La diferencia entre estar internado en el CTI “con” COVID o “por” COVID

Desde hace un tiempo se produce un fenómeno que va creciendo y se diferencia claramente a lo que sucedió durante la primera ola de COVID-19 en nuestro país. El cambio radica según los especialistas, en cuidados intensivos, en las personas internadas en CTI con COVID y no debido al COVID. A todas las personas que se ingresan a las unidades de Centro de Tratamiento Intensivo, sea por la patología que sea, se les practica un test de rutina en el momento de ingreso. Si el resultado es positivo pero no tienen síntomas de esta enfermedad, significa que están infectados con el SARS-CoV-2, pero la razón por la que están en Cuidados Intensivos no es la COVID.

Esta aclaración dada a conocer por El País, vale dado que según el último muestreo realizado por la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), aproximadamente el 50% de los internados en CTI que figuran en el reporte diario del Sistema Nacional de Emergencia (Sinae), no están allí por la COVID, aunque sí están infestados con el virus. Este es un dato relevante que muestra la diferencia con lo que sucedía hace un año. Hoy el porcentaje de casos nuevos que deben ingresar al CTI a causa de la COVID está en un 0,2% de los casos, cuando el año anterior los intensivistas calculaban que aproximadamente el 1,5% de los infestado con el virus ingresarían a CTI.

Sin embargo actualmente se registra un importante incremento en la ocupación de camas de CTI, que según los especialistas parece deberse a más de un factor, pero fundamentalmente a la circulación comunitaria alta que causa la variante ómicron desde comienzos de 2022 –que es más contagiosa, aunque con síntomas más leves–. Al haber más casos activos –más del doble que en el pico de la ola de junio de 2021–, aunque el porcentaje de incidencias de gravedad es mucho menor que en las olas anteriores, igualmente hay una importante cantidad de pacientes que requieren cuidados intensivos.

Por otra parte, el representante de la SUMI, Mauricio Bertullo, aclaró “a pesar de que ómicron no es una cepa particularmente agresiva en su virulencia”, en los no vacunados y en los pacientes con comorbilidades “sí genera cuadros clínicos más complicados”. “La cantidad de pacientes en CTI hoy se explica por la cantidad de casos activos que tenemos”, sostuvo Bertullo. Según el experto, es “evidente” que “la población de terapia intensiva se comporta como la población general” y los centros funcionan como “un reflejo” de lo que pasa en todo el país con respecto a los casos diarios.

De acuerdo a las estadísticas publicadas en la aplicación Coronavirus UY, a principios de junio de 2021 había un promedio semanal de 540 camas de CTI ocupadas sobre 36.800 casos activos, mientras que actualmente hay un promedio semanal de 141 personas en CTI sobre 78.200 casos activos. Por lo tanto actualmente hay cuatro veces menos internados en Cuidados Intensivos cuando se presenta el doble de casos activos. Se puede inferir que proporcionalmente ahora hay ocho veces menos internados en CTI que en junio del año pasado.

La rápida circulación de la cepa Ómicron

En nuestro país, a un mes de detectada la variante ya es la dominante en todo el país y explica el 90% de los contagios de COVID-19, según el último informe del Grupo de Trabajo Interinstitucional de Vigilancia SARS-CoV-2 (GTI). En el caso de la variante delta, esta demoró tres meses desde su detección en desplazar a la gamma (p.1), pero ómicron parece haberlo hecho con una facilidad mayor, debido a su mayor nivel de contagiosidad.
Los especialistas creen posible que a medida que la nueva cepa desplace a la delta, los casos graves dejarán de aumentar en Uruguay. El paciente que más se veía durante la primera ola padecía una neumonitis grave a causa de la COVID, pero ahora estos dejaron de ser mayoría. La intensivista Daniela Paciel aseguró a El País que de los casos graves lo que “sí sabemos que la mayor parte no se había vacunado”.