Piden planificación por árboles en la ciudad: mucho más que sombra

Exhortan a que la gente se asesore antes de plantar un árbol, porque no todas las especies tienen las mismas características y algunas no son adecuadas para la ciudad.


En plena ola de calor, en el pasado mes de enero, EL TELEGRAFO publicó una nota que permitía apreciar con claridad la diferencia de temperatura entre las veredas arboladas y aquellas en las que los rayos del sol impactan directamente sobre las estructuras. Ese impacto por sí solo es un argumento de peso a favor de los árboles en la ciudad, pero los beneficios no terminan allí, y de ello hablamos con Diego Varela y Pablo Silchenko, integrantes de Paysandú Nuestro y Gensa, que permanentemente realizan campañas para promover un Paysandú más verde.
Varela destacó la absorción de CO2, uno de los gases de efecto invernadero. “Se acepta que las ciudades llegan a generar hasta el 70% de las emisiones globales, no solo de CO2 sino de metano, que son gases de efecto invernadero”, por lo que una ciudad arbolada disminuye su cuota de aporte, por más que no sea Paysandú una mega urbe.
Los árboles también aportan transpiración, además de sombra, para modular los cambios de temperatura. “Una ciudad bien arbolada va a ser menos calurosa en verano, y menos fría en invierno”, y además “en la medida que aumentan la superficie de infiltración en el suelo, también disminuyen la cantidad de agua que corre por el pavimento”, argumentó.

EFECTO

Silchenko agregó que en los lugares forestados las lluvias son más frecuentes y sostuvo que con un arbolado bien planificado, “en un barrio como Paycap se puede hacer que haya menos gasto de energía de aire acondicionado, por la sombra y las corrientes de aire”. Por otra parte señaló que “cuarta hectárea arbolada, con árboles maduros, puede producir el oxígeno necesario para que cuatro personas respiren”. También sumó a los beneficios de los árboles la fijación de carbono. “Hay árboles que son especialistas en eso, árboles de madera dura que son los que más absorben el carbono, los monóxidos, los dióxidos; los absorbe y los transforman en madera a través de la lignina”.
Varela también mencionó, como un efecto a largo plazo, la prevención del cambio climático, en tanto “disminuyen la probabilidad de eventos extremos que ya se están viviendo en muchas partes del mundo y también se están viendo acá en Paysandú, donde están ocurriendo veranos extremadamente calurosos y eventos extremos, como golpes de calor o inundaciones por lluvias”.
Comparó la eficacia de un árbol con la de 10 equipos de aire acondicionado, aunque aclaró que “también depende del árbol y de la capacidad del aparato, pero es para tener una idea aproximada”.

EN ACCIÓN

En cuanto a las campañas que los grupos realizan, Silchenko refirió al trabajo en las escuelas, con los niños. “Una de las cosas que se hace es la concientización, por eso siempre comenzamos en las escuelas, cuando nuestros niños son chiquitos todavía y empiezan a tomar conciencia de la importancia del arbolado, tanto en la escuela como en el domicilio, como en la propia ciudad”.
Esto lo han tratado de transmitir, por ejemplo, desde el arboretum en la zona del Balneario Municipal, en un predio cedido por Ambev, donde cuentan con una colección de árboles nativos. A ello se suman las permanentes acciones de forestación en la zona de la playa, “pero lamentablemente el vandalismo ha sido muy dramático y han sacado casi todos los árboles”, expresó.
En la ciudad, dijo, han tratado de ir en consonancia con lo que se ha panificado desde la Intendencia, “que 18 de Julio se hizo con lapachos rosados; nosotros no hemos querido salirnos de esa línea. El lapacho rosado es un árbol nativo y lo hemos plantado en las veredas”.

El grupo, dijo el experto, ha mostrado interés “en hablar con el municipio, no para asesorar, aunque a veces las ideas suman, y tratar de transmitirles cuáles son nuestras preocupaciones a nivel de la ciudad, qué es lo que queremos. Vemos que Paysandú está creciendo, que tiene un amplio proyecto para la costa y también vemos que lo está haciendo hacia las afueras de la ciudad”.
En este sentido Silchenko afirmó que “no estamos en contra del hormigón, yo siempre se los digo a los chiquilines, pero sí queremos que se respeten los espacios verdes, que son importantísimos”. También llamó a la comunidad a comprometerse en el cuidado de los árboles que se plantan. “Todos somos dueños de la calle, todos somos dueños de los árboles que se plantan, todos somos dueños de los espacios verdes, todos somos responsables de cuidar, proteger y de denunciar si vemos algo. Hay que tomarlo en serio”.

PLANIFICAR

Pero en aras de forestar la ciudad no todo vale. “Hay una planificación a nivel de Municipio, hay una planificación a nivel ciudadano, porque vos también podés pedir un árbol, y si nos pedís a nosotros por ejemplo, siempre vamos a buscar los medios para tratar de plantarte el árbol que quieras”, dijo. Aunque aclaró que siempre hay que ver las características de la especie. “Porque tampoco se puede plantar cualquier cosa, eso hay que tenerlo claro. Lo que exhortamos es a que la gente se informe, pregunte, que nos llamen si es necesario, que siempre vamos a estar tratando de dar una mano”. También recordó que hay cuidados, que “no es solo ir y hacer un agujero y plantar un árbol, y después si te he visto no me acuerdo, hay todo un seguimiento que hay que hacer, un poda de formación para poder llevarlo para arriba al árbol, que no estorbe”.

En este sentido señaló que hubo un error de criterio cuando se eligió poblar las veredas de la ciudad con fresnos. “Los fresnos tienen un sistema radicular muy agresivo, tiene un crecimiento muy rápido, el crecimiento de rama, foliar, es bastante agresivo también y cuando se topan con el alumbrado, que son cables que están a la vista, ya tenemos un problemita”, dijo. Agregó que a ello se suma que muchas veces la poda que se realiza no es la adecuada, “entonces en vez de ayudar, perjudica. Yo siempre digo que cuando vayas a plantar un árbol tenés que ver todos lo pro y los contra. Para eso están los asesores, que el municipio los tiene, y para eso estamos nosotros también, que tenemos conocimientos, somos idóneos”.

ESTUDIO

Para Varela lo primero que hay que hacer es un relevamiento. “Hay proyectos que están corriendo en ese sentido, pero no está de más decirlo. Hay sitios donde hay que reponer, donde hay que poner porque no hay, en otros lugares hay que sacar algunos árboles porque están creciendo donde no deben, o es una especie que no debería estar ahí”, planteó. A partir de allí sí se podría elaborar “un plan racional a largo plazo, porque tampoco podés pensar que se va a hacer de la noche a la mañana”.
Otro aspecto a considerar es el efecto estético que tienen los árboles, “sobre todo en plazas y parques, pero también en avenidas. No es solo cuestión de llenar de árboles la ciudad, también tiene que ser hecho con criterios paisajísticos, que sean ambientes estéticamente agradables y disfrutables”, dijo.

“Una de las cosas que da el arbolado urbano es identidad a la ciudad, porque el visitante cuando llega es lo primero que ve, una avenida arbolada; hay ciudades en las que entrás y tenés toda una avenida de lapachos, por ejemplo, de ibirapitá, que son hermosos. Son específicamente planificadas, ya se sabe que tiene que ir el tendido de alumbrado de determinada forma, todo eso lleva una planificación”, complementó Silchenko.