Hay lugar para avanzar en la mejora de la cosecha de lana

Diego Otegui y Alejandro Stirling, junto al mejor ejemplar y el segundo del Día del Merino.

Las certificaciones ganan lugar rápidamente en el mercado lanero uruguayo, principalmente por una importante diferenciación en el precio para los lotes finos, en tanto que en otros micronajes es muchas veces sinónimo de vender o no la lana.
La Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay (SCMAU), en el marco del Día del Merino, realizó una charla donde estuvieron presentes Pedro Otegui, principal de Lanas Trinidad, y Federico Raquet, de la firma Engraw, Romeo Volonté, gerente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Diego Otegui y Álvaro Fros por la sociedad de criadores.
En la jornada, los industriales marcaron que las certificaciones son una demanda cada vez más importante por el consumidor final y de las marcas de prendas de vestir, que “piden cada vez más responsabilidad empresarial, bienestar animal y cuidado del medioambiente”, dijo Pedro Otegui. En este sentido destacó que la certificación de un lote “es como una trazabilidad que empieza en el campo, pasa por la industria y llega al consumidor final” explicó.

Las principales certificaciones en la actualidad son la RWS y GOTS (orgánica), está última en su gran mayoría se realiza a través de las industrias frigoríficas que ya poseen este tipo de certificaciones debido a la carne vacuna. Además se tienen protocolos propios de algunas empresas, por ejemplo la firma Engraw dispone de la certificación “Origen” y Lanas Trinidad de “Nativa”.
Pedro Otegui remarcó que “las certificaciones no son una novedad” e indicó que “en la industria cárnica son los reyes de las certificaciones”. En este sentido recordó además que las lanas tienen certificaciones en los diferentes procesos que se realizan en el día a día, en tanto que las certificaciones permiten darle continuidad desde el campo al consumidor las garantías en los distintos procesos.

“Somos culpables hasta demostrar lo contrario” dijo Federico Raquet, y destacó que las certificaciones están permitiendo ingresar a mercados donde actualmente la certificación es motivo de acceder o no a un nicho de mercado. En este sentido indicó que GOTS (Orgánica) se destina principalmente a ropa para niños o bebés, en tanto que la RWS tiene un universo más amplio de clientes.

Cosecha de lana

La charla además se enfocó en la necesidad de mejorar la cosecha de la lana, para lograr incrementar el poder de negociación del productor con la industria o en definitiva lograr un mejor valor a la hora de comercializar.
Otegui recordó que en las lanas finas se manejan valores importantes, donde “algún error” puede costar “mucho dinero”. En este sentido remarcó que es de suma importancia que a la hora de la esquila se pueda enfardar los lotes por resistencia de la mecha, largo, color, así como también diferenciar claramente los vellones A, B e I. Al mismo tiempo también se destacó la importancia de separar los lotes por finura entre animales jóvenes y adultos.

Otro de los puntos que se destacaron en la charla fue la necesidad de realizar un buen romaneo del lote de lana y que pase por el laboratorio del SUL la mayor parte de los fardos para lograr un dato objetivo más representativo del lote. Otegui dijo a modo de ejemplo que “si tengo un lote de 10.000 kilos de lana y están analizados 1.000 kilos, puedo dudar si el lote analizado es representativo del total”.
Por su parte, Federico Raquet indicó que un lote de la “grifa verde, con las separaciones por micronaje y demás, es como una camioneta 4×4. Y un lote de esquila tradicional es como una bicicleta”.