Vigilia en Salto y Concordia reclama reunificación de familias binacionales

El “Grupo Puente Salto-Concordia” que nuclea a unas 320 personas, pertenecientes a familias separadas luego del cierre de las fronteras con Argentina en marzo de 2020 a raíz de la emergencia sanitaria por la COVID-19, reiteró el pedido de apertura bajo un régimen excepcional, al presidente de la República Luis Lacalle Pou, quien participó en la apertura de la Expo Salto.
“Le entregué la carta de las familias que estamos separadas. El presidente me dijo que ya tenía una, pero esa se la dimos hace un año. Por eso, además le obsequiamos una calcomanía del grupo, para que nos recuerde”, dijo Doris Correa a EL TELEGRAFO.

Luego del breve encuentro con el mandatario, “volvimos a la plaza porque estamos acampados con una vigilia frente al consulado de Argentina y en Concordia, hay otra frente a la municipalidad”.

El grupo está movilizado desde mayo de 2020 y reclama por medidas específicas para lograr la reunificación familiar. “Ya estuvieron reunidas altas autoridades de ambos países, los cancilleres, autoridades sanitarias e intendentes de las dos ciudades. En un encuentro por Zoom había quedado instalada una comisión para estudiar un protocolo y conseguir una ‘ciudad burbuja’ entre Salto y Concordia. Pero estamos a 1º de octubre, abrieron el aeropuerto de Ushuaia, el puente internacional Tancredo Neves entre Foz do Iguaçu y Puerto Iguazú y nosotros seguimos aquí con las familias divididas”.

Experiencias

En su caso particular, relató que “hace 8 meses que no me siento a almorzar con mi pareja. Antes iba y venía a Concordia y el año pasado, luego del cierre de la frontera, quedé allá. Me vine a Salto en mayo y recién me pude volver a ir en diciembre, por Gualeguaychú que era el único puente abierto. Ese puente fue cerrado el 25 de diciembre y el ingreso a Argentina quedó habilitado solo por Buquebús y avión. Entonces me quedé en Concordia hasta el 28 de febrero y me vine por el puente de Salto Grande, porque se podía ingresar teniendo cédula uruguaya”. Explicó que desde entonces, “hasta ahora sigo acá porque la única forma que tenemos desde Salto para ir a Concordia es por Buquebús que queda a 1.100 kilómetros. Son 24 horas de viaje, tomar contacto con más de mil personas durante todo el viaje y gastar unos 15.000 pesos uruguayos”. Describió que “eso insume el gasto del pasaje en ómnibus de Salto a Montevideo, subir a Buquebús con hisopado incluido son unos 9.000 pesos. Bajar en Buenos Aires, presentar un test de antígeno y tomar el ómnibus desde Buenos Aires a Concordia. Allí hay que hacerse otro hisopado después de 7 días de llegar. Cuando acá, en Salto, estamos a 35 kilómetros de distancia, cruzo en auto, no tengo contacto con nadie y al cruzar la línea divisoria me espera mi marido. Llego en una hora”.

Correa recalcó que “esto no puede seguir pasando. Hay gente que tiene familiares enfermos y no puede verlos, estudiantes que cursaban en Concordia y tuvieron que cortar la carrera. Hay personas que hace meses que no cobran, porque trabajaron y ahora viven de un lado o del otro. Otros casos que interrumpieron sus tratamientos médicos tanto en Salto como en Concordia”.

La integrante del grupo señaló que “una persona puede venir por el puente, pero no puede irse por el puente. Todo es preocupante para el comercio que cree que se va a fundir porque vamos a cruzar en manada para el otro lado y no va a ser así porque piden PCR al cruzar y otro a los siete días y un PCR cuesta aproximadamente 100 dólares”.

Correa reflexionó que “necesitamos una respuesta que diga que podemos volver a Concordia. En mi caso, no tengo familia en Salto sino toda en Montevideo. ¿Alguien sabe lo que es sentarse un domingo a comer solo, cuando sabes que tenés familia al otro lado del puente y que los gobiernos te lo impiden?”

La carta

La carta entregada al presidente Lacalle Pou destaca “la imperiosa necesidad que tenemos ante el interminable cierre de fronteras terrestres, como ciudadanos y/o residentes legales de ambos países. Somos personas establecidas en uno u otro país, preocupados por nuestra situación laboral, de estudios, familiar, de atención de salud y de cobro de haberes. Salto y Concordia son ciudades de dos países fronterizos, hermanadas, ensambladas por relaciones familiares, sociales, culturales y comerciales además de las históricas relaciones, amparadas por innumerables Tratados Internacionales”.
Reconocen que “desde el 2020 la pandemia representa un flagelo mundial y de nuestros pueblos hermanos, en este caso Argentina y Uruguay, y que ambos Estados tienen la indelegable responsabilidad de proteger a sus ciudadanos y habitantes”. Alertan que han “acatado y cumplido con todas las normativas emanadas por los Ministerios de Salud de ambos países para nuestra protección y la de nuestros compatriotas”, y detallaron las numerosas gestiones efectuadas ante autoridades de ambos países.

“Todo este accionar disruptivo ha provocado un desequilibrio físico y/o emocional afectando nuestra salud y la de nuestros familiares, no contemplados hasta el momento”, detallaron.