En incendios forestales los aviones “son muy efectivos en la prevención y el primer ataque”

“Nos pusimos a la orden del Sistema Nacional de Emergencia (Sinae) y se nos dijo que no era necesario por el momento que nosotros actuáramos”, relató a EL TELEGRAFO Juan Daniel Chalkling, vicepresidente de la Asociación Nacional de Empresas Privadas Aeroagrícolas (Anepa), sobre los motivos por los que no intervinieron aviones en el combate al que se considera el mayor incendio de la historia del país. Aseguró que los medios aéreos son sumamente efectivos en acciones específicas y describió las ventajas de usar aviones pequeños en nuestro país. Sin embargo, fue claro al analizar que en este caso no estaban dadas las condiciones para poder operar en forma segura, y que a futuro será necesario pensar en crear infraestructuras para hacer posible trabajar con fumigadores de forma eficiente y segura en todo el territorio.

Para Chalkling los problemas comenzaron cuando se subestimó un incendio que terminará marcando “un antes y un después en la prevención y el combate del fuego”.

Los aeroaplicadores tienen antecedentes exitosos de actuación en incendios forestales. “Actuamos en Santa Teresa en 2005 y en Punta del Diablo en 2011”, aunque en ese entonces había un detalle para nada menor: disponían de la pista de aterrizaje auxiliar que existe en la ruta 9. “Una pista amplia para la operación, y eso fue uno de los éxitos. Es una de las cosas que tiene el avión, requiere de cierta infraestructura y logística para poder actuar”, pero lo justifican, dado que “son muy efectivos en la prevención y en el primer ataque. Ese es el éxito para que no ocurra un gran incendio”. De allí que entienda que a partir de esta experiencia “va a haber muchos cambios, de parte de las forestales, de parte del Estado, de parte de todos los contratistas que trabajan para el sector forestal”, dado que “evidentemente hubo un sistema que no funcionó y que costó un montón de dinero y que gracias a Dios no tuvimos que lamentar vidas humanas ni pérdidas mayores de casas o de los pueblos, que pudieron haber sido arrasados por el fuego”.

FALLAS

Para Chalkling el sistema falló tanto en la alerta temprana como en el combate. “Porque el arte es no llegar a esta situación. Un incendio después que se va de las manos, no son ni los medios aéreos ni ninguna herramienta específica la que los va a apagar”, y destacó que en países del primer mundo se invierten millones de dólares en prepararse para hacer frente a estos problemas. “Tenemos que darnos cuenta de que acá hay que hacer más. Hay que hacer mucho más”, afirmó.
A modo de ejemplo citó que para toda la superficie forestada del país hay tres helicópteros, ubicados en puntos estratégicos. “No es suficiente, se precisan otros medios, va a haber que incrementar la cantidad y el tipo de herramienta. El helicóptero es muy eficiente porque puede llevar la brigada y puede combatir; ahora, el avión tiene una particularidad que es la velocidad con que llega al incendio en ese primer ataque”, destacó.

En este episodio, al momento de ponerse a la orden del Sinae, se evaluó las condiciones para su actuación. “Pusimos seis aviones a la orden, pero de esos seis aviones resulta que cuando fuimos a ver dónde podíamos operar, solamente podíamos actuar con tres, porque la pista que estaba cercana al incendio no podía soportar más de tres aviones operando juntos”, señaló. Entiende que también falló la organización de la respuesta. “En los países que más destinan recursos hay una columna de mando dentro de ese incendio, hay un jefe de incendio, hay un experto en meteorología, hay bomberos capacitados para ese tipo de incendios, y se combate el incendio”, dijo.

Y la estrategia de combate ante un incendio de esta magnitud “es elegir hasta dónde va a ser la zona que se va a quemar, con un contrafuego, y ahí se empieza a trabajar”. En este esquema es donde los medios aéreos son más efectivos: “trabajan en el enfriamiento, en la fabricación de contrafuegos, pero todo eso ocurre con todos los elementos. Hay espumas, que se utilizan por ejemplo para generar los contrafuegos, todas esas cosas no estaban acá. O sea, están disponibles, pero no están disponibles en la realidad, entonces el sistema fracasa y fue lo que pasó en este incendio en particular”, afirmó.

