La selección uruguaya volvió a sufrir una dura caída jugando como visitante por Eliminatorias, esta vez frente a Brasil, en un partido al que nunca le encontró la vuelta. Con la del domingo fueron dos derrotas consecutivas que caen dentro de lo previsible: contra el primero y el segundo de la tabla y jugando de visitantes; sin embargo genera preocupación el hecho de que la selección no se mostró mínimamente competitiva frente a estos rivales y en ambos partidos dejó la sensación de que, si se lo hubiesen propuesto, ambos podrían haber obtenido una goleada histórica. Hoy la tabla marca que Uruguay está en zona de clasificación al repechaje, pero Chile, con dos victorias consecutivas, se puso a tiro.
Luego de un inicio en el que Uruguay apareció bastante adelantado en el campo, con una postura netamente ofensiva, Brasil empezó a controlar la pelota y encontró rápidamente la ventaja en el marcador. Fue por intermedio de Neymar, cuando apenas iban 9 minutos, después de un pase elevado de Fred cruzando el área, a espaldas de los zagueros. Una fórmula que repitieron varias veces los dirigidos por Tité.
El gol le dio a Brasil una tranquilidad mayor a la que ya ostentaba y empezó a hacer gala de una movilidad a la que no pudo encontrar remedio el mediocampo uruguayo, aún habiendo tenido una actitud de marca más agresiva que frente a Argentina.
A PIACERE
El segundo gol no se hizo esperar. Fue esta vez por un desborde por la izquierda de Lucas Paquetá, que habilitó a Neymar, cuyo disparo fue controlado a medias por Muslera. Raphinha tomó el rebote y puso el 2 a 0 y la preocupación, cuando apenas iban 18 minutos de la primera parte.
La sensación era a esa altura de que la paliza iba a ser memorable. No había un solo aspecto ni sector de la cancha en el que Uruguay pudiera decirse que dio pelea a los norteños y la figura de Muslera apareció como la respuesta a la pregunta de por qué no cayeron más goles locales.
El golero fue muy exigido producto de que la marca del equipo uruguayo no estuvo a la altura, ni en el medio, ni en los laterales, ni en la zaga central. No hubo forma de combatir la dinámica y la velocidad norteña. Y en ofensiva el panorama no fue más alentador, apenas un remate a distancia de Rodrigo Bentancur logró inquietar a Ederson, pasando cerca del poste.
El corte para refrescarse y el final del primer tiempo fueron como la campana que salva a los boxeadores a punto de caer. Pero todavía quedaban 45 minutos y nada hacia pensar que hubiese forma de revertir la situación.
SIN RESPUESTA
En el complemento ingresaron Cáceres y Piquerez en los laterales y Torreira reemplazó a De la Cruz. Nuevamente un disparo de distancia fue lo mejor de Uruguay, esta vez por parte de Valverde. En el otro arco Muslera seguía postergando el inevitable tercer gol de Brasil, que seguía exhibiéndose. Al final ese gol llegó a los 57 minutos, otra vez por obra de Raphinha, ahora en acción individual, definiendo sutilmente ante el 1 celeste.
Uruguay lograría el descuento –y acaso para algún optimista un atisbo de esperanza– cuando Luis Suárez ejecutó notablemente un tiro libre por falta sobre Piquerez. Iban 76 minutos. Pero lejos de iniciarse allí una reacción, Brasil siguió controlando a su gusto la pelota y el partido. “Gabygol” Barbosa anotó el cuarto, con suspenso porque el línea señaló offside, pero luego el VAR se encargaría de demostrar que se encontraba en posición lícita, y el gol fue convalidado y destejado en diferido por la parcialidad verdeamarela.
Otra vez el final supuso para Uruguay una sensación de alivio, porque si bien se perdió y se acumuló un importante saldo negativo en goles, la sensación es que pudo haber sido peor.