Un productor rural de la zona de Quebracho, que ya había adquirido otras dependencias de la explanta Coleque (Cooperativa Lechera de Quebracho) compró en el remate judicial realizado en la víspera la fracción de campo de alrededor de 15 hectáreas, con establecimiento industrial y demás mejoras anexas por 260.000 dólares.
El predio con sus mejoras, tenía una tasación oficial por parte del Instituto Nacional de Colonización de unos 200.000 dólares, cifra de fines de 2018.
En diciembre de ese año -el mismo día en que estaba previsto realizarse el remate judicial que se concretó en la víspera- fue suspendido a solicitud de República Afisa, principal acreedor de la desaparecida industria láctea de Quebracho tras recibir tres ofertas de interés, entre ellos la Intendencia de Paysandú.
Ya entonces el rematador que tenía adjudicado el remate judicial era Javier Jolochin y en cualquier caso debía salir a remate, aun si hubiera existido un acuerdo privado de cesión de créditos.
La intendencia avanzó en la negociación y obtuvo de parte de la Junta Departamental para adquirirlo, con un año de gracia y pago en cuotas. Pero la compra no se concretó.
Ayer fue rematado el predio, que tiene uno de los pozos de agua semisurgente con mayor caudal en Quebracho y unas ocho hectáreas aptas para la construcción de viviendas, según declaró a EL TELEGRAFO en octubre de 2019 Franklin “Gino” Belveder, actual concejal de Concejo Municipal de Quebracho.