En la Junta Departamental de Paysandú se rindió un homenaje a José Rivero Horta, a un mes de su fallecimiento. En esa ocasión fui invitado por el Cuerpo a propuesta de la Bancada de Ediles del Frente Amplio a decir algunas palabras que transcribo:
Hace 20 años, cuando me jubilé y decidí volver al pago, pensando en dedicarme a los temas históricos y patrimoniales, lo primero que hice fue visitar a Miguel Ángel Pías ,a Pacho Benítez y a José Rivero. A partir de entonces recorrimos juntos con José, un camino compartido, de vocaciones comunes, que fue propicio también para cultivar una linda amistad. Hombre culto, investigador, fue para mí un guía, con permanentes aportes, que fueron enriqueciendo mis conocimientos sobre La Heroica que tanto amaba.
Descendiente de la rama de uno de los Defensores de Paysandú, era uno de los temas que le apasionaban y sobre el cual tenía relatos orales de sus abuelos, así como profusa documentación. Generoso en brindar materiales de su valioso archivo, algunos heredados de sus mayores. Recuerdo que un día llegó hasta mi casa, para regalarme un libro traducido al francés e impreso en París en 1835. Sí, en 1835, sobre los Cinco Órdenes de la Arquitectura. Un libro de 1562, de Giacomo Viñola, ayudante de Migel Ángel, y que es uno de los textos arquitectónicos de mayor éxito jamás escritos. Un imprescindible para quienes introdujeron el estilo neoclásico. Que tiene sus referentes en Paysandú en los hermanos Bernardo y Francisco Poncini, autores de la Basíica, entre otras grandes obras de mediados del siglo XIX.
Una verdadera joya para quienes llevamos la arquitectura en el alma. Y que tal vez haya sido traído a Paysandú, por esos grandes maestros suizoitalianos.
De las múltiples actividades patrimoniales, que desarrollamos, en permanente contacto, con las directoras de Cultura, de diferentes períodos de gobierno municipal, como Nilda Belvisi, Macarena Collazo, Nelly De Agostini, Laura Juan y Lilián Silveira, deseo destacar el trabajo realizado desde la Comisión de Ciudadanos Pro-Purificación, que presidió, y que integraron muchos de los presentes en este acto. Y que con el apoyo del entonces intendente Álvaro Lamas y el director de EL TELEGRAFO, logramos que se aprobara la Ley del Diputado del Partido Colorado Félix Laviña, que declara Monumento Histórico Nacional, al sitio donde Artigas fundó la Capital de la Liga Federal, en el encuentro del arroyo El Hervidero con el Río Uruguay.
De firmes convicciones artiguistas, quiero recordar las palabras de José en ocasión de la sesión celebrada por esta Junta Departamental en la Meseta de Artigas. Yo me hacía la siguiente pregunta, dice José: ¿por qué estamos aquí, en este lugar? Y nos contesta José Enrique Rodó: “Venimos a erguirnos sobre la cúspide, para abrir el pecho a la cruda pureza de las ráfagas de pasiones patrióticas, que el ambiente de las ciudades, refrena y amortigua”.
“Venimos a mirar desde su altura, para dominar toda la amplitud del horizonte que abarca, en la historia del Río de la Plata, la fuerza de expansión y propaganda de nuestro credo revolucionario de 1813, la fórmula profética integral de los destinos de América Libre”.
Y José destaca: En Purificación el “Protector de los Pueblos Libres” título que no tuviera ningún hombre sobre la faz de la tierra, realizó un gobierno enraizado en lo mas profundo de la tierra y con alto destino de integración regional y desarrollo.
“Con dignidad moral y grandeza, gobernó desde este territorio sanducero luchando por el necesitado, el humilde y el indio… y terminó su discurso diciendo: y que Paysandú siga siendo la Capital del Artiguismo”.
Los dos nacimos en el año 1941. Seguramente que habernos formado como ciudadanos, en aquel Paysandú, que desarrolló su producción y floreció en su cultura, en el Paysandú del optimismo y el entusiasmo contagioso, lo debe haber marcado a José. En tener sueños y luchar por ellos, sin pedir nada a cambio.
Tomo de un reportaje del suplemento Quinto Día: “Yo solo he tratado de cumplir aquello otro que papá siempre decía: hemos nacido para los demás; no nacimos para nosotros”.
Coincidíamos en nuestras conversaciones en que los sanduceros debíamos estar unidos ante causas y objetivos que nos son comunes, más allá de las lealtades de cada uno, para con sus filosofías, sus creencias o pertenencias partidarias.
Cuando en el 2015, me tocó presidir la nueva Comisión Departamental de Patrimonio Cultural, propuse crear la figura de presidente de Honor, y que fuera designado José. Lo cual aceptó el intendente Guillermo Caraballo y José también, y que continuó desempeñando en la actual Administración hasta el final de sus días.
Debo concluir, diciendo que, como si fuera poco, nos dejó un excelente libro, escrito junto a su esposa Susana: “Paysandú: Vuelve atrás la mirada”. Imprescindible para hurgar desde nuestros orígenes misioneros hasta la heroica Defensa. La vida me dio la fortuna de ser amigo, compañero de sueños y luchas. Gracias, José, por tu legado. Arq. Rubens Stagno Oberti
