Hoy se conmemora el Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino

Un alto porcentaje de mujeres no manifiestan ninguna sintomatología.

El Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino se celebra el 26 de marzo de cada año con el objetivo de concientizar a todas las mujeres del mundo de la importancia de prevenir esta enfermedad, teniendo en cuenta que, con un diagnóstico oportuno, se podrían revertir las cifras, que indican que cada vez se cobra más vidas.
El cáncer de cérvix es una patología grave que es ocasionada por múltiples factores, uno de ellos es el llamado virus del papiloma humano (VPH). Este padecimiento puede aparecer cuando la mujer inicia relaciones sexuales a edades muy tempranas, existiendo factores de riesgo como tener muchas parejas, fumar, llevar malos hábitos alimenticios, la presencia de algunas patologías como la diabetes, y también hay podrían incidir factores genéticos.
Un alto porcentaje de mujeres no manifiestan ninguna sintomatología y esto se debe a que un sistema inmunitario fortalecido por lo general no permite que el virus provoque daños, pero cuando no es así, puede producir daño en las células del cuello uterino, que con los años terminan transformándose en células cancerosas, que luego pasan a formar tumoraciones.

EN EL MUNDO

Se diagnostican alrededor de 530.000 nuevos casos cáncer de cuello uterino cada año en el mundo y el 85% de ellos corresponden a países subdesarrollados. Se producen 275.000 fallecimientos de mujeres en etapa económicamente productiva de sus vidas por esta enfermedad.

EN LA REGIÓN

Dentro del contexto de América del Sur, nuestro país es uno de los que tiene las tasas más bajas de incidencia y mortalidad. Pero si nos comparamos con los indicadores de los países desarrollados, Europa occidental, países nórdicos, Estados Unidos y Canadá comprobamos que tenemos tasas mucho más altas que ellos.

EN URUGUAY

En Uruguay, el cáncer de cuello uterino (CCU) es el tercer cáncer más frecuente luego del cáncer de mama y el cáncer de colon y recto y la quinta causa de muerte por cáncer en la mujer. Anualmente se registran unos 330 casos nuevos y fallecen un promedio de 140 mujeres por CCU, según el Registro Nacional de Cáncer; en promedio se diagnostica un caso por día. Como se adelantara, la principal causa de este cáncer es la infección por ciertos tipos de virus del papiloma humano. Los estudios realizados muestran que la infección por VPH está presente en más del 90% de los casos. Existen más de 100 genotipos, de los cuales aproximadamente 40 se transmiten sexualmente y, de estos últimos, 15 pueden vincularse con el desarrollo de CCU.
En nuestro país, la implementación de la prueba de detección, el papanicolau (PAP) con criterio poblacional se realiza a partir del año 1994, en un programa instrumentado y coordinado por la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer (CHLCC), con control de calidad interno y externo, así como de la colposcopía de los casos positivos, el resultado del estudio anatomopatológico y del tratamiento.
A partir de setiembre de 2012, mediante la ordenanza 466, el Ministerio de Salud Pública (MSP) asumió el control y coordinación del Programa de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino a nivel nacional. Como apoyo importante a la capacitación del equipo de salud, se impulsó y concretó la elaboración de la guías de práctica clínica para el tamizaje del CCU.
Asimismo, la legislación vigente favorece el acceso y estimula la realización del análisis PAP estableciendo un día de licencia pago para efectuárselo y es totalmente gratuito. En la misma línea, a partir del año 2013 se incorporó la vacunación contra el VPH, con carácter nacional, logrando una cobertura del 42% de las niñas de 12 años según datos aportados el 09 de mayo de 2017, por la comisión de vacunaciones del MSP.

¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR?

Es realmente importante crear conciencia social sobre lo importante que es para la mujer el proteger su salud, ya que el cáncer de cuello uterino puede ser prevenido si se tienen en cuenta algunos de los factores de riesgo que lo causan. La primera acción para prevenir el cáncer de cuello uterino es una continua evaluación de la mujer por parte de los especialistas en esta materia. Se recomienda la visita periódica al médico para que se realicen los estudios pertinentes, sobre todo si la persona ya se ha iniciado en la vida sexual.
Es necesario realizar los exámenes rutinarios mencionados como Papanicolau y el test del HVP anualmente, o con la frecuencia que el especialista indique según las condiciones subyacentes. De igual manera, se recomienda la aplicación de la vacuna contra el papiloma humano, que protege de una posible infección del virus.
En resumen, los controles periódicos con ginecólogo, la educación sexual, el utilizar métodos de barrera (preservativos) en las relaciones sexuales, la vacuna contra el HPV en las adolescentes y la realización del test Papanicolau (PAP) de acuerdo a las normativas vigentes, son las claves de la prevención.
El resultado de la introducción y difusión temprana del test de Papanicolau (PAP) y de la implementación de programas específicos para la detección temprana de la enfermedad, sumados a la existencia de acceso a diagnóstico y tratamiento, han permitido lograr una relación mortalidad/incidencia (0,37) que está más próxima a la de los países más desarrollados (0,33).