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¿En qué pensás cuando leés “aire acondicionado”? Seguramente en calor, verano, sol…Quizá en esas noches súper calurosas de verano, en las que igual podés taparte con la colcha hasta la nariz porque el aparato hace su magia. Pues bien, aunque lo asociemos mucho con el calor, el aire acondicionado también hace magia en invierno. De hecho, es el método más económico para calefaccionar el hogar, según una nota escrita por Pamela Díaz en diario El País, en julio de 2020. No importa la época del año, es el electrodoméstico que vas a usar siempre y en el que vale la pena invertir.
Pero ¿qué tamaño comprar? ¿Inverter o Split? ¿Lo puedo colocar yo? Primero lo primero: que lo coloque un profesional. La vida útil del dispositivo y su correcto funcionamiento van a depender, en parte, de su correcta colocación. Dicho esto, veamos la forma de saber el tamaño adecuado.
Antes, es necesario que saques las medidas de la habitación que querés calefaccionar. Los aires de uso hogareño vienen en varias capacidades, que van desde los 9000 hasta los 30.000 BTU (British Thermal Units). Un BTU, en lo que refiere a aires acondicionados, es la cantidad de calor que puede expulsar de un local al ambiente exterior en una hora. Menos metros cúbicos requieren de un aparato de menor BTU que una habitación de mayor metraje cúbico. También influye la temperatura exterior: no es lo mismo enfriar un cuarto en Paysandú, con temperaturas de 40º, a uno en Rocha inmerso en 30º. Seguramente en el primer escenario demore más. Para sacar los metros cúbicos, basta multiplicar el largo, por el ancho, por la altura de la habitación. Existen en internet varias tablas que, al rellenar con las medidas, ayudan a realizar el cálculo a BTU/hr.
Quizá estés pensando en evitarte líos y colocar el aire más potente y ta. Bueno, no. Porque si el aire es demasiado potente para la habitación, lo enfría tan rápido que no da tiempo a que se libere toda la humedad del lugar, generando incomodidades en el ambiente. De lo contrario, si al aire le falta potencia, estará trabajando forzado, quitándole vida útil al dispositivo. Así que si tenés dudas sobre este paso, anotá las medidas en un papelito y llevalas a la Sanitaria, ellos te asesoran.
Una vez en el local, te vas a encontrar con dos tipos diferentes de aires acondicionados. Están los Split y los Inverter. La mayor diferencia es que un dispositivo inverter puede regular la velocidad del motor del compresor. Es decir, cuando la habitación llega a la temperatura deseada, los aires acondicionados inverter reducen la velocidad del motor para ahorrar energía y el refrigerante utilizado para enfriar el aire. En cambio, el motor de los aires Split funciona a toda velocidad hasta que la habitación llega a la temperatura deseada. Ahí se apaga, y se vuelve a encender cuando la temperatura cambia. Este proceso de encendido y apagado se repite y genera un mayor consumo de energía.
Otra ventaja del Inverter es que calientan o enfrían una habitación con mayor rapidez, y no fluctúa tanto la temperatura como con un Split.
Es hora de asociar el aire al verano, pero también al invierno. Porque no hay nada más lindo que llegar a casa y sacudirse el frío, sacarse la campera, las medias polar, los calzoncillos largos y así, ligeros, tirarnos en el sillón a disfrutar de lo que nos rodea. O, en días de calor, acostarse en la cama y dormir cómodo. Lo vas a usar todo el año, así que pasá por la Sanitaria y llevate el tuyo. Es el electrodoméstico que necesitás.
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