la profesora Dani Vázquez, encargada de Laboratorio, está preparando una actividad relacionada con la pandemia. La idea es que esa intervención sea en determinado momento del día, pero ella va a poder intervenir en todos los salones en forma simultánea, utilizando la tecnología que tenemos”.
Del mismo modo se aspira a que “en determinado momento los alumnos digan ‘queremos comunicarnos con todos los grupos’ y pasar algún tipo de mensaje, usar ese dispositivo para fortalecer la comunicación. Estamos probando, estamos tratando de mejorar y aprendiendo”.