Un plan bien intencionado, pero que requiere acciones complementarias

Pequeñas localidades del interior del país resultarán beneficiarias de lo que por ahora se pondrá en marcha como un plan piloto para radicación de médicos en esas localidades, el que fue votado la semana anterior en el marco de la Rendición de Cuentas, por iniciativa de la Presidencia de la Cámara de Diputados.
Esta iniciativa ha sido promovida en esta instancia por el diputado frenteamplista Alfredo Fratti, pero está en la línea anunciada en su momento por el propio presidente de la República, Luis Lacalle Pou, al asumir el cargo y en la prédica que formulara en la campaña preelectoral, por lo que se trata de una norma que tiene una ancha base de apoyo en el sistema político y, naturalmente, mucho más aún en el Interior.

A través de este plan se promueve la radicación de médicos residentes en pequeñas localidades del Interior que actualmente no cuentan con servicio permanente, y se ha buscado encontrar apoyos y una buena coordinación entre distintas instituciones estatales y niveles de gobierno, con la idea de complementar recursos y posibilitar que, en este inicio del plan, diez localidades que hoy reciben médico cada quince días puedan contar con un galeno residente en forma permanente.
Es además una larga aspiración de los poblados pequeños y como muestra de esto ya existe resolución del municipio de Plácido Rosas, en Cerro Largo, apoyando la iniciativa para su localidad, que a menos de una semana de haberles sido presentada la propuesta, resolvieron de manera unánime el financiamiento del alquiler y los servicios públicos necesarios del futuro residente.

El plan cuenta con la anuencia del ministro de Salud Pública y el decano de la Facultad de Medicina que desde el principio acompañaron la idea, prestaron apoyo y resultaron determinantes para su concreción. Según informó el ministro de Salud, Daniel Salinas, a través de su cuenta de Twitter, en una primera etapa estarían incluidas 10 pequeñas localidades. Para los médicos el plan “no es obligatorio sino una opción para el egresado. Incluye salario acorde más vivienda digna, luz, agua e Internet sin costo. Así fue pensado”, escribió Salinas.
Según indicó, en la iniciativa del diputado Fratti trabajó el Ministerio de Salud Pública y la Cátedra de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad de la República.

La idea incorporada en el plan tiene por objetivo contemplar a localidades del ámbito rural que no resultan beneficiarias del Plan Nacional Integrado de Salud, y entre otros aspectos apunta a profundizar la formación de los especialistas de Medicina Familiar y Comunitaria en el ámbito rural. El plan piloto es de un año de duración –con posibilidad de renovación por otros dos años– para que los médicos o estudiantes de posgrado de esa especialidad vivan de lunes a viernes en 10 localidades, una de las cuales es pueblo Gallinal, en Paysandú, y brinden atención en las policlínicas durante la semana. Las localidades participantes deben contar con una estructura de ASSE en el lugar, como una policlínica, y posibilidades de alojar al médico, que efectuará el trabajo en esa localidad y sus cercanías. El Ministerio de Salud Pública se encargará de coordinar con los prestadores de salud locales para que los habitantes de estas poblaciones puedan acceder a todas las prestaciones y ASSE será quien contrate a los primeros diez médicos.

La Facultad de Medicina se ocupará de lanzar el llamado para los especialistas o estudiantes que estén dispuestos a vivir y trabajar en estas zonas rurales, una vez que el proyecto sea también aprobado por la Cámara de Senadores. El ministro Salinas aclaró que el plan “no es obligatorio sino una opción para el egresado e incluye salario acorde más vivienda digna, luz, agua e internet sin costo”. A su vez los pacientes podrán ser afiliados de cualquier prestador, tanto de ASE como de mutualistas privadas.
Se trata, naturalmente, de un primer paso en la dirección correcta, aunque muy tardío en el contexto nacional, donde la problemática del déficit de atención médica en el interior profundo es crónica, y mucho más si lo regionalizamos, donde el gran postergado es el norte del río Negro.

Debe tenerse presente que ya a solo dos semanas de la asunción del poder por las nuevas autoridades del gobierno nacional, uno de los temas que estuvo en la agenda de contactos en el período de transición refirió a las políticas de salud, sobre todo en cuanto a evaluación de resultados de la reforma de la salud, el saldo del costo-beneficio en cuanto a su financiación.
Salinas manifestó entonces que considera fundamental instrumentar políticas de descentralización, y anunció que el gobierno es partidario de estimular la radicación de más médicos y especialistas en el Interior. Precisamente, los datos indican que menos del 30% de los médicos están en el Interior, y del río Negro, hacia el norte, menos del 7 por ciento.

Puntualizó que Uruguay padece también en el área de la salud aún de un “macrocefalismo montevideano y nos interesa mucho llegar a todos los puntos del país y que todos tengan las mismas posibilidades de atención”, a la vez de abogar por motivar “la radicación en el interior de médicos y especialistas”.
Ese escenario se ha mantenido rígido y en tren de realidades, intenciones y proyectos, la experiencia revela que del dicho al hecho ha quedado mucha distancia en la gestión de los sucesivos gobiernos, más allá de la impronta que se le haya intentado dar.

Mientras tanto, hay números igualmente positivos, como es el hecho de que Uruguay está en el séptimo lugar en el mundo en cantidad de médicos por habitantes, según el Informe Anual de Estadísticas Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así presentadas las cifras, en forma global, se tiene la pauta de que la cobertura sanitaria del país en gran medida estaría a tono con las necesidades de la población, aún con restricciones en materia de acceso de acuerdo a la situación socioeconómica.

Si bien los números tomados globalmente para el Uruguay reflejan un escenario positivo en esta área en el comparativo mundial, el hecho es que la distribución geográfica condiciona severamente el acceso a los servicios de salud y en este caso concreto, a la disponibilidad de médicos cercanos, así como a centros de salud.
Así, el país se divide claramente en dos grandes áreas, que son la del norte del río Negro, con una notoria discriminación negativa respecto al sur en cuanto a la radicación y disponibilidad de médicos, y dentro del propio sur, la prevalencia del área metropolitana como el foco de captación de profesionales, cualquiera sea el origen del estudiante, porque el punto crucial en esta problemática radica en que gran parte del estudiantado del Interior que estudia y se recibe en Montevideo opta por radicarse en la capital, donde tiene las oportunidades y considera es el mejor horizonte de formación profesional, ya desde el inicio de su actividad.

En este tema complejo y tan profundamente arraigado desde hace décadas, es preciso poner énfasis en trabajar con creatividad y convencimiento, con sentido común y en conjunto con las gremiales del sector, pero sobre todo recibiendo los planteos que provienen desde un Interior eternamente postergado, para que por encima de eslóganes y algún plan puntual, no siga habiendo tan profundas asimetrías en la atención médica dentro de un mismo país.