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REQUERIMIENTOS

Para Chalkling, entre los cambios que se deberían venir está la precaución de contar con infraestructura para la operación aérea. “Lo de la pista es claro, por ejemplo, en las masas forestales; cuando se hace una ruta se deben generar las pistas alternativas, como existe en ruta 9, porque ya hoy la masa (forestal) lo amerita”, planteó. Señaló que el parque de aviones con que cuenta el país le permite afrontar el desafío. “Cuando se habla de aviones fumigadores la gente piensa que van a tirar agua por su sistema de varales, y esto no es así, eso es una compuerta, son aviones que se le adapta una compuerta de incendio, y entonces tiene la particularidad de tirar mil a 2.000 litros todos juntos en un segundo”, indicó.

En este sentido dijo discrepar con el ministro del Interior, de quien aseguró que estuvo mal asesorado cuando dijo que el agua no llega al suelo. “Sí llegan abajo; los incendios de copa son los que no se combaten porque se precisa por cada kilo de madera 7 kilos de agua, o sea que combatir un incendio de copa es una verdadera locura” por lo peligroso que resulta.

“Uno imagina que (el agua lanzada desde el avión) tiene que pegarle arriba del fuego, y no es así, porque donde está el fuego ya se quemó, se trata de proteger lo que está verde, y ahí es donde entran los medios aéreos y son muy efectivos”, insistió.

Agregó que esta efectividad aumenta “trabajando a la hora temprana y de tardecita, que es donde baja la temperatura, esos 2.000 litros de agua rinden muchísimo más. Si se le ponen los productos correctos, que son espumas y retardantes, esos 2.000 litros de agua rinden muchísimo más todavía”.

GRANDES O CHICOS

Según Chalkling, disponer de un avión de grandes dimensiones “no hubiera cambiado el curso del incendio. Acá se trata de litros por hora, entonces la posibilidad que tiene Uruguay es, con costos mucho menores, poder llevar la misma cantidad de litros de agua por hora”. Y comparó que un CL415, que es un Canadair (ahora Bombardier), un avión que carga 6.000 y algo de litros, es ni más ni menos que tres aviones nuestros, que operan a un costo mucho menor”. Señaló que un avión como el CL415 “están arriba de los 40 millones de dólares, y nuestros aviones cuestan bastante menos, o sea que con el costo de un avión de esos podemos equipar todo el Uruguay y nos sobra dinero”.

PREPARACIÓN

El nuevo plan de combate a incendios también deberá incorporar la formación de la población para evitar riesgos. “Tenemos una idiosincrasia especial que quedó demostrada en toda la gente que se acercó a ayudar, pero esa gente también precisa educación para un incendio porque también pueden lamentarse pérdidas de vidas por quedarse encerrados”, explicó. Y sugirió que para “la concientización y el entrenamiento de la gente que se acercó, se pueden utilizar las escuelas públicas”. También es necesario, dijo, “generar rutas de escape para los pueblos, hay que generar las barreras, que evidentemente la distancia y la legislación de cuando se plantaron los árboles lo permitió, pero hoy la realidad indica otra cosa”.

TRAYECTORIA

Dentro de la Anepa algunas empresas se han organizado para trabajar en una subcomisión dedicada al combate de incendios y han invertido “en las compuertas de los aviones, en el entrenamiento de los pilotos, en cursos, en actualizaciones” desde la década de 1990. Las empresas forestales fueron quienes promovieron un cambio en el marco regulatorio, ya que anteriormente no se les permitía actuar en los incendios. “Entre ellos y Dinacia se generaron los cambios necesarios”, dijo Chalkling.

“En el 2005, en Santa Teresa, cuando fuimos convocados por orden directa del presidente (Jorge Batlle), hicimos un trabajo que fue un aprendizaje para nosotros muy importante, y mostramos que servíamos. Tenemos un deber de actuar, por eso fue nuestro ofrecimiento al Sinae, con la comunidad, y nosotros nos debemos a la comunidad y a nuestro Estado”. Por esta razón, dijo, “nos pusimos a la orden, dijimos si hay vidas de por medio vamos a trabajar en el protocolo para defender los pueblos y todo lo demás, pero en realidad no fuimos convocados al incendio”, lamentó. Agregó que “en el momento en que se iba a actuar fue cuando el incendio disminuyó”.

No obstante en los últimos días han seguido volando sobre el área afectada, lo que ha permitido detectar focos que se habían reavivado ocasionalmente.