Empresas y Derecho: La importancia de la productividad laboral

El inicio de una nueva ronda de los Consejos de Salarios ofrece una nueva oportunidad para que se puedan alcanzar acuerdos efectivos sobre un aspecto de vital importancia, tanto para los trabajadores como para los empleadores, así como para la sociedad en general: la productividad. Se trata de un tema de vital importancia para el desarrollo económico y social que comprende diversos aspectos, incluyendo el financiamiento de la seguridad social. En esta materia Uruguay tiene objetivos pendientes que deben ser discutidos, acordados y ejecutados por todos los actores involucrados en un tema vital para el país.

1. Productividad

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha expresado que, “Al hablar de productividad, se hace referencia a la eficiencia que se emplea en el uso de los recursos. Puede medirse en términos de todos los factores de producción combinados (productividad total de los factores) o en términos de la productividad laboral, que se define como el resultado o valor agregado dividido por la cantidad de trabajo realizado para generar dicho resultado. La productividad laboral aumenta cuando se eleva el valor agregado mediante la mejora del uso, la coordinación y demás de todos los factores de producción. El valor agregado puede aumentar cuando el trabajo se realiza con mayor inteligencia, esfuerzo o velocidad, o con mejores competencias; pero también aumenta con el uso de más o mejores máquinas, la reducción del desperdicio de materia prima, o la introducción de innovaciones tecnológicas”.

2. Amenazas

Según la OIT, “la baja productividad es una de las causas de base del fenómeno de los ‘trabajadores pobres’. A pesar de los largos horarios de trabajo, las personas que trabajan en la economía informal o en la agricultura de subsistencia no ganan lo suficiente para alimentar a su familia. Por este motivo, aumentar la productividad –y asegurarse de que los incrementos de productividad se compartan equitativamente entre los empresarios e inversores (mayores ganancias y beneficios para los accionistas) y los trabajadores (mayores salarios y mejores condiciones de trabajo)– es de vital importancia para lograr reducir la pobreza. El círculo virtuoso de productividad, empleo y desarrollo puede impulsarse mediante la reinversión de los aumentos de productividad en innovaciones de producto y proceso, mejoras de planta y equipos, y medidas para mejorar las competencias y el ambiente laboral de la población activa”.

Sin perjuicio de lo mencionado anteriormente la OIT reconoce que “el crecimiento de la productividad puede provocar un efecto de desplazamiento en el empleo y hasta causar la desaparición de familias completas de puestos de trabajo. Dichos efectos son fundamentales para el debate sobre el futuro del trabajo, debido a que las nuevas tecnologías y la automatización de los procesos de trabajo pueden causar profundas perturbaciones en el ámbito laboral. No obstante, la experiencia ha demostrado que, a plazo más largo y a nivel global, el crecimiento de la productividad no necesariamente reduce el crecimiento del empleo en un país. Los aumentos de productividad pueden abrirse camino en la macroeconomía, para que las pérdidas de empleo en un lugar o sector sean compensadas por los aumentos de empleo en otro lugar o sector”.

3. América Latina

En el pasado mes de abril el especialista salvadoreño Luis René Cáceres afirmó que “estudios recientes han señalado la persistente tendencia decreciente de la productividad laboral en los países latinoamericanos desde mediados de la década de 1970, después de un rápido crecimiento registrado en el período 1950-1970. Entre 2000 y 2015 la tasa promedio de crecimiento anual de la productividad laboral fue del 0,6%, la más baja de todas las regiones del mundo, lo que, junto con el crecimiento de la tasa de empleo del 2,3% anual, explica la baja tasa promedio de crecimiento económico, del 3% anual, también la más baja de todas las regiones. (…) Se espera que el papel impulsor de la tasa de empleo merme en el futuro, al caer dicha tasa al 1,1% anual, en vista de la reducción de la tasa de fertilidad y del envejecimiento de la población. La implicación es que, si la productividad no aumenta con dinamismo, el crecimiento económico caería a una tasa cercana a la mitad de la que se registró entre 2000 y 2015”.

4. Uruguay, productividad y seguridad social

El exministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, sostuvo en el año 2016 que “Uruguay debe continuar mejorando imprescindiblemente la productividad de su trabajo y producción para alcanzar mayor desarrollo” porque “mejorar la productividad es vital para Uruguay”. Sin dudas que se trata de un tema de vital importancia para la sociedad, ya que como expresara el propio Murro, al referirse al régimen previsional uruguayo, “hoy tenemos un financiamiento basado en impuestos e importes. Habrá que pensar en la productividad. Yo pienso que la productividad puede y debe ser una fuente de financiamiento de las políticas de seguridad social”. Dr. Rodrigo Deleón

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