Qué significa el número que aparece con el símbolo de reciclaje en los envases plásticos

En los últimos 70 años la aparición del plástico cambió mucho la vida de toda la humanidad, y aunque con conocidos efectos adversos, sin la versatilidad de este material muchos avances científicos, sobre todo en la medicina, no hubiesen sido posibles, al igual que ha permitido abaratar el acceso a artículos de confort, que a la vez han supuesto mejoras en las condiciones de vida en sectores de la sociedad que antes no se los podían permitir, como las heladeras, por ejemplo, aunque la lista es muy larga.

Hoy los plásticos están muy presentes en la vida diaria y por suerte cada vez más también se los puede reciclar y reutilizar. Seguramente muchos hayan notado que muchos artículos plásticos, principalmente envases y recipientes, tienen impreso o en relieve el símbolo que solemos asociar al reciclaje, el conocido triángulo del reciclaje, un gráfico nacido en los años 70 que se inspira en la infinita cinta de Moebius y que hace referencia a tres pasos: separar los materiales reciclables, fabricar nuevos productos con ellos y comprar o usar productos reciclados.

Este símbolo está acompañado de un número en su interior, que va del 1 a 7, y una sigla debajo. Esto es en realidad un código que es sumamente útil para la industria plástica, ya que lo que indica es el tipo de material del que se compone ese artículo.

DEL 1 AL 7

El plástico identificado con el 1 es uno de los más nombrados, el Tereftalato de Polietileno, o PET. Muy frecuente en botellas de agua, jugos, bebidas y también en textiles. Es el plástico más reciclado del mundo ya que cuenta con una infraestructura bien establecida. Puede ser reciclado múltiples veces porque, aunque para uso alimentario solo se permite un primer nivel de reciclaje, en siguientes niveles se utiliza para conseguir fibras textiles.

El número 2 está asociado al Polietileno de Alta Densidad, o HDPE. Tiene como uso más común los envases de detergente, shampoo, lácteos, tuberías, maceteros, así como bolsas de tiendas y supermercados, al menos hasta la aplicación de las leyes que las limitaron. Las escamas de HDPE suelen incorporarse a la fabricación de tuberías, láminas plásticas y elementos como tachos de basura o conos de tránsito.

El número 3 se asignó a otro de los más sonados, el Cloruro de Polivinilo, o PVC. En general se lo conoce por su uso en cañerías, pero también se puede encontrar en botellas de aceite, shampoo, envases de medicamentos, envoltorios de carnes y embutidos, manteles. Es considerado tóxico debido a que en su fabricación se usa cloro y además desprende cloruro de vinilo, que con el aumento de temperatura puede pasar a los líquidos. Recuperado y reciclado por métodos mecánicos se reutiliza en la fabricación de tuberías, mangueras, cepillos, escobas, revestimientos, suelas de calzado y artículos para la industria automotriz, entre otros.
Con el número 4 se designa al Polietileno de baja densidad, también conocido como LDPE. Es muy empleado en envases de alimentos. Se encuentra generalmente en envases flexibles como los de las mostazas, mayonesas y ketchup, también en bolsas de alimentos congelados y en envases para líquidos como tetrapak y vasos para el café. Se puede transformar en bolsas plásticas de residuos, tuberías de riego o en mobiliario urbano.

Cuando aparece el número 5 estamos ante un artículo de Polipropileno, o PP, que se emplea por lo general en envases, aunque también se usa mucho en los envases de alimentos para llevar, en envases de medicamentos, cubiertos descartables, tapas de bebidas y sorbitos. El Polipropileno se puede reconvertir en viguetas o recubrimientos plásticos, cajones, macetas y otros usos en los que no esté en contacto con alimentos.

El número 6 se asoció al Poliestireno, o PS. Es un plástico virtualmente eterno, ya que demora más de mil años en degradarse. Se usa por lo general en las bandejas de alimentos, para el embalaje de electrodomésticos y algunos vasos o tazas de café. Con alimentos, sobre todo con líquidos calientes, puede filtrar estireno, un hidrocarburo que está clasificado como probable carcinógeno por el Centro Internacional para la Investigación sobre Cáncer (CIIC), en el grupo 2A. Puede tener una nueva vida como bloques del mismo material, que se utilizan en la construcción como aislante térmico.
El número 7 se usa para designar otros plásticos y suele emplearse para combinaciones de dos o más de los anteriores, de allí que no haya certeza de los riesgos que podrían suponer. Tampoco presentan muchas posibilidades de reutilización, al desconocerse su composición.

DEGRADABLES

Para muchos de los usos que se dan a los materiales que integran la lista, están apareciendo desde hace un tiempo nuevos elementos, bioplásticos u otros materiales degradables.

Se trata de productos “compostables”, es decir, que mediante un proceso industrial se integran al suelo como sustrato.
Entre otros, se utilizan materiales como el PLA, que es ácido poliláctico, un derivado del trigo; se utiliza también el bagazo de la caña de azúcar, que es el residuo que queda de la cosecha de la caña, con lo que se hacen envases blancos; también se utiliza el conocido como polipapel, sobre todo para vasos de café, y sobre todo se está empleando cartón y pulpa de celulosa.
En muchos casos todavía la limitante es el precio con el que llegan al público encareciendo los productos, aunque en la medida que se sigan masificando se espera que se vuelvan más accesibles.

OTROS SÍMBOLOS

Además del referido triangulo, hay otra simbología asociada al reciclaje en envases y artículos plásticos.
Uno de los más difundidos, que aparece también en latas, es el “Tidyman”, representado por una figura humana que deposita un residuo en una papelera. Su objetivo es responsabilizar a quien quiere deshacerse del mismo para que lo haga en un lugar adecuado.

Muchos aparatos electrónicos presentan un símbolo que es como una papelera tachada. Llevan este símbolo para recordar que no se pueden tirar junto a la basura general por su impacto en el medio ambiente. Para darles una segunda vida se pueden llevar a puntos de recogida como los centros de entrega voluntaria.
En Europa también se ha implementado una simbología que asocia al tipo de residuos con un color de contenedor: amarillo, para plásticos, metales y compuestos (tipo tetra brick); verde para vidrios, y azul, para papel y cartón. Por el momento es voluntario para las empresas y solo se aplica en algunos países.