Día mundial de los Humedales encuentra a las organizaciones encarando proyectos

El 2 de febrero es el Día mundial de los Humedales, que recuerda la Convención sobre los Humedales, celebrada el 2 de febrero de 1971, en la ciudad de Ramsar, a orillas del mar Caspio. Los humedales son sistemas esenciales en el mundo, definidos algo así como “las arterias y venas del paisaje”, que si bien ocupan alrededor del 6% de la superficie terrestre, son el hábitat o lugar de reproducción del 40% de todas las especies de animales y plantas. Son áreas que permanecen en condiciones de inundación o zonas donde se junta agua un tiempo y luego se seca para volver a acumularla durante largos períodos de lluvias. Es por eso que la vegetación y animales que allí se encuentran, están adaptados tanto a las condiciones de inundación como a períodos de anegamiento y sequía. Esta agua puede provenir del mar, de los ríos, las lluvias o de napas subterráneas.

Sustentan una gran biodiversidad y son vitales para los humanos, para otros ecosistemas y para el clima ya que actúan como grandes filtros que mitigan las inundaciones, reducen la contaminación y absorben dióxido de carbono, que es fundamental para frenar el cambio climático. Su diversidad biológica beneficia a la salud humana, suministra alimentos y permite actividades económicas como la pesca y el turismo.

Sin embargo desde 1900 en adelante, se ha perdido más del 60% de su superficie a nivel mundial y el 35% se dio desde 1970 hasta ahora, tres veces más rápido que la desaparición de los bosques debido al calentamiento global y las actividades humanas. Latinoamérica es quien actualmente lidera esas pérdidas y nuestro país no es la excepción.
Para revertir esta tendencia es necesario el compromiso de cada individuo, de colectivos de la sociedad civil, de los gobiernos y de las empresas.

Humedales urbanos

La localización de las ciudades depende fundamentalmente de dónde está el agua, es por eso que la mayoría tienden a poblar cada vez más sus costas, razón por la cual el impacto medioambiental es cada vez más grande. Los humedales urbanos están en espacios de presión, son los que más peligran en desaparecer.

En el caso de nuestra ciudad, los humedales de La Curtiembre son la esperanza de la conservación de espacios benéficos para la población pero su vulnerabilidad se hace cada vez más notoria. Al respecto, EL TELEGRAFO habló con Hugo Gómez, referente del colectivo Amigos de los Humedales de la Curtiembre, un grupo que nació desde la inquietud de vecinos y amantes de la naturaleza que notaron la gran deforestación del área principal del humedal.

“Eso estaba ocasionando un mal tremendo para la fauna y flora del entorno, sin olvidar que un humedal es fundamental para la vida de la población, entonces nos reunimos con organizaciones como Coendu (Conservación de especies nativas del Uruguay) y Gensa (Grupo ecológico naturista sanducero), para organizar una limpieza en el arroyo La Curtiembre, que resultó de amplia convocatoria”.

El colectivo está conformado por personas que aportan cada uno desde su tiempo y lugar, conocimientos y voluntad para mejorar estos espacios de diversidad biológica. “Todos tenemos un mismo fin, preservar nuestro patrimonio libre de contaminantes, como es la costa; de ahí empezamos no sólo a preocuparnos sino a ocuparnos del tema”, agregó Gómez.

En el transcurso de los años el lugar se ha ido degradando tanto por la deforestación como se mencionaba antes, como por la cantidad de desechos, la extracción de tierra y el ingreso de vehículos.

“Lo principal de nuestras acciones, es que han llevado a que mucha gente entienda lo que es la problemática y por lo menos colabore no ensuciando. Notamos que la cantidad de residuos ha disminuido bastante”, resaltó.

Para quienes visitan asiduamente estos paisajes, notan que de las más de 80 especies de aves relevadas en el lugar, muchas ya no se ven más. Esto debido principalmente a la bajante del río, pero también a actividades humanas como tala indiscriminada de árboles, que son hábitat y lugar de nidificación de especies residentes y también las visitantes que vienen a reproducirse y alimentarse.

Proyectos para este año

“Este año esperamos que la pandemia nos dé un respiro para poder reencontrarnos para seguir trabajando, no sólo haciendo limpiezas, sino llevando a cabo proyectos de mejoras y protección de las áreas. Tenemos la convicción de que va a ser un muy buen año para todas las iniciativas”, dijo el vocero del colectivo y concluyó que “queremos agradecer a todos los que colaboran desinteresadamente por estos cambios en la mentalidad de una sociedad que si bien a veces le da la espalda al río también tiene que pensar que el agua es un recurso finito y de vital importancia para las futuras generaciones. Hay que corregir estos errores que son netamente humanos como la deforestación, degradación del suelo, la parte interesada de las inmobiliarias. Agradecemos a todos los medios que puedan difundir nuestro sentir y apoyar en la defensa de este lugar en el mundo. No se puede ir en contra de la naturaleza”.