Solicitada

Mucho dolor nos dio encontrar la capilla destrozada. Entraron por una banderola del baño y destrozaron y robaron en la Capilla María Auxiliadora del Barrio Nueva York. Victoria, catequista, tiene 64 años y desde que tiene 13 concurre a esa capilla. Varias generaciones han recibido allí su primera Comunión.
Tal vez, dice Victoria, algunos de los que allí se bautizaron hicieron eso, porque, gracias a Dios, ninguna imagen fue rota.
Duele mucho lo que hicieron porque esta capilla es el faro de luz en este barrio. Desde hace más de cuarenta años hago las charlas para los padres y padrinos.
El sacerdote da el sacramento del Bautismo. Celebra la misa todos los domingos a las 9.
Hace más de treinta años se reparte ropa y calzado a los más necesitados. Todos los meses de agosto, para el día del niño se trae una cama elástica, castillo inflable, se reparten bollos, refrescos y juguetes. ¿Por qué entonces tanta maldad?
Todos los sábados de diciembre y enero vengo a repartir pan y bollos que Andrés, el animador de la Parroquia del Sagrado Corazón recoge de los cinco supermercados de Paysandú, que donan durante todo el año. Yo cuido como un gran tesoro esta capilla.
Ya habían robado antes los cables de luz, más de 40 metros, y roto el contador. Pero ahora no dejaron nada de la instalación eléctrica, todos los cables y llaves de luz de los tres ventiladores y los plafones de luz.
Se llevaron cinco manteles del altar, ocho cortinas con las arandelas de madera, de una cruz de madera sacaron el Cristo de bronce y el foco que alumbraba la imagen de nuestra patrona María Auxiliadora. Todos los floreros y el cáliz dorado con el que el sacerdote celebra la misa. Todo eso se llevaron.
Pero yo les digo que tenemos un Dios todopoderoso que todo lo ve.
Un Dios inmensamente bueno que si estamos arrepentidos de lo malo que hacemos, todo lo perdona.
Arrepiéntanse, no vayan al infierno donde todo es fuego, tristeza y rechinar de dientes.

Victoria Chialanza