La travesía de la Meseta llegará sobre el mediodía

Camaradería, deporte y homenaje. La travesía que comenzaron temprano en la mañana de la víspera 24 nadadores para recordar y recrear  la locura de Carlos Scanavino, que en 1997 unió la Meseta de Artigas con Paysandú, llegará sobre este mediodía a la playa del Remeros.
Si bien varios de los deportistas se trasladaron a la Meseta el viernes a bordo de la Sacra, la embarcación insignia del Yacht Club, la mayoría viajó ayer en la mañana, incluyendo al propio Scanavino. Tras depositar una ofrenda floral al pie de la Meseta, rápidamente el desafío se puso en marcha.
El objetivo era claro: 12 equipos de dos nadadores cada uno tomaron el desafío de unir en postas los 100 kilómetros que unen a la Meseta con Paysandú. Dos deportistas al agua para nadar media hora, y dejar luego el lugar a otros dos.
Juan y Joaquín Masseilot fueron los encargados de romper el hielo, emprendiendo camino río abajo. Mientras en la Sacra se controlaba el tiempo, se preparaba la siguiente pareja, no solo para nadar sino también la que acompañaría en kayak.
Así transcurrió una jornada espectacular, en la que cada uno disfrutó de su participación, que se repitió a lo largo de la jornada.
Scanavino, que tenía pensado nadar el último tramo antes de arribar a nuestra ciudad, decidió tirarse al agua sobre las 17.20. Y a los 58 años recién cumplidos, derrochó calidad durante media hora, despertando la admiración de todos.
Antes, a las 14 horas, se dio la primera rotación, volviendo los Masseilot al agua.
Las horas se sucedieron y llegó la noche, tomándose la decisión de que no se continuaría nadando durante toda la noche. El motivo era claro: a las 20 horas, con la luna iluminando el río, los deportistas utilizando flotadores con luces rojas y los kayakistas orientando a los nadadores con iluminación, la Sacra estaba en el kilómetro 252, luego de recorrer 50 kilómetros. Es decir que si se mantenía el ritmo, el arribo hubiera sido muy temprano en la mañana de hoy, sin que el público pudiera recibir a Scanavino y los suyos.
Por lo tanto, se decidió parar durante algunas horas para retomar la travesía pensando en llegar a media mañana o sobre el mediodía de hoy a la playa del Remeros. Igual, se nadó hasta la medianoche en medio de aplausos por el esfurzo, ya cuando la temperatura había descendido.
La locura de Scanavino tiene una especie de replay 25 años después, en medio de un clima de celebración